Bombillas de 50 Watios, baratas, procedentes del reciclado al servicio de los más pobres.
Ese puede ser el titular, pero lo realmente cierto es que a pesar de encontrarnos en el siglo XXI y en plena revolución tecnológica, las imaginación y la creatividad de las gentes sencillas sigue sorprendiendo y dando excelentes resultados.