La gran pesadilla de Messi
Por gastom
  
Martes, 05/07/2011

Argentina no es el Barça. Ni lo será nunca. Por eso nadie puede pretender que Messi juegue en la selección albiceleste como lo hace en el equipo blaugrana. Es imposible. Porque el estilo del Barça no es solo Messi. Lo explicaba muy bien el periodista Daniel Lagares en su crónica del diario Clarín ¿tras el decepcionante empate ante Bolivia en el debut de la Copa América.

Es un error trasladar la idea del Barça a la selección si se elige que Mascherano-Banega-Cambiasso elaboren los circuitos. Ninguno se acerca, ni por asomo, a las características de Xavi-Iniesta. Entonces, no habrá similitudes posibles con el equipo catalán si, de arranque, los intérpretes son tan distintos.

Ese es el drama de Argentina: tener al mejor futbolista del mundo pero no poder sacarle provecho por no disponer de los socios adecuados. Y esta, también, es la gran pesadilla de Messi: sentirse impotente al no poder ganar con su selección todos los títulos que ya ha conquistado con el Barça.

Messi se siente responsable de los fracasos de Argentina. Y quiere asumir un papel de salvador que no le corresponde. Dice Lagares en su crónica que en el Barça, le sobran ofertas de pase para tocar y salir a buscar la descarga. En la selección no. En el Barça se la dan siempre redonda y en el momento justo. En la selección no. Entonces retrocede a buscar la pelota, encara y pasa rivales hasta que se la quitan o lo bajan. Y él mismo, con su velocidad, obliga al resto a acompañarlo en un vértigo a cara o cruz: golazo o fracaso. Toda la apuesta a una carta, demasiado riesgo.

Porque Messi se siente obligado a tirar de la albiceleste para que sus compatriotas le amen como le adoran los aficionados barcelonistas. Pero Messi no puede obrar el milagro en cada partido, en cada jugada. Necesita que sus compañeros le ayuden, le alimenten, le hagan mejor. Como sucede en el Barça. En Argentina, Messi tampoco encuentra a Villa o a Pedro para asociarse, para intercambiar posiciones, para romper las defensas rivales. Ni aparece Alves por la banda, provocando superioridad y dando asistencias de gol. Messi se siente tan solo que se desespera. Y se aflije.

Después de haber ganado ya 15 títulos en 7 temporadas en el Barça (entre ellos, 5 Ligas, 3 Champions y 1 Mundial de Clubs) y ser elegido en tres ocasiones como el mejor jugador del planeta (en su doble versión de Balón de Oro y FIFA World Player), Messi se siente en deuda con su selección y con su país. Un Mundial Sub 20 y un oro olímpico no son suficiente palmarés para un futbolista tan especial como él. Por eso la presión se multiplica cuando juega con Argentina. Una presión que se hace insoportable hasta el extremo de impedirle disfrutar. Messi sufre cuando se viste con la albiceleste. No se lo pasa bien en el campo. No es aquel niño feliz con un balón en los pies. Y eso es malo para Messi. Y todo lo que es malo para Messi también es malo para el Barça.

http://www.sport.es/es/noticias/lluis-mascaro/20110704/gran-pesadilla-messi/1064475.shtml


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