Juan Ignacio Macció, un modelo para armar
Por volear
  
Miercoles, 21/12/2011
Entre Mar del Plata y Villa María, Juan Ignacio Macció eligió esta ciudad para seguir construyendo sus sueños. El armador del SOS Villa María Vóley, de 21 años, señaló que lo sorprendió el respaldo de la gente.

“Juani” Macció tiene apenas 21 años y a la hora de las preferencias optó por la Villa antes que por Mar del Plata. Optó por SOS Villa María antes que por Buenos Aires Unidos, con García y Milinkovic. En La Feliz también está su familia, con su padre en el Área Deportes de la Municipalidad. Sin embargo, el pibe, armador del equipo, armó la valija y ante la convocatoria de Juan Manuel Cichello renovó la apuesta a seguir construyendo su futuro a imagen y semejanza.

Al término de la práctica aceptó el diálogo, sorprendido por la repercusión que tiene en la gente la campaña del equipo. Con un léxico fluido, el pibe sabe lo que quiere, dentro y fuera de la cancha y a la hora del análisis es convincente...

"Tuvimos tres partidos que eran rivales directos. Entre nosotros están los puntos fundamentales para estar entre los ocho que irán al play off, por esa razón han sido muy importantes las victorias, especialmente las conseguidas como visitante. Además comenzar la Liga pisando fuerte es una situación que genera confianza, estamos punteros y no es poca cosa", comentó.

"Ahora se tornará difícil explicarle a la gente que el objetivo no es la punta, sino la clasificación. La están acostumbrando a ganar y esto genera un contagio y un afecto especial", dice Juan.

"Los que no están dentro del vóley y, por ejemplo, entran a Internet o leen los diarios y ven que SOS Villa María está primero, seguro que vendrán a los próximos partidos con la expectativa y también con una exigencia interior que los moviliza hacia la victoria, pero los que conocen la realidad, el día a día, saben perfectamente que tenemos que ir despacio, etapa por etapa. Vamos a dejar todo por varios motivos, porque necesitamos los puntos, jugamos ante nuestra gente y defendemos los puntos. No son pocos argumentos para ir detrás de un triunfo.

¿Su padre es el director de Deportes de la Municipalidad de Mar del Plata?
Sí, exacto.

¿Y entonces que está haciendo usted aquí en Villa María?
Es una buena pregunta. Mi prioridad era volver a jugar y en Mar del Plata el entrenador Waldo Kantor me quería en el equipo pero como segundo armador. Podría haberme quedado, porque iba a estar con mi familia, pero las ganas de jugar pesan más. No me iba a pasar toda la Liga sentado en el banco. Juan (Cichello) me llamó, me habló del equipo que estaba armando, que tendría posibilidades de jugar, pero que debía aprovecharlas. No lo dudé, armé la valija y aquí estoy.

Viene de jugar en Sonder Rosario...
Esa fue mi experiencia anterior. Tuve la oportunidad de ser titular y quería repetir esa sensación. En Mar del Plata era imposible, aquí tenía chances. Vine y no estoy para nada arrepentido. Además, estos últimos días sentí una sensación extraña en el cuerpo.

¿Cuál? ¿Qué sintió?
Nunca había estado puntero en la Liga. Es una alegría enorme, que se debe notar, seguro. Es algo que no me había pasado nunca en mis pocos años de voleibol.

Es muy posible que comiencen a despertar pasiones con gente diferente, ajena al voleibol.
Ojalá que así sea. Es probable que se acerquen personas que un día se levantan, agarran los diarios y ven que el equipo de su ciudad estaba puntero en la Liga. Vendrá para ver de qué se trata y seguramente traerá a su familia o vendrá con algún amigo. Eso va a suceder, porque la curiosidad de lo que está pasando dentro de este gimnasio con la preparación de un equipo puede convertirse en un polo de atracción.

Hay varios entrenamientos por día entre prácticas con pelota y pesas. ¿Es algo que fortalece al grupo?
A medida que nos preparamos como el cuerpo técnico pretende nos vamos conociendo más y todo eso suma. Con Hernán Ferraro en Sonder pasé por una etapa similar, también le gusta trabajar mucho como a Juan (Cichello) y el plantel era joven y nuevo, por lo que era necesario un trabajo de muchas horas. Son dos técnicos que comparten la filosofía que entrenando se mejora. Juan se va a morir en un gimnasio entrenando a su equipo, trabaja de una manera muy profesional.

¿La pelota siempre tiene que pasar por el armador para que la jugada se acerque a la perfección?
La jugada ideal es que reciba el líbero, que arme el armador y que remate el atacante. Eso es lo que dicta la lógica para que todo sea más prolijo y es la manera en la que se entrena durante gran parte del tiempo, pero en el juego se presentan distintas situaciones y toca defender, otro arma y remata alguien que no lo hace con frecuencia. Se pueden marcar puntos de varias maneras, por eso es importante lo que aplica Cichello en sus entrenamientos. Hay especialistas, pero todos debemos ser capaces de resolver situaciones habituales a un compañero.

¿Lo sorprendió la gente en el debut?
Cuando miré las tribunas le dije a mis compañeros cuánta gente que hay. Y me respondieron: "Van a venir más, pero mucho más". Me sorprendió el respaldo de esa noche (700 personas), pero me dijeron que más de una vez íbamos a jugar a gimnasio lleno.


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