Las zonas del cosmos con mayor potencial químico para el surgimiento de la vida
Por loinexplicable
  
Lunes, 19/12/2011
Una recopilación de datos y su posterior análisis ha permitido identificar regiones del cosmos que tienen un gran potencial para formar moléculas orgánicas complejas. El equipo de Douglas Whittet, director del Centro para la Astrobiología de Nueva York, en el Instituto Politécnico Rensselaer, buscó metanol, un ingrediente clave en la síntesis de moléculas capaces de conducir a la vida.


Imagen: Los científicos han observado grandes concentraciones de moléculas simples, como el metanol, en las nubes donde se forman nuevas estrellas.

La formación de metanol es la principal vía química para la formación de moléculas orgánicas complejas en el espacio interestelar. Si los científicos pueden identificar las regiones exactas donde las condiciones son adecuadas para la producción de metanol, hallarán pistas decisivas sobre dónde y cómo se forman las moléculas orgánicas complejas necesarias para la vida. En otras palabras, buscando al metanol se encontrará la química que conduce a la vida.

Mediante potentes telescopios en tierra, los científicos han observado grandes concentraciones de moléculas simples, como el monóxido de carbono, en las nubes donde se forman nuevas estrellas. Para que se forjen moléculas orgánicas más complejas, el hidrógeno debe participar en el proceso químico. El mejor medio para que esto suceda se da en las superficies de los diminutos granos de polvo del espacio. En las condiciones adecuadas, el monóxido de carbono en la superficie del polvo interestelar puede reaccionar a bajas temperaturas con el hidrógeno para formar metanol (CH3OH). Éste sirve como un importante peldaño en la escalera que conduce a la formación de moléculas orgánicas mucho más complejas, las que se requieren para crear vida. Los científicos saben que hay metanol en el espacio, pero hasta la fecha se desconocía dónde específicamente se produce con mayor facilidad.

Lo que Whittet y sus colaboradores han descubierto es que el metanol es más abundante alrededor de determinadas estrellas recién formadas, que constituyen un porcentaje bajo. Sólo algunas de las estrellas jóvenes alcanzan ese potencial para la química orgánica. De hecho, el rango de concentración de metanol varía desde cantidades insignificantes en algunas regiones del medio interestelar hasta aproximadamente el 30 por ciento de los hielos alrededor de unas pocas estrellas recién formadas.

Whittet y sus colaboradores también han descubierto metanol por primera vez en bajas concentraciones (del 1 al 2 por ciento) en las nubes frías que finalmente dan a luz a nuevas estrellas.

Quizá lo más interesante de esta investigación sea el hallazgo de que las concentraciones de metanol en el lugar y la época de nacimiento de nuestro sistema solar no diferían mucho del promedio de las concentraciones detectadas en el espacio interestelar. De hecho, las concentraciones de metanol en el crisol de nuestro sistema solar fueron bajas, en comparación con las de otras áreas de la galaxia observadas por Whittet y colegas.

Esto significa que nuestro sistema solar no fue particularmente afortunado en este reparto químico de los ingredientes para la vida. Y al mismo tiempo, implica que probablemente existan sistemas solares que fueron incluso más afortunados que el nuestro en esa "lotería" bioquímica.

Esta investigación ha contado con la ayuda del Centro Ames de Investigación de la NASA, el Instituto SETI, y la Universidad de Ohio.


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