2011-05-06
¡Qué porquería las hormonas!
Es el título del libro que presentó el investigador del Conicet Juan Carlos Calvo, en la Sala Bioy Casares de la Feria del Libro.
Como una forma de homenaje a José María Firpo y su libro Qué porquería es el glóbulo, Juan Carlos Calvo, investigador del Conicet en el Instituto de Biología y Medicina Experimental Ibyme-, presentó el libro ¡Qué porquería las hormonas! para acercar conocimiento a la sociedad sobre un tema tan complejo.
Pero si bien es complejo, no se puede vivir sin hormonas. Siempre se habló de la mujer barbuda del circo, pero lo que pocos saben es que se trata de casos en los que la mujer generó una cantidad excesiva de corticoides y testosterona, hormona típicamente masculina.
Por eso, las hormonas son tan imprescindibles pero, cuando funcionan mal son una porquería. Puede fallar el sistema de reconocimiento, la cantidad de hormona a sintetizar, el organismo en el que tiene que actuar, aclara el doctor Calvo.
Una llave para muchas puertas
Tanto machos como hembras comparten todas las hormonas. Estas bien podrían representar una sola llave que abre dos puertas a distintos caminos.
De igual forma, en las hormonas la diferencia radica en el órgano sobre el que actúan. En la mujer, por ejemplo, la hormona luteinizante (LH) funciona sobre el folículo en el proceso de ovulación. En cambio, en el hombre actúa sobre el testículo y es la que ayuda a la producción de testosterona.
Y según la edad, las hormonas serán las culpables de los cambios que se ven en el cuerpo de los adolescentes, pero también en la aparición de granitos; es la muestra concreta de que una mujer está en condiciones de ser madre y, también, de que ha llegado a su climaterio.