CARLOS ARANO: "Hace seis días que no mando los chicos al colegio"
Por gastom
  
Martes, 28/06/2011
El que atiende el teléfono es el jugador más insultado por los hinchas de River. Ni Mariano Pavone, que erró el penal que podría haber modificado este triste final deportivo. Ni Alexis Ferrero ni Juan Manuel Díaz, los protagonistas del blooper que desembocó en el gol que terminó con esa ilusión monumental de seguir en Primera. El que habla con Clarín es Carlos Arano, quien quizá haya jugado uno de los peores partidos de su carrera , pero no le escapó al desafío.


El propio Chiche lo ratifica:

“Yo no me quería perder la Promoción. Por eso les pedí al técnico y al presidente jugar estos partidos. Me moría de ganas por estar porque siempre doy la cara ”.
¿Te preguntás por qué la gente se ensañó con vos? A mí me putean desde que se fue (Angel) Cappa, estoy acostumbrado a esto. Prefiero que me insulten a mí y no a los chicos del club. Ya soy un jugador grande, de 31 años. Uno lo puede soportar, mientras no pase nada en la calle. Por eso hace seis días que no mando a los chicos al colegio.

Es demencial que no puedas llevar a tus hijos a la escuela.

River tiene mucha repercusión. Un desubicado dice algo y se puede complicar. Entonces, esquivar ciertas cosas. Y sí, es una locura. La gente va a la cancha a descargarse. En cualquier partido, vas a sacar un lateral y te escupen. No sé si se puede llegar a entender.

¿Te sentís responsable de este descenso? Apenas jugaste un par de partidos.

Todos los que integramos este plantel somos culpables.

¿Hiciste un análisis de lo que pasó? Mucho análisis no hice, no tuve tiempo de pensar, llegué a casa y tuve que cambiar mi chip. Mis hijos no me tienen que ver llorar.

¿Pudiste dormir? No, estoy sin dormir, destrozado. ¿Sabés qué pasa? Yo soy un tipo que se compromete desde el primer día. Y para todos nosotros es una mancha imborrable. Por ahí, para los más chicos, que no llegan a tener 20 años, es muy difícil. Por eso hubo llanto y dolor. El vestuario era un velorio.

¿Por qué agitabas los brazos todo el tiempo pidiendo aliento? ¿Era una necesidad de descargarse? Uno está tenso y lo hace para que la gente cante, algo que hizo todo el partido. Quería contagiar ese entusiasmo.
¿Eran conscientes de que se jugaban 110 años de historia? Todos. Desde los médicos hasta los utileros. Los jugadores nos jugábamos el prestigio. Nos fuimos a la B con River y esto no se te borra más en la vida. Por eso hay que ser fuerte. Cada uno sabrá lo que hizo bien o lo que hizo mal. Pero te puedo asegurar que todo el campeonato fuimos conscientes de esta situación.

¿Creés que influyó todo el clima externo? Es un club muy político. A mucha prensa la tenés en contra, unos quieren que se vaya Passarella, otros no. Hay una cuestión de poder en el medio. Es momento que todos apoyen para que River salga adelante, que no pase lo que le pasó a Central. La B Nacional es una categoría difícil.

¿Te quedarías para jugar con River en el Ascenso? Me gustaría quedarme. Pero no sé si el presidente quiere que me quede. Lo primero que voy a hacer es el duelo personal, dejar pasar unos días y pensar. La cabeza me labura mucho, estoy golpeado. Y, después, evaluar. Mi contrato termina en estos días y yo tengo algunas propuestas interesantes de afuera. Hay que ver.

¿Creés que River vuelve rápido a Primera? Si se mejoran un montón de cosas, seguro que vuelve pronto. Por eso digo que no hay que dramatizar. River es un club con historia, con buenos jugadores que tiene que adaptarse ya al técnico que venga. Porque mientras más rápido conseguís resultados, más chances hay de subir.


Por gastom