Javier Weber festejó con ganas la clasificación de su equipo, Drean Bolívar, a su quinta final de Liga consecutiva. Superado ese obstáculo, el entrenador ya tiene la mente puesta en UPCN Voley, el último rival.
En declaraciones para un medio marplatense, el DT aseguró que la mejor de las cinco series finales es la que está por venir, que el equipo volvió a jugar como sabe y que tiene claro que la irregularidad es la característica de éste grupo.
¿De todas las finales que alcanzaste con Drean Bolívar en qué lugar ponés a ésta?
Siempre la última es la mejor (se ríe). Las otras ya pasaron, fueron muy lindas pero yo no me acuerdo más, ya se olvidaron. Siempre lo mejor es lo que viene. Esta fue una victoria muy importante, por cómo se dio, por cómo estábamos nosotros, porque no éramos los favoritos y porque no éramos locales. Además, Buenos Aires Unidos nos había dominado a lo largo de la temporada. Felicito a todo mi equipo.
Estaba complicado en la previa, ¿no? Sin De Cecco, de visitantes...
Sí, era complicado, porque lo de Luciano (De Cecco) fue en la mañana del día del partido (N. del R.: el martes). Tuvo un cólico renal importante, con pérdidas de sangre. No se lo podía arriesgar de ninguna manera. Primero está la salud y después hay un partido de voley. Significaba mucho su presencia para este juego porque veníamos de jugar muy bien el cuarto partido en Bolívar. Pero por suerte Juan (Riganti) jugó realmente muy bien, hizo rotar al equipo de manera espléndida. Tuvimos un altibajo en el tercer set, y ellos tienen jugadores muy experimentados y cuando les das un milímetro, saben cuándo es su momento.
¿Se puede decir que aguantaron la presión?
En el cuarto set volvimos a hacer nuestro juego, a controlar las pelotas que sabíamos que para ellas iban a ser complicadas, como la paralela de (Guillermo) García o la segunda línea de Marcos (Milinkovic), creo que hicimos un gran partido y fuimos merecidos ganadores.
¿La clave estuvo en ese primer set que parecía perdido y lo pudieron dar vuelta?
Eso fue muy importante. Pero creo que la clave real fue la cabeza con la que jugó el equipo. Yo estoy seguro de que durante la entrada en calor, cuando ellos vieron que no estaba nuestro armador, habrán pensado muchas cosas. Teníamos en claro que teníamos que hacerlos dudar. Eso lo conseguimos con el primer set. Y a partir de ahí, controlamos el partido.
¿Se percataron de que Marcos Milinkovic no estaba bien?
Sí, lo sabíamos. En el primer set no atacó casi ninguna pelota. Después regresó con un poco más de acción. Estábamos conscientes de que tenía un problema en una rodilla pero no sabíamos hasta qué punto podía afectarlo. Al no poder saltar al máximo de sus posibilidades, ellos empezaron a jugar por otro lado, los empezamos a marcar y cuando él volvió en el tercer set lo hizo bien, pero nosotros hicimos un cuarto set que me parece fue el mejor de todos. Por solidez, por mentalidad, porque en ningún momento nos desesperamos por cerrar el partido.
Dijiste que para esta temporada tu equipo era de jóvenes con mucha capacidad pero que tenían que evolucionar. ¿Este partido marcó una evolución?
Fue un lindo paso, pero igual sigo creyendo que la irregularidad es la característica de nuestro equipo. Vamos día a día y no sabemos lo que puede pasar mañana ni pasado mañana. La idea es seguir trabajando la técnica de cada uno de ellos, algunas situaciones de equipo para que cada día podamos incorporar aunque sea un punto más con relación al partido anterior.