"La UTN no está para formar los profesionales que necesitan otros países"
Por solange
  
Miercoles, 09/11/2011


El rector de la Universidad Tecnológica Nacional defiende el perfil regional y productivo de esa casa de altos estudios. “Hay que pasar del ingeniero clásico al tecnólogo”, afirma después de cinco décadas de camino educativo.


—Usted ha sido protagonista principal de la educación tecnológica de los últimos treinta años. ¿Cómo imagina el futuro de la capacitación tecnológica nacional?.
—Sobre esto, estoy tratando de seguir una idea central. Desde hace tiempo, vengo insistiendo sobre el valor de la "interdisciplina", incluso escribí al respecto. Creo que, en el actual contexto, la actividad individual es cada vez más difícil. Digo esto sin dejar de reconocer que hay muchos profesionales en el ambiente académico y no académico que tienen actuaciones personales destacables y hasta brillantes. Pero hoy, prácticamente toda la actividad de creación se hace en grupos, en equipos de trabajo.

—Pero trabajar en equipo, ¿no implica organizarse desde una perspectiva interdisciplinaria?
—Es cierto, generalmente son los grupos interdisciplinarios los que marcan la diferencia. Creo que éste es el tema a rescatar por la Universidad. Debe desplazarse hacia otros campos distintos a los tradicionales. Y todo esto requiere que la Universidad tenga en cuenta que los compartimentos estancos de las carreras convencionales ya no son adecuados. La cuestión a resolver ahora pasa por saber cómo coordinar esfuerzos provenientes de esferas diversas y orientarlas a resolver problemas concretos.

—Cuándo habla de esferas diversas, ¿se refiere a las distintas ingenierías?
—Me refiero a todas las disciplinas. A las distintas ingenierías y a las que no lo son. Todas intervienen porque todas tienen particularidades y un componente tecnológico propio. Para mí, ésta situación propone el desafío de recrear una nueva Universidad, pero sin perder de vista sus orígenes de “Universidad Obrera”. Nuestra razón de ser es generar los recursos humanos y proyectos que el país necesita. La UTN no está para formar los profesionales que necesitan otros países o los proyectos que necesitan otros países. Para mí, esto es lo fundamental.

—¿Piensa que la UTN logró acercase a este ideal?
—Creo que hemos crecido y, a la vez, estamos recreando la oferta de calidad de nuestros recursos humanos. La UTN es parte de un proceso que está buscando revertir la actual brecha generacional y de conocimientos. Yo soy un admirador del modelo de la Universidad Tecnológica Nacional. Es un modelo que, a mi juicio, debería ser observado por las distintas universidades. Es más, creo que ya lo están mirando porque, aún sin poder hacerlo, están buscando dispersarse por todo el país. De alguna forma, están yendo hacia el modelo de la Tecnológica.

—¿La UTN ha sido una suerte de “isla” durante las últimas décadas?
—No. Por desgracia, la UTN también se acercó un poco al modelo del resto de las universidades. Por eso es que hablo de una "recreación". Aquí es necesario recordar muy bien cómo fue creada y para qué fue concebida la UTN por quienes nos precedieron. Desde este punto de vista, creo que la UTN debe ser un punto de referencia. El hecho de que la misma universidad esté en distintos puntos del país permite, inclusive, dejar de generar diferencias.

—¿En qué sentido?
—En el sentido de que la estructura participativa y democrática es compartida por un conjunto de cuerpos colegiados y consejos en cada Facultad Regional. Esto permite consensuar entre todos esos ámbitos tan diversos, y esos consensos —finalmente— son el fruto de una discusión que se lleva a cabo en todo el país. La discusión entre Facultades Regionales es una forma de competencia muy sana que nos sirve para mejorar nuestra calidad académica y organizativa. La excelencia en un momento la alcanza, por ejemplo; la Regional Córdoba, en otro; la de Tucumán, en otro; la de Mendoza, pero en todo caso nos permite afirmar que tenemos los mejores ingenieros en cada lugar. Porque en cada lugar y con distintas funciones, se dan respuestas más efectivas a las necesidades locales. Y esto significa que el país en su conjunto resulta favorecido y no sólo una región o provincia determinada.

—¿La tecnología terminará reinando por sobre disciplinas clásicas?
—Hay que tener claro que ese avance en todos los campos tiene que ser para ayudar a las distintas disciplinas, pero no para suplantarlas. El eje hacia el que vamos, gira alrededor de lo multidisciplinar, en lo macro y en lo micro. Porque lo que se busca es ofrecer soluciones a los problemas tecnológicos que las mismas disciplinas plantean. Por eso, nosotros estamos pasando del ingeniero “clásico” al tecnólogo, porque justamente —y muy sabiamente— el nombre de esta universidad refiere a la tecnología y no a la ingeniería. Y eso nos obliga a dar soluciones concretas en ese campo.

—¿Usted cree que el egresado de la UTN tiene una identidad peculiar?
—La UTN tiene algo que siempre voy a admirarle, algo que atrapa a sus egresados para que tengan una condición distintiva de los egresados del resto de universidades nacionales. Un egresado de la Universidad Tecnológica tiene una expectativa en el país, una expectativa de trabajo en país y un pensamiento compartido en el sentido que el país es lo primero. Y éste es un punto por el que la universidad, desde los tiempos en que era la Universidad Obrera, atrajo a los jóvenes de menores recursos, que son los que más han pensado en el desarrollo del país.


Por solange