Investigadores Argentinos avanzan en sistemas para poder hablar con las computadoras
Descubren las señales que indican cuándo vamos a ceder la palabra en un diálogo.
Agustín Gravano analiza el habla humana con ayuda de sistemas computacionales. Como en un baile, en un diálogo uno da paso al otro para que se exprese y, si no hay pisotones o interrupciones, el intercambio fluye compasadamente. ¿Pero qué señales indican cuándo es el turno de uno y luego del otro? Lo hacemos a diario y resulta tan natural que ni siquiera nos planteamos cómo lo hacemos. Pero si bien esto ocurre todo el tiempo en los más diversos idiomas en el mundo, desentrañar este minué es clave para diseñar sistemas de computación que imiten mejor la comunicación humana.
Los humanos somos increíblemente expertos para detectar los intercambios en los diálogos. Sabemos cuándo una persona termina de hablar y nos cede la palabra. ¿Cómo hacemos cuando no hay contacto visual, por ejemplo por teléfono, para darnos cuenta de que es nuestro turno en la charla? Nosotros estudiamos estas transiciones y hallamos evidencias de que hay cambios muy sutiles en la forma de expresarse que ocurren en milisegundos y advierten al otro que estamos por terminar de hablar, indica Agustín Gravano, del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, que realizó este estudio como parte de su tesis doctoral bajo la dirección de Julia Hirschberg en la Universidad Columbia de Nueva York.
Tal como en la forma escrita aparecen puntos, guiones y otros signos ortográficos para dar cuenta del fin del párrafo de un interlocutor y del inicio de otro participante en el diálogo, el modo oral también ofrece señales. La voz pierde calidad, es más rasposa, desciende el tono y la intensidad, es como que se va apagando a medida que se acerca el final del parlamento. El habla es más lenta cuando termina el turno que cuando se halla en el medio del discurso -describe Gravano, investigador del Conicet-. En general, la parte final de las oraciones se estira, pero cuando se da la palabra al otro, el estiramiento final es más corto. Todas estas variaciones son muy sutiles y ocurren de modo muy veloz.
En el Laboratorio de la Universidad de Columbia grabaron y analizaron diálogos de 45 minutos entre 13 personas, seis mujeres y siete hombres. De a pares, conectados por computadoras, jugaban en equipo y necesitaban comunicarse verbalmente para realizar las tareas pues un telón les impedía verse entre sí. Los resultados de este trabajo se publicaron recientemente en Computer Speech and Language .
Leer mas:
http://www.tomamateyavivate.com.ar/inventos-y-descubrimientos-argentinos/investigadores-argentinos-avanzan-en-sistemas-para-poder-hablar-con-las-computadoras%E2%80%8F/