Los datos obtenidos por la sonda Swift permitirán a los científicos prever futuros cambios en la trayectoria de la gran roca que puedan suponer un peligro para la Tierra en los siglos venideros.
Los telescopios a bordo del satélite Swift de la NASA han capturado las imágenes del paso del gran asteroide 2005 YU55 cerca de la Tierra, la máxima aproximación nunca realizada por una roca espacial de su tamaño (400 metros, similar a un portaaviones). Astrónomos profesionales y aficionados de todo el mundo han seguido la evolución del pedrusco, pero los datos de Swift resultan únicos y ayudarán a los científicos a conocer la composición de nuestro visitante y, lo que es más importante, si puede alterar su trayectoria y resultar una amenaza para la Tierra.
Aunque Swift es mejor conocido por su estudio de los estallidos de alta energía y explosiones cósmicas, el satélite también ha hecho valiosas observaciones de cometas y asteroides. En total, la nave espacial ha observado diez asteroides, incluyendo Vesta -
que será estudiado de cerca por la sonda Dawn de la NASA - y Scheila, que se iluminó inesperadamente a finales de 2010 después de chocar con otro asteroide mucho más pequeño.
Clasificado como un objeto potencialmente peligroso, 2005 YU55 no representa ninguna amenaza para la Tierra, por lo menos durante el próximo siglo. Pero la comprensión de los detalles de cómo su superficie refleja la luz y el calor permitirá una mejor evaluación de futuros riesgos. Un cuerpo en el espacio absorbe la luz solar y vuelve a irradiar la energía en forma de calor; ambos procesos producen una fuerza minúscula que, con el tiempo, puede alterar el movimiento del objeto. Es decir, 2005 YU55 puede cambiar su camino, una incertidumbre que no nos beneficia.
A través de Pegaso
2005 YU55 ha supuesto todo un reto para los científicos, pues su movimiento en el cielo es demasiado rápido para que Swift pueda seguir la pista. Sin embargo, el equipo había preparado la óptica de la nave en dos localizaciones a lo largo del camino previsto para el asteroide.
La primera exposición comenzó pocas horas después del máximo acercamiento del asteroide (poco después de la medianoche, ya miércoles día 9 en España), pero detectaron una débil señal. Seis horas más tarde, Swift comenzó una exposición que capturó el asteroide atravesando la Gran Plaza de la constelación de Pegaso. La roca estaba entonces a 333.000 millas de distancia y se movía a 24.300 mph, alrededor de una hora después de su máximo acercamiento a la Luna.
Para los científicos planetarios, las imágenes captadas por Swift son un tesoro que les ayudarán a entender mejor las características de este asteroide, información que puede ser muy útil para realizar predicciones más acertadas de sus movimientos para los siglos venideros. «La capacidad ultravioleta y de rayos X de Swift proporcionará a los científicos un punto de vista único sobre los cometas y los asteroides, ampliando la ventana espectral más allá de las observaciones de radio, infrarrojas y ópticas que realizan los telescopios terrestres», asegura Sergio Campana, investigador del equipo de Swift en el Observatorio de Brera (Merate, Italia).