La concentración de una enzima renal condiciona la aparición de ataques cardíacos.

La prevención de una crisis cardíaca puede depender de la concentración sanguínea de renina , una enzima segregada por el riñon. El efecto específico de esta enzima es contraer la luz de los vasos, por lo que llega menos sangre al corazón.

Un simple análisis de sangre que determine la concentración de renina podría proporcionar un cuadro real de riesgo cardíaco. Por otra parte, están muy avanzados los trabajos en bioingeniería tendientes a lograr la síntesis in vitro de la renina.

Para ello se intenta localizar el grupo de genes encargados de controlar la síntesis de la hormona en las células del riñon. Cuando esto suceda, se tratará de transplantar esta información a la dotación genética de una bacteria, la que transmitirá su herencia implantada a cada uno de sus múltiples descendientes.

De esta manera, se obtendrán colonias completas cuyo principal producto metabólico será la renina, lo que permitirá un precio mucho más accesible para la vital hormona.