¿Por qué debemos recordar el 11 de septiembre?
Por discovery
  
Miercoles, 07/09/2011
Diez años después, muchos americanos todavía recuerdan con nitidez los terribles eventos del 11 de septiembre de 2001. Aviones estrellándose contra el World Trade Center; personas saltando desde ventanas a más de cien pisos de altura; miles de civiles huyendo del centro de Manhattan a pie. Son imágenes difíciles de olvidar.

Por otro lado, la gran mayoría de las personas que se quedaron pegadas a los noticiarios durante días en el 2001, hoy raramente piensan en aquel trágico momento. Y las personas que viven lejos del lugar o que en aquel entonces eran demasiado jóvenes quizás no conocen los detalles de los ataques.

Los historiadores mantienen que se trata de un fenómeno habitual que se repite a lo largo de años de guerras y traumas. En medio de eventos trágicos, las personas se convencen de que el mundo nunca será el mismo. Pero a medida que los años y las generaciones pasan, la vida cotidiana vuelve a la normalidad para la gran mayoría de ellas. Mientras tanto, las influencias políticas y culturales transforman gradualmente nuestros recuerdos de la historia a lo largo de las décadas.

Por ahora, mientras continúan los conflictos en Irak y Afganistán, todavía es pronto para saber si el 11 de septiembre será recordado o si las generaciones futuras homenajearán esta fecha.

"Podemos dejar las desavenencias políticas a un lado durante un día mientras leemos los nombres del 11 de septiembre y luego los restantes 364 días volvemos a plantearnos si deberíamos haber hecho esto o aquello”, manifestó Gavriel Rosenfeld, historiador de la Universidad de Fairfield en Connecticut.
"Todo se resume al hecho de que la historia definitiva del 11 de septiembre todavía no ha sido escrita porque aún la estamos viviendo”.
A pesar de todo, la historia sugiere – para bien o para mal– que una narrativa cultural de esperanza y optimismo prevalecerá eventualmente, afirma Alvin Rosenfeld, autor de "The End of the Holocaust" (El Final del Holocausto) y profesor de inglés y estudios judíos de la Universidad de Indiana, padre además de Gavriel Rosenfeld.

A modo de ejemplo, Alvin menciona a Anna Frank. Aunque como niña sufrió terriblemente el Holocausto, cada película norteamericana u obra que se hizo sobre ella se centra en una única línea inusualmente alegre de su diario: "A pesar de todo, sigo creyendo que las personas son buenas de corazón”.

"Si todo se compara con la forma en la que la memoria del Holocausto evolucionó colectivamente, nos acordaremos del 11 del septiembre, pero el tiempo tiende a disipar el dolor”, declaró Alvin Rosenfeld.
"Los americanos tienden a desear que las cosas acaben bien, no mal. Nos gustan los finales felices, valoramos mucho la esperanza. No queremos detenernos en el pasado, especialmente si fue terrible como el Holocausto o el 11 de septiembre”.
No existe consenso sobre el hecho de que la tendencia que muestran los americanos de transformar escombros en esperanza sea algo bueno. Algunos especialistas lo consideran una actitud ingenua y otros una forma de superación.

Pero el optimismo de nuestro país apunta claramente a diferenciar la historia de la memoria. Y los eventos del 11 de septiembre de 2001 pudieron haber clavado una espina en aquella disposición eternamente esperanzadora”, mantiene Gavriel Rosenfeld.

Rosenfeld menciona revisiones recientes de la II Guerra Mundial, que siempre fue recordada como una “buena guerra”. Actualmente, muchos especialistas están empezando a cuestionar la verdad que se oculta detrás de esta expresión, argumentando que habría sido mucho mejor no haber tenido que comenzar una guerra.

"Creo que el 11 de septiembre se convirtió en un punto de inflexión en la manera en la que evaluamos ciertos aspectos de la historia”, afirma Gavriel Rosenfeld.
"Desde el 11 de septiembre hay un nuevo escepticismo acerca de la participación de los Estados Unidos en los asuntos mundiales y su uso del poder político para lograr objetivos”.
Estudios sobre el Holocausto ofrecen otras percepciones y ayudan a evaluar cómo el 11 de septiembre será recordado u olvidado dentro de 80 años. Ambos eventos son considerados actos chocantes e impensables, que ocasionaron la pérdida de muchas vidas humanas. Pero si comparamos a las casi 3.000 personas que murieron en los ataques del 11 de septiembre con los más de seis millones de judíos que fueron exterminados a lo largo de más de una década, el Holocausto ocurrió a una escala mucho mayor.

A pesar de ello, muchas personas desconocen o se han olvidado de numerosos detalles sobre aquellos terribles años, afirma Lawrence Langer, autor de "Testimonios del Holocausto: Las Ruinas de la Memoria”.

En 1941, por ejemplo, en una de las mayores atrocidades cometidas durante el Holocausto, más de 33.000 judíos fueron asesinados a tiros y sepultados en fosas comunes durante dos días y dos noches en Babi Yar, Ucrania. Sin embargo, muy pocas personas conocen esta masacre. Dependiendo de la manera en la que los atentados del 11 de septiembre sean encajados en un contexto histórico y político más amplio, aquel terrible día también puede desaparecer de nuestra memoria colectiva.

Resulta fundamental que luchemos para recordar las atrocidades del pasado, afirma Langer; pero no únicamente para evitar futuras tragedias sino porque los actos de escuchar, aprender y recordar son pasos importantes en el desarrollo de la empatía por otros individuos y culturas.

Preservar la memoria de acontecimientos traumáticos también ayuda a validar la experiencia de personas que han sufrido directamente.

"Conocer un evento histórico forma parte del proceso de convertirse en una persona civilizada y educada”, afirma Langer, que entrevistó a más de 80 sobrevivientes del Holocausto y pudo ver otras entrevistas realizadas a más de cien.
"Las personas que entrevisté cuentan sus historias porque quieren que el mundo sepa lo que les ocurrió”, aclara.
“El hecho de que alguien sepa o se interese por ello valida su experiencia. No le confiere significado pero si a nadie le importas eres relegado al olvido. Si no recordamos lo que ocurrió el 11 de septiembre es como si no hubiese ocurrido”.


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