Hubo varias circunstancias que hicieron que, en la carrera para alcanzar el Polo Sur hace ahora un siglo, el noruego Roald Amundsen llegara antes que su "rival" británico Robert Falton Scott.
Por un lado, partió hacia tierras polares con cuatro días de ventaja, y comunicó sus intenciones a Scott y al rey Haakon de Noruega una vez que estaba de camino, mediante telegrama.
Para tirar de los trineos, Amundsen adquirió en Groenlandia 52 perros esquimales, mientras que Scott había escogido un equipo mixto de perros y ponies siberianos, y tuvo que sacrificar a los segundos en un corto plazo de tiempo.
También eligió cuidadosamente a sus compañeros: un especialista en perros, un aduanero, una camepón de esquí y un arponero de ballenas.
Además, a la hora de escoger la ruta a seguir, Amundsen decidió cruzar un glaciar que no se había trazado antes en un mapa: era una ruta más corta, pero mucho más arriesgada.
Amundsen alcanzó el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911. Justo 34 días después, llegaban el capitán Scott y sus compañeros, que lamentablemente no lograron regresar al campamento base, y perdieron la vida poco después de completar su hazaña.
Más tarde Amundsen escribiría:
Nunca he conocido a nadie que se haya visto tan diametralmente enfrentado a sus deseos. Desde niño he soñado con llegar al Polo Norte y heme aquí en el Polo Sur.