Los pilotos y los astronautas se desorientan en el espacio.
Nuestro cerebro, bastante hábil a la hora de conocer la posición de nuestro cuerpo en tierra firme, no es tan eficaz cuando se trata de calcular la posición a cierta altura.
Un equipo de científicos británicos del University College de Londres (Reino Unido) ha demostrado que el mapa espacial interno del cerebro es prácticamente plano, y que cuando pilotamos un avión o salimos al espacio exterior "funciona mal".
En estudios con animales, Kate Jeffery y sus colegas analizaron dos tipos de células nerviosas involucradas en la representación cerebral del espacio: las que miden la distancia y las que indican la ubicación. Curiosamente las primeras no se activaban cuando los animales trepaban y ascendían.
La percepción del espacio es bastante plana, ya que somos sensibles a dónde estamos colocados en un plano horizontal, pero sólo vagamente conscientes de la altitud, concluye Jeffery en un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience.
Esto tiene implicaciones negativas para los profesionales que tienen que moverse libremente en las tres dimensiones, como buzos, pilotos y astronautas, por ejemplo.