VIDEO del PARTIDO - Resumen y Goles - Argentina 3 vs Costa Rica 0
Por gastom
Martes, 12/07/2011
El delantero del FC Barcelona arrancó la ovación y los vítores de la afición cordobesa en la victoria de Argentina sobre Costa Rica por 3-0 (Agüero, 2, y Di María).
Argentina 3 vs Costa Rica 0 - Copa América 2011 - "Grupo A" - "Córdoba"
Argentina bebió al fin su primer sorbito dulce de esta Copa América, que hasta el momento no le había dado más que disgustos. Fue ante un rival sencillo como Costa Rica, sí, y con la ventaja que se supone que siempre debe dar el jugar en casa, también, pero había que ganar para estar en cuartos y lo hizo. Ya no quedará para la historia que la albiceleste cayó en la primera fase de 'su' Copa América, como llegó a temerse viendo el mal desempeño del equipo de Sergio Batista en las dos primeras jornadas.
Un Batista que dejó a un lado su fama de tozudo y revolucionó el equipo armando, dicho se de paso, un galimatías táctico del que pocos pensaban que la selección pudiese salir airosa. Pero, así es el fútbol, la concatenación de incongruencias una detrás de otra terminó por provocar un hábitat ideal para que Lionel Messi, de una vez por todas, brillara con su país. La Pulga, la estrella del partido junto con Agüero, arrancó al fin palmas y gritos de apoyo de su hinchada. Lo necesitaba.
Un Messi que repartió dos asistencias jugando no como falso '9', como venía haciéndolo, ni como mediapunta puro, sino escorado a la derecha con tendencia a venirse al medio, dejando todo el carril derecho para Pablo Zabaleta, que se hartó de subir la banda. Una posición en la que Messi jugó mucho en sus inicios en el Barça y que parecía desterrada de su ideario, pero en la que se encontró muy cómodo ejerciendo de director de orquesta.
De la excelente actuación de Messi se beneficiaron todos, empezando por Agüero, autor de dos goles, uno de ellos tras perfecto servicio de la Pulga. Y eso que el Kun se movió casi todo el partido volcado hacia el flanco zurdo, como falso extremo, ya que el puesto de delantero centro le fue reservado a Gonzalo Higuaín. Agüero jugó en la banda a pesar de que en el once titular (de donde se cayeron Lavezzi y Tévez) entró de inicio Di María que, para rematar el batiburrillo de posiciones, actuó por dentro, como mediapunta, posición desde la que marcó el tercer y definitivo tanto a pase de Messi.
Pero no sería justo darle todo el mérito de la clasificación de Argentina para cuartos a Messi y Agüero en exclusiva, sin repartir un trocito del pastel para Fernando Gago, que está demostrando ser mucho más de lo que se ha visto en el Real Madrid formando doble pivote con Mascherano. La presencia del Pintita en el centro del campo evita que el equipo se rompa con tanto delantero junto, y sería raro que Batista no le mantuviese en el once durante el resto del torneo.
Lo peor, la defensa
La mala noticia para Argentina sigue siendo su defensa, lenta, poco intensa y vulnerable por arriba. El veteranísimo Javier Zanetti se está viendo obligado a jugar en el lateral zurdo, a pierna cambiada, mientras que el eje central con Gaby Milito y Nicolás Burdisso hace aguas a la que se topa con un delantero escurridizo o con un centro del campo capacitado técnicamente para meter balones a su espalda. Las alternativas que tiene el Checho en el banquillo son Nico Pareja y Ezequiel Garay.
Era nuestro deber
Pese a estar satisfecho por el triunfo, Mascherano mantiene los pies sobre la tierra de cara a lo que se viene en la Copa. Hay que ser cautelosos, tiró el Jefecito. Y agregó: "Veremos que nos toca ahora".
La victoria se necesitaba con urgencia. No se podía dejar pasar este tren. Y Argentina esta vez no defraudó. Pese a expresar su satisfacción por el resultado, Javier Mascherano, capitán argentino, no se adelanta a los hechos y pretende ir paso a paso, con suma tranquilidad, para lo que viene. Por eso, manifestó: Hay que ser cautelosos.
Estamos contentos, pero no hay que agrandar mucho este triunfo, ni exagerarlo. Teníamos que ganar porque sino nos quedábamos afuera. Ahora hay que encontrar el equipo. Empieza otra Copa América. Veremos que nos toca ahora, detalló el Jefecito una vez finalizado el encuentro. Haciendo un balance de la performance ante Costa Rica, el Masche dijo que fue fundamental haber generado muchas situaciones de gol y que la actitud mostrada por el equipo fue otra. Tenemos que mantenerla y no se puede negociar, agregó.
Por último, habló de la actuación de Messi, su compañero en el Barcelona: Ojalá que empiece el reconocimiento a Lio. A nosotros nos parece extraño que en su país no se los reconozca como en el resto del mundo.
Messi es mi 10
Córdoba lo idolatró, Leo la rompió y, así, la Selección pasó por arriba a Costa Rica y está en cuartos. "Necesitaba este cariño... Y ahora empieza otra Copa", dijo el crack.
Tenían razón Diego, La Volpe, Batista y los defensores de Messi, incluidos esos oriundos de Villa Carlos Paz que colgaron el trapo de Messi, creemos en vos. Había que sacarle la lupa a la Pulga. A Leo había que mimarlo, cuidarlo. Así lo entendió la gente que copó el Mario Kempes para corear su apellido. Antes del partido. Durante. E inmediatamente después de cada intervención (genial o ni tanto) del mejor del mundo. Olé, olé, olé, olé, Messiiii, Messiii, lo vitorearon una decena de veces. Y el crack, idolatrado como en Barcelona, rodeado de compañeros que se dan cuenta cuando Leo les marca un pase (Agüero, Di María, Higuaín) y que le devuelven una pared redonda (Gago), estando cómodo, entonces, resurgió, logró sacarse la lupa inquisidora de encima, ahora nadie se va a animar a armar tapes para ver si canta el himnosin pifiar la letra. Tampoco habrá páginas de diario ni minutos de radio para destacar su flojo nivel. Leo fue el del Barsa jugando en un equipo que no es el culé. Necesitaba este cariño. Y ahora empieza otra Copa, pidió la palabra, pese a no estar pautada, tras recibir el premio de MVP.
La Pulga, atómica anoche, dejó mano a mano con el arquero a Higuaín un par de veces, a Lavezzi otra, pero el Pipita y Pocho fallaron. Agüero y Di María, los otros puestos de cara al gol por Messi, sí le anotaron las asistencias en la planilla de estadísticas. A Leo le sobró panorama riquelmeano, ejecutó el 95% de sus pases bien, la pidió siempre, en general arrancando desde la derecha, como en la vieja época del Barcelona, tirándose al medio cuando Higuaín se abría, porque no tuvo una posición fija. Se las arregló de maravilla el 10 para esquivar esa marca escalonada planteada por el rival. No se apichonó en el par de ocasiones en que padeció la férrea marca. No tuvo ni media mueca de fastidio. Ni se fue del partido un segundo. Recontra a la altura del compromiso, fue Messi para salvar las papas en una noche que podría haber terminado en Cordobazo pero terminó renovando la esperanza de la albiceleste. Esa camiseta que Leo, ayer, condujo como se le pide. Como sólo se le pide a grandes como él.
Necesitaba Messi redondear un partido así. Y sentirse local, querido por el público, como supo arroparlo Córdoba. No por nada esta vez sí se fue saludando a la gente la Pulga. No por nada fluyó como fluyó en la hierba. Sólo chingó un ítem: los tiros libres. Un asterisco ínfimo ante tan grata performance. Messi estuvo brillante como el equipo, dijo Batista. Enhorabuena. Y a seguir disfrutándolo. Y a repetirlo justo en la Santa Fe que crucificó al equipo post Colombia.