No le gusta perder a nada. Pero a nada en serio. Y acaso ese sea uno de los secretos que le permiten, después de 23 años de carrera y próximo a cumplir 40 años de vida, seguir tan vigente como siempre. Esa permamente necesidad de ganar y, claro, un físico privilegiado, a cuyo cuidado sin dudas Marcos Milinkovic ha colaborado con metódicos entrenamientos.
En su segunda temporada como capitán de Buenos Aires Unidos y mientras se recupera de una operación de meniscos (ya volvió a entrenar con pelota, aunque todavía sin saltar), el opuesto del equipo "naranja y negro" analizó, en un alto de su rehabilitación, el presente del equipo y efectuó un repaso por momentos trascendentes de su carrera.
¿En qué momento decidiste que ibas a continuar en Buenos Aires Unidos?
Fue casi automático apenas terminamos de jugar la Liga pasada. Empezamos enseguida a hablar con Waldo (Kantor) y con Juan Manuel (López Gómez) para mi renovación y la de otros jugadores del plantel, así que viajé para Europa sabiendo que íbamos a tener un año más de convivencia, entrenamiento y competencia juntos.
¿Tuvo que ver en tu decisión que la mayoría del plantel también siguiera otra temporada?
Sí, sí, obviamente que tener la misma base del año pasado más algunos refuerzos nos iba a otorgar un plantel más competitivo, con más banco de relevos. Y que la mayoría del equipo anterior sigamos juntos buscando una revancha fue importante porque todos nos quedamos queriendo algo más. Así que acá estamos, juntos otra vez para intentar jugar la final de la Liga.
En esta oportunidad se dio una racha que parece interminable de lesiones. Tantos al mismo tiempo es infrecuente. ¿Cómo lo sobrellevan?
Creo que es al revés de lo que nos pasó en la temporada pasada. Hicimos un gran campeonato y sobre el final surgieron algunas lesiones inoportunas en momentos muy importantes. Ahora empezamos al revés, con muchas lesiones al principio y ojalá podamos revertir la situación y llegar a las definiciones con el equipo completo.
Resulta muy difícil hacer un balance de cómo está el equipo hoy, porque todavía no pudieron estar todo juntos...
Seguro, todavía no tuvimos la posibilidad de jugar ni un sólo partido todos juntos. Faltaba uno, faltaban dos. Por suerte estamos evolucionando todos bien y para fin de año o principios de 2012, cuando se reanude la Liga, estaremos completos.
¿A esta altura de tu recuperación tenés ansiedad por volver a jugar o lo manejás con tranquilidad?
Tengo muchas ganas pero lo estoy tomando con mucha paciencia. El sistema de campeonato, con estos recesos nos permitió manejar las recuperaciones con más tiempo, más tranquilidad y sin arriesgar innecesariamente.
Ustedes se beneficiaron, pero en condiciones normales, estas interrupciones no son buenas. ¿Qué pensás?
No, seguro, en condiciones normales no es para nada bueno, aunque nunca se sabe. Para un equipo que agarra ritmo, que está afilado, parar quince días es muy perjudicial. En cambio, para otro que perdió más de lo que ganó en las primeras fechas, frenar es beneficioso porque da más tiempo para entrenar y ajustar algunas cosas. Pero igualmente se hace bastante largo, bastante pesado el hecho de solamente entrenar y no poder jugar.
Mirás para atrás y tenés una carrera notable. ¿Te hubieras imaginado jugando a los 40 años?
No, no, la verdad que no. Nunca me lo hubiera imaginado. Por suerte todavía me divierto adentro de una cancha, me siento bien físicamente y eso ayuda muchísimo.
No es habitual tu caso. La mayoría, a tu edad, hace bastante que dejó de jugar...
Yo sé que no me queda mucho tiempo por delante para seguir jugando. Pero se lo digo a todo el mundo: Mientras yo me divierta y me sienta bien físicamente, voy a seguir jugando porque me encanta. El día que me sienta cansado, que no tenga las mismas ganas, voy a empezar a pensar en el retiro.
¿Pensaste tu vida después del voley?
Después del voley, no. Porque me encantaría seguir ligado a esto, ya sea como técnico o en otra función. Es lo que hice toda la vida y siento que es en lo que más puedo llegar a aportar cuando deje de jugar.
¿Cuál es el primer recuerdo que te viene a la mente con la camiseta de la selección? ¿Los Panamericanos de 1995 en Mar del Plata, por ejemplo?
Sí, seguramente fue un momento de explosión para el voley. Ese equipo hizo un "click" muy grande en el deporte y volvió a poner entre los deportes más vistos por televisión y más seguidos por la cantidad de público. No sé si fue el momento más lindo, pero seguro que está entre los tres o cuatro mejores de toda mi carrera.
¿Recordás cómo estaba el Polideportivo en la final con Estados Unidos?
Creo que difícilmente se pueda repetir algo como lo que pasó ese día. La gente entraba constantemente y estaba cada vez más cerca de la cancha. Fue algo inolvidable. Además, por cómo se dio el partido, encima ganamos sobre el final en una definición increíble. Fue la final soñada. Más que eso no se podía pedir.
Tu familia (su esposa y dos hijos) vive en Serbia y recién viene para el verano. ¿Estar lejos de ellos es el peor sacrificio?
Extraño mucho a los chicos. Se sabe que los hijos son lo más importante que hay en la vida. Eso no quiere decir que no la extrañe a mi esposa o que la quiera menos. Pero los hijos son algo único. Y sí, es muy difícil estar lejos de ellos.
¿Cuál es tu idea para cuando decidas no jugar más? ¿Traerlos o ir vos para allá?
Me encantaría seguir mi carrera como técnico, si fuera posible en Europa para estar cerca de mi familia. Pero veremos más adelante, todavía no quiero pensar en eso. Por ahora estoy jugando y en su momento lo pensaré.