Se trata del resto de un asteroide con corazón metálico y superficie rocosa nunca visto antes que ha sido bautizado como Conception Junction.
El pasado enero, dos cazadores de meteoritos aficionados acudieron al despacho de un científico de la Universidad de Washington en St Louis para mostrarles su última adquisición, un meteorito de 17 kilos de peso hallado en 2006 por un granjero en un pequeño pueblo del norte de Missouri.
El investigador, Randy Korotev, experto en meteoritos, identificó la roca como un fragmento de asteroide. Su laboratorio también analizó los cristales dentro del pedrusco para ayudar a identificar su origen y pidió ayuda a otros especialistas. El objeto resultó ser un palasito, un tipo de meteorito denominado así por Peter Pallas, un naturalista alemán que lo describió por primera vez en 1749.
Se trata de fragmentos de asteroides lo suficientemente grandes como para producir tanto calor que se funden parcialmente y se separan en un corazón metálico y un exterior rocoso. Estas rocas con cristales de color oliva incrustados en un corazón de hierro y níquel como las cerezas en un pastel, son tan extrañas que fueron las primeras en ser identificadas como extraterrestres. Además de hermosas, son escasas. Solo veinte se han encontrado en EE.UU. hasta el momento. Y este es un palasito nunca visto antes.
Karl Aston, un químico de St. Louis con un interés en la recolección de meteoritos, se puso en contacto con Korotev para ofrecerle muestras del meteorito de St. Louis, que cayó en el techo de un automóvil que era conducido por una avenida el 10 de diciembre de 1950. Relatos de la época informan de una bola de fuego que algunos residentes llegaron a confundir con la «explosión de una bomba».
Sin embargo, Aston también estaba interesado en nuevos hallazgos, rocas que persigue tras leer noticias en los periódicos, aunque muchas veces los meteoritos se confunden con rocas sedimentarias comunes y su esfuerzo no se ve recompensado. Pero en 2009 Aston se enteró de que un granjero había encontrado tres años antes una piedra inusualmente fuerte enterrada en una colina cercana a la localidad de Conception Junction en Missouri.
El granjero, que pidió permanecer en el anonimato, había cortado parte de la piedra, revelando un interior imposible de confundir con el de una roca terrestre. Con la ayuda de un socio, Aston compró la piedra. Los cazadores de meteoritos estaban ansiosos para saber si tenían una nueva roca o era el fragmento de una ya conocida. Si se trataba de una piedra única, podrían presentarla para su nombramiento a la Sociedad Meteorítica, una organización sin fines de lucro fundada en 1933 para el estudio de los materiales extraterrestres. Para despejar sus dudas, entregaron la piedra a Korotev, que comenzó a analizarla con ayuda de expertos de la Universidad de Los Ángeles.
Un meteorito nuevo
Llegaron a la conclusión de que la piedra nueva no coincidía con ninguno de los otros palasitos analizados antes. Así, la roca de Conception Junction era única, un meteorito nuevo. El Comité de Nomenclatura de la Sociedad Meteorítica asignó a la piedra el nombre de Conception Junction el 27 de agosto de 2011.
Cortado y pulido, el meteorito tiene un valor aproximado de 200 dólares por gramo. Por comparación, los meteoritos más comunes suelen venderse a 2 ó 3 dólares el gramo. Los precios de los meteoritos dependen del tipo de la piedra, su estado (algunos son inestables en la atmósfera de la Tierra), la historia que viene con él (curiosamente, uno encontrado por un perro tiene un precio más alto de lo normal) y muchos otros factores.
De 1.000 meteoritos que caen a la Tierra, 998 son de asteroides, uno es de la Luna y otro es de Marte. En su origen, Conception Junction fue parte de un asteroide que circulaba en el cinturón de asteroides entre los planetas Marte y Júpiter. Como el resto de meteoritos, los palasitos llevan dentro de sí parte de la historia del Sistema Solar primitivo.