Joel, Suguinha y Junior cambiaron el samba por las cuecas y juegan en UPCN, de San Juan; destacan el nivel de la Liga y el fervor del público.
Todavía sigue vivo en el recuerdo de Joel Dos Santos aquel partido del Preolímpico 2000 en el que con su selección, Brasil, venció a la Argentina en un partido épico, en el que él fue el héroe. Cuando LA NACION le pregunta sobre la diferencia fundamental con la superliga brasileña, el opuesto de UPCN, de San Juan, no vacila.
"A mí me gusta el público de acá. Cuando venía con Brasil gritaban, te puteaban. Eso me gusta, no importa que el público esté en mi contra o no", confiesa, con una sonrisa pícara.
¿Cómo llegaste a la Argentina?
Fundamentalmente, vine para estar cerca de mi familia. Hace mucho que estaba en Europa, y uno de mis hijos está por entrar al colegio. Y estando acá, estoy más cerca de San Pablo.
Joel, de 35 años y algo más de dos metros de estatura, fue una figura indiscutida de la poderosa selección de su país, con 120 partidos a cuestas, y jugó en Italia, Grecia y Japón, además de Brasil.
En la misma sintonía, Batista Rómulo Suguinha no disimula su satisfacción por vivir en San Juan:
"Yo me siento muy feliz acá. Somos extranjeros, pero nos tratan como si fuéramos de acá, no hay diferencia."
El año pasado se mudó con su familia, aunque ahora su esposa, en el 8° mes de embarazo, viajó a San Pablo.
Suguinha, de 28 años, llegó gracias a la recomendación de su amigo brasileño Marcelinho, quien era opuesto en UPCN. Había quedado libre tras su paso por Europa y no dudó en venirse a San Juan. El punta receptor, que nació en Minais Gerais y jugó con Marcos Milinkovic en Puerto Rico, destaca el nivel de la Liga argentina:
"Algunos piensan que es fácil jugar acá, pero no lo es. Hay muy buen volumen de juego y los jugadores son muy vivos, no te regalan un punto".
El más joven, José Sousa Junior, de 22 años, parece el más cómodo:
"Me encanta jugar en la Liga por la estructura que te ofrece. Hay tanta pasión como en Brasil". Sus 2,07 metros y sus más de 100 kilos contrastan con su cordialidad bahiana.
Junior llegó a UPCN gracias a la intervención del DT Fabián Armoa, que lo convenció para que jugara en el conjunto cuyano. Su adaptación fue muy rápida y entre las cuestiones que más destaca, habla del cariño del público:
"Todos los equipos tienen fanáticos. En Brasil no es tan así. Habrá cinco quizá", dice el central de UPCN, y admite que por ahora no piensa en volverse a su tierra.