¿Por qué crecen más rápido las uñas de las manos que las de los pies?
Por muyinteresante
  
Jueves, 25/08/2011
Las uñas de las manos crecen a un ritmo de 4 centímetros al año, al menos el doble de rápido que las uñas de los pies. Ello se debe a que las de las manos sufren más desgaste, ya que se utilizan, por ejemplo, para abrir latas, cajas u objetos, y también para rascarse, por lo que necesitan reponerse antes.


Con todo, la velocidad de crecimiento varía mucho entre unas personas y otras, en función de la herencia genética, el sexo, la edad y, por supuesto, el desgaste debido al uso. También influye la época del año: en verano, las uñas crecen sensiblemente más deprisa que durante las otras estaciones.

¿La luna hace que crezcan más el pelo, las uñas o los cultivos?
Hasta el momento, ninguna prueba científica avala que nuestro satélite influya en el crecimiento de las uñas, el pelo o en la germinación de los cultivos, aunque una extendida creencia popular atribuye efectos beneficiosos al acto de plantar y cosechar en determinadas fases lunares. Algo parecido se piensa de las uñas y el cabello. Una vez más, nada prueba que exista una relación entre las fases lunares y su crecimiento. Sí se ha hallado que la Luna influye ligerísimamente en el clima global.

En cuanto a las uñas, las de las manos crecen constantemente al ritmo de unos 3 milímetros al mes. Las uñas de los pies crecen sólo entre 1 y 1,5 milímetros en ese mismo tiempo. Sabemos que si se ejerce presión mecánica sobre ellas, por ejemplo al tocar un instrumento, o si se cepillan o se cortan, se incentiva su crecimiento. También crecen más rápidamente cuando la temperatura es mayor, un fenómeno que afecta igualmente al cabello.

Las primeras uñas aparecieron hace 55 millones de años

Las uñas en los dedos sirven para algo más que para lucir bellos diseños de manicura. Según un estudio realizado en la Universidad de Florida (EE UU), cuando aparecieron hace más de 55 millones de años en primates de tamaño muy reducido estas estructuras ayudaron a nuestros ancestros a mejorar el tacto en los dedos, así como la capacidad de arañar y de agarrarse.

En un trabajo publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology, los autores afirman que el análisis de los fósiles más antiguos con uñas confirman la idea de que las uñas se desarrollaron en cuerpos pequeños y se descartan previas teorías de que evolucionaron en paralelo a un incremento del tamaño del cuerpo de los primates.

El material analizado para llegar a esta conclusión consiste en restos de 25 nuevos especímenes de Teilhardina brandti encontrados en los últimos siete años en la cuenca de Bighorn en Wyoming (EE UU), de 55,8 millones de años de antigüedad, incluidas partes de su dentadura superior y de los huesos de los tobillos que demuestran que vivían en los árboles. Las uñas de este pequeño primate, similar al lemur, le permitían agarrarse a las ramas y moverse con agilidad por los árboles.

Y como apunta Ken Rose, coautor del trabajo, “son las más pequeñas jamás conocidas, ya sea de animales vivos o fósiles”.
"Si observas a todos los primates que existen hoy en día, todos muestrab características similares, pero, al contrario que los seres humanos, muchos de ellos viven en los árboles", añade Jonathan Bloch, paleontólogo y coautor del estudio.
"Al encontrar las partes del esqueleto de este primate primitivo, pudimos comprobar que las uñas estaban presentes en el ancestro común del grupo que incluye a lemures, monos y seres humanos ", añade Bloch.
El estudio permite entender mejor la relación evolutiva de uno de los más antiguos primates modernos conocidos, así como los plazos y las condiciones ambientales que permitieron el desarrollo de las uñas en todos los dedos de las extremidades superiores e inferiores, una característica exclusiva de los primates.


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