La Bacteria de la Peste Negra, llamada Yersinia Pestis, no ha evolucionado a la par que el sistema inmune del ser humano, por lo que ya no representa un riesgo para la salud.
La Bacteria de la Peste Negra del siglo XIV, llamada Yersinia Pestis, no ha evolucionado a la par que el sistema inmune del ser humano y es por ello, que ya no representa el riesgo que representó para la humanidad hace más de 600 años.
Imagen: La pulga, parásito común de las ardillas, fue un vector importante para la transmisión de la bacteria Yersinia Pestis, el patógeno responsable de la Peste Negra.
Algunos científicos creen que cuando el hombre se enfrentó por primera vez a la Yersinia Pestis, las circunstancias eran las idóneas para que se ocurriera una pandemia. El invierno fue muy frío en Europa en esa época y la poca higiene, aunada al hecho de que las personas vivían en cuartos cerrados y poco ventilados hicieron que el contagio creciera exponencialmente. ¿El resultado? Entre 30 y 50 millones de personas murieron, aproximadamente uno de cada tres europeos.
Después de una extensa investigación, en donde un grupo de científicos extrajo dientes de personas que murieron por la peste del siglo XIV para analizar el DNA de la bacteria, se demostró que el microorganismo casi no había cambiado de entonces a ahora, a diferencia de nuestro sistema inmune que si aprendió a lidiar con esta amenaza.
Además de que nuestro sistema inmune ha evolucionado para lidiar con la bacteria Yersinia Pestis, esta puede ser curada con antibióticos simples, tales como la tetraciclina. En nuestros días, se reportan 2000 casos anuales de Peste Negra anualmente, en su mayoría ocurrentes en zonas rurales, donde la gente tiene mayor contacto con roedores y pulgas, según información del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.