Advierten sobre una droga más letal que el paco
Por tk
  
Sábado, 22/10/2011

Se trata de "Cocodrilo", un tipo de droga que nació en Rusia y se extendió en distintas partes de Europa. En Estados Unidos hay alerta ante el posible ingreso de la sustancia y en el país se observa con temor

Se habla de una droga mucho más peligrosa y dañina que el paco. Se conocen casos de muertes ante la primera dosis, y es famosa porque destruye los tejidos de la piel en poco tiempo, causando gangrena. Los expertos, aseguran que “come vivo” a quien la consume.

La droga es un residuo de la producción de la heroína, que en Rusia tiene un valor de 40 dólares cada dosis. El Cocodrilo, en cambio, se consigue por unos 4 dólares, lo que explica que ya un 15% de los adictos a las drogas la consuman. Allí es conocida como la droga de los pobres, a pesar de que logró ingresar en todas las clases sociales.

“Es tremendamente adictiva, en realidad es letal. Basta con recorrer los videos en Internet con adictos que exhiben estremecedoras heridas en sus cuerpos”, dijo a Diario Popular, Claudio Izaguirre, de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.

“En Argentina los niveles de consumo de heroína son bajísimos, eso por un lado es positivo, porque en Europa empezó a ser consumido el Cocodrilo ante el alto costo de la heroína, que allí se vende mucho. Pero aquí tenemos el problema de que hay policonsumo y que es difícil de detectar en las fronteras por los perros. Y no se puede soslayar que es un gran negocio para los narcos, que la fabrican con poca inversión y genera en el consumidor un alto grado de dependencia. Es peor que el paco. Las autoridades argentinas y latinoamericanas tienen que estar alertas”, dijo el especialista.

Advierten sobre una droga más letal que el paco
Según el portavoz de la Dirección Nacional de Control de Drogas de los Estados Unidos “estamos siguiendo la difusión de esa droga en el exterior. No nos sorprendería si un día llega a Estados Unidos”.

El “cocodrilo” recibió su nombre por la apariencia de la piel en el lugar de la aplicación de la droga que comienza a escamarse y adquiere un color verde.

“Se está ramificando mucho. Creo personalmente que estas drogas son generadas especialmente para eliminar adictos de las clases marginales. Hay que trabajar mucho para impedir el arribo masivo a Latinoamérica, y muy especialmente ala Argentina. Nopodemos dejar que se convierta en el nuevo negocio de los narcos”, dijo Izaguirre.
Un cocodrilo en las venas
El 'krokodil', un sustituto barato de la heroína consumido en Rusia, pudre la piel y devora la carne.
Su aparición en Alemania indica que podría estar extendiéndose por Europa


El nombre científico de la sustancia es desomorfina, pero en Rusia todos se refieren a ella como 'krokodil', cocodrilo. La han bautizado así por la apariencia que va tomando la piel alrededor de los pinchazos: se vuelve verdosa, con escamas, hasta recordar vagamente la seca superficie del reptil.

Pero, por desgracia, la metáfora llega mucho más lejos, ya que este sustituto barato y casero de la heroína va destruyendo los tejidos, como si devorase el cuerpo a dentelladas.

Los vasos sanguíneos revientan, la carne se desprende de los huesos y los consumidores acaban sufriendo gangrena y amputaciones, en una especie de versión hiperbólica de los horrores de la droga. La mayoría de los adictos muere a los dos o tres años.

Hasta hace unas semanas, el 'krokodil' parecía patrimonio exclusivo de las repúblicas exsoviéticas, especialmente de Rusia, donde la heroína mantiene una extraordinaria vigencia: se calcula que hay en el país unos tres millones de yonquis, que absorben el 21% de la heroína producida en Afganistán.

Cada año fallecen 30.000 rusos por esta causa, la tercera parte de la cifra mundial de muertes. A la disponibilidad de este opiáceo en las calles se suma la hostilidad del Gobierno hacia los programas de reducción de daños, como el intercambio de jeringuillas, y su rechazo a mantener redes públicas de centros de rehabilitación. El panorama ya era siniestro, pero ha empeorado hasta la pesadilla por culpa del 'krokodil', detectado por primera vez hace nueve años en Siberia: mucho más fuerte que la heroína, la desomorfina puede 'cocinarse' en casa a partir de tabletas de codeína, vendidas libremente en las farmacias.

El resto de la receta, difundida de boca en boca o a través de internet, permite imaginar que de ahí no puede salir nada bueno, ya que los adictos utilizan ingredientes como disolvente, bencina o fósforo rojo sacado de las cajas de cerillas. El coste total de la dosis oscila entre tres y cinco euros, pero los efectos no duran más de dos horas: el toxicómano entra en un ciclo enfermizo de fabricación y consumo que le mantiene ocupado día y noche, mientras su cuerpo se va corrompiendo.
¿Dolores de cabeza?

En los últimos cinco años, la gravedad del problema se ha disparado. «Las ventas de tabletas de codeína se han multiplicado docenas de veces. Es muy obvio que esto no sucede porque todo el mundo haya desarrollado un repentino dolor de cabeza», apuntaba este verano Víctor Ivanov, responsable de la Agencia de Control de Drogas. Pero parece que el asunto ya no concierne solo a Rusia: este mes, se han detectado en Bochum, una ciudad alemana de la cuenca del Ruhr, cuatro casos de presunto consumo de 'krokodil'.

De momento, la identificación de la droga se basa exclusivamente en los llamativos síntomas, pero los responsables policiales han admitido que no se trata de ejemplos aislados dentro del territorio germano.
Las alarmas han saltado ante la posibilidad de que una sustancia tan poco recomendable se extienda por el continente, que sufrió el año pasado un importante bajón en el suministro de heroína. «Las causas de esta escasez no están claras, pero la plaga que afectó a la cosecha afgana de adormidera de 2010 es, en mi opinión, un factor importante -explica a este periódico Christopher Hallam, investigador del Consorcio Internacional de Política sobre Drogas-.

El último informe de Naciones Unidas sobre el opio en Afganistán indica que la producción de 2011 superará en un 61% la del año pasado, y esto puede incrementar el abastecimiento». Pero, de momento, los precios se mantienen altos, un factor determinante en la decisión desesperada de recurrir a alternativas de elaboración casera: «Si el suministro de heroína sigue siendo escaso, de poca calidad y caro, podría suponer un estímulo para que el mercado produzca y distribuya desomorfina en otros países europeos.
Eso supondría una mala noticia para Europa Occidental en términos de salud pública», concluye Hallam.

Porque, en igualdad de condiciones, ningún toxicómano en sus cabales elegiría el ponzoñoso mordisco del 'krokodil'. «Puedes notar lo desagradable que es mientras te lo metes -relató al diario británico 'The Independent' un consumidor ruso-. Sueñas con heroína, con algo que parezca limpio y no veneno.
Pero no puedes permitírtelo, así que sigues metiéndote 'krokodil'. Hasta que te mueres».


Por tk