La NASA confirma la existencia de un planeta que podría ser habitable
Por loinexplicable
  
Viernes, 09/12/2011
Es el más pequeño encontrado hasta ahora orbitando en el centro de la zona habitable de una estrella similar a nuestro sol.


Imagen: Este diagrama compara nuestro propio sistema solar con el sistema Kepler 22, donde se ha detectado el planeta Kepler-22b.

Los descubrimientos científicos están consiguiendo que, paso a paso, la realidad vaya aproximándose a las historias de ciencia ficción con viajes a otros planetas habitables para el ser humano y formas de vida extraterrestre. En ese límite entre la imaginación y la realidad se ubica el descubrimiento que confirmó ayer la NASA.


Se trata del planeta Kepler-22b, el cual podría albergar vida, ya que se encuentra en la zona de habitabilidad de una estrella similar al Sol. Ha sido gracias a la misión Kepler, el laboratorio espacial que desde 2009 busca exoplanetas por toda la Vía Láctea, que se ha podido comprobar que este planeta cumple la condición para poder tener agua en estado líquido en su superficie: estar en la «zona habitable» de una estrella.


De la lista de 54 exoplanetas que la NASA hizo pública en febrero de 2011, Kepler-22b es el primero en el que se ha completado el estudio para ratificar su clasificación como planeta en una zona habitable. Esta confirmación supone un paso más en el descubrimiento de planetas en los que podrían encontrarse formas de vida extraterrestre. «Este es un gran hito en la búsqueda del planeta gemelo a la Tierra», reconoció Douglas Hudgins, quien forma parte del programa Kepler.


Kepler-22b se encuentra a 600 años luz de distancia de la Tierra, su radio es 2,4 veces mayor al de nuestro planeta y el astro alrededor del que orbita es ligeramente más pequeño y más frío que nuestro Sol. Pero hay datos que aún se desconocen, como si su composición es mayoritariamente líquida, gaseosa o rocosa.

El sistema que Kepler utiliza para encontrar planetas es relativamente sencillo: analiza los cambios en el brillo de una estrella para comprobar si se deben al cruce de un planeta frente a ella. Para verificar que esa señal es un planeta necesita un mínimo de tres tránsitos o cruces y del análisis posterior desde la tierra realizado desde el telescopio espacial Spitzer. William Borucki, investigador principal de la misión Kepler, reconoce que en el caso del Kepler-22b la suerte los sonrió.

«El primer tránsito fue capturado tres días después de que Kepler estuviera operativo».
Su equipo tuvo que esperar hasta las navidades de 2010 para que el tercer tránsito ocurriera. Además de Kepler-22b, el equipo encargado de esta misión corroboró el descubrimiento de otros 1.094 candidatos a convertirse en planetas, lo que eleva a 2.326 el total de cuerpos celestes que podrían recibir esta clasificación en los próximos meses.

Buscan vida inteligente en Kepler-22b

La SETI, la organización que rastrea señales de civilizaciones extraterrestres, apunta sus telescopios hacia el nuevo planeta descubierto por la NASA que puede ser habitable. «Ese es el tipo de mundo que podría ser el hogar de una civilización capaz de construir transmisores de radio», dicen los científicos

El Allen Telescope Array (ATA), la red de telescopios del famoso instituto SETI en California para la búsqueda de señales de inteligencia extraterrestre, ha reactivado sus sistemas después de varios meses de parón con un nuevo objetivo hacia el que apuntar sus antenas.
Se trata de los candidatos a exoplanetas recientemente descubiertos por el telescopio espacial Kepler de la NASA, entre los que se encuentra el ya famoso Kepler-22b, que se encuentra en la zona de habitabilidad de una estrella similar al Sol a 600 años luz de distancia de la Tierra. Este mundo parece cumplir las condiciones para poder tener agua en estado líquido en su superficie y supone una esperanza en la búsqueda de compañía en el Universo.

«Esta es una excelente oportunidad para las observaciones», afirma en un comunicado Jill Tarter, director del Centro para la Investigación del instituto SETI.
«Por primera vez, podemos apuntar nuestros telescopios a las estrellas y saber que esas estrellas son realmente anfitrionas de sistemas planetarios, incluyendo al menos uno que se parece a la Tierra, situado en la zona habitable alrededor de su estrella. Ese es el tipo de mundo que podría ser el hogar de una civilización capaz de construir transmisores de radio».
La red ATA dejó de funcionar el pasado mes de abril como resultado de la retirada del apoyo al SETI de la Universidad de California, Berkeley, debido a déficits presupuestarios. Pero gracias a nuevos fondos recientemente adquiridos, el observatorio ha comenzado de nuevo a trabajar. Su objetivo ahora es examinar los miles de candidatos a planetas recién descubiertos por Kepler. Dará mayor prioridad a un puñado de mundos descubiertos hasta ahora que se encuentran en la zona habitable de su estrella, donde las temperaturas no son ni demasiado calientes ni demasiado frías para que exista agua líquida. La mayoría de los astrobiólogos consideran que el agua líquida es la condición sine qua non para la vida.

Dos años de observaciones
Según Tarter, la intención de SETI es examinar todos los sistemas planetarios encontrados por Kepler, sin ideas preconcebidas. Las observaciones en los próximos dos años permitirán una exploración sistemática de estos descubrimientos de Kepler en toda la ventana de microondas terrestres de 1 a 10 GHz.
Lógicamente, Kepler-22b resulta fascinante. Es el primero en el que se ha completado el estudio para ratificar su clasificación como planeta en una zona habitable. «Un gran hito en la búsqueda del planeta gemelo a la Tierra», reconocían hace unos días desde el programa Kepler.

«El éxito de Kepler ha creado una increíble oportunidad para concentrar la investigación del SETI», señala Tarter. «Vale la pena el trabajo duro para ayudar a resolver una de las preguntas de investigación más profundas de la humanidad», añade Tom Pierson, director ejecutivo del Instituto SETI.


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