Descifran por primera vez el genoma de un lagarto, útil para comprender la evolución humana.
Por sintesisdeprensa
  
Domingo, 11/09/2011
Científicos del Instituto Broad, en Estados Unidos, han logrado descifrar por primera vez el genoma de un lagarto. Puede ayudar a comprender la evolución de los mamíferos.

Se trata del anolis verde (Anolis carolinensis), un reptil autóctono del sudeste de EE.UU., y que puede ayudar a comprender la evolución de los humanos, de todos los mamíferos y de su parientes reptilianos, según publica la revista Nature.

El campo de los reptiles es un ámbito relativamente poco explorado en la secuenciación genómica, por lo que era "una rama importante que investiga", asegura Kerstin Lindblad-Toh, directora científico de genómica de los vertebrados del Instituto Broad.

"Hemos secuenciando el genoma de animales de diferentes partes del árbol evolutivo de los vertebrados, pero hasta ahora no se había secuenciado el genoma de los lagartos", afirma la investigadora.
Modelo a estudiar
Alrededor de 400 especies de este lagarto se han extendido por determinadas zonas del continente americano, lo que los convierte en un modelo atractivo para estudiar su evolución.

"Contamos con bastante información sobre su biología y comportamiento, pero la información genómica puede constituir la pieza clave para entender por qué los lagartos se han diversificado tanto", explican los expertos.
Además, el equipo descubrió que al igual que los mamíferos, estos reptiles parecen tener los cromosomas XX y XY (a diferencia de las aves, en las que los machos tienen dos cromosomas sexuales llamados ZZ y las hembras dos diferentes ZW).

El genoma recién descifrado puede aclarar las dudas respecto al origen de los elementos no codificantes (ADN basura) del genoma humano.

Estas regiones no tienen genes que codifiquen proteínas, pero se piensa que tienen un papel importante porque han permanecido inalteradas durante miles de años, pero "en ocasiones hay que mantenerse a una cierta distancia para entender cómo evolucionó el genoma humano", añade Jessica Alföldi, coautora del artículo.
Los científicos analizaron de donde procedían esos elementos misteriosos y plantearon que podían ser transposones, secuencias de ADN que se mueven por sí mismas y se copian y pegan en diferentes partes del genoma.

En los humanos, muchos de estos 'genes saltarines', han perdido la capacidad de saltar, pero -según publica SINC- esta habilidad se ha mantenido en esta especie de lagarto verde.


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