Nunca es Tarde!...
Por tk
  
Miercoles, 11/05/2011


"Nunca es tarde" es para mi mucho más que una bonita frase hecha, mucho mas que una breve consigna, "Nunca es tarde" es como una bisagra, a partir de la cual dependerá si quiero seguir transitando o detenerme. A lo largo del tiempo he comprobado que no hay tiempos dificiles ni épocas dificiles. Vivimos en una sociedad y en un país, donde siempre se está empezando de nuevo. Muchas veces comparo la vida con un jardin de flores, donde el tiempo se va sucediendo inexorablemente, y el jardín siempre está y las flores nacen, mueren y vuelven a nacer, y pienso que en nuestras vidas pasa algo similar. Nada es eterno, todo se reconvierte y está muchas veces en nosotros mismos si nos adaptamos a esos continuos cambios que la vida misma nos propone. Porque no podemos hacer nada contra eso. Si, aceptarlos y vivir a la par de ellos. Nos vamos "modificando" con los cambios y ni nos damos cuenta de los cambios en nosotros, sí nos damos cuenta de los cambios en nuestro alrededor. Nuestros padres " nos dejan sus legados", nuestros amigos se ponen "canosos", nuestros hijos ya no dependen de nosotros, y dejan de "pertenecernos". La vida va adquiriendo un matiz, en el cual la nostalgia y los recuerdos comienzan a ocupar una parte central de nosotros. Nuestras metas son más cortas, nuestros pasos comienzan a desacelerarse, vemos que los màs jóvenes comienzan a buscar su lugar en "el jardín de nuestras vidas" y comenzamos a replantearnos un montón de cosas, y nos invade la nostalgia de nuestras épocas en donde "corríamos" por la vida y empiezan a aparecer algunos temores de intentar algo nuevo y con ellos quizá, muchas veces, dejamos de soñar, dejamos de intentar...

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Me encontré en estos dias con algo que escribió la Madre Teresa, donde "me decía que": Mientras esté vivo , que me sienta vivo, que no viva de fotos amarillas, que no deje que se oxide el hierro que hay en mí. Que cuando vengan los años y no pueda correr, que trote, Que cuando no pueda trotar, que camine. Que cuando no pueda caminar, que use bastón. ¡Pero que nunca me detenga!, ¡que siga andando...!



Y hoy pienso y me digo, y quiero compartirlo contigo, que no nos detengamos, que sigamos caminando por nuestro "jardín de la vida", que Nunca es tarde , que todo es posible, que siempre se puede empezar, una y otra vez, como en cada estación, que renacen las flores. Que tan sólo pasa por nuestras ganas, por ser agradecidos, mirar todo lo que nos dio la vida. Agradecer el gran regalo de estar vivo y disfrutarlo, porque no somos tan distintos de esas flores que pueblan nuestro jardín, tan sólo debemos, a través de nuestra fe, esperar con alegría el agua que hace que nuestra vida sea bella.
Porque la belleza está dentro nuestro.

Fernando Perfetti


El Peso de tu cruz


Un joven ya no daba más con sus problemas. Cayó de rodillas, rezando: "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada".
El señor, como siempre, acudió y le contestó, "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".
El joven suspiró aliviado. "Gracias, señor", dijo, e hizo lo que le había dicho.
Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba.
Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
_"Señor", susurró, "quisiera esa que está alla"
_Y el señor contestó: "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".

Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás.
Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas.
Ya decía Santa Teresa de Ávila: "La Cruz abrazada es la menos pesada".



Anónimo

Los azares de la vida


Una vez un campesino chino, pobre pero sabio, trabajaba duramente la tierra con su hijo.
Un día el hijo le dijo:
_Padre, ¡qué desgracia! se nos ha ido el caballo.
_¿Por qué le llamas desgracia?_respondió el padre_veremos lo que trae el tiempo...
A los pocos días el caballor regresó acompañado de otro caballo.
_¡Padre, què suerte! _exclamó esta vez el muchacho_, nuestro caballo ha traído otro caballo.
_¿Por qué le llamas suerte? _repuso el padre_, vemoas qué nos trae el tiempo.
En unos cuantos días más el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo.
El muchacho se quebró una pierna.
_Padre, ¡qué desgracia! _exclamó ahora el muchacho_. ¡Me he quebrado la pierna!.
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció:
_¿Por qué le llamas desgracia?¡Veamos lo que trae el tiempo!.
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.
Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es bueno o malo.
La moraleja de este antiguo consejo chino es que la vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo, que lo malo se hace bueno, y lo bueno, malo.
Lo mejor es siempre esperar al día de mañana, pero sobre todo confiar en que todo sucede con un propósito para nuestras vidas y para el plan infinito...
No se equivoca el pájaro que ensaya el primer vuelo y cae al suelo; se equivoca el que por temor de caerse renuncia a volar y no abandona el nido.



Anónimo


Llena tu copa


Había un incendio en un gran bosque de bambú, el incendio formaba llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria; y una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitarlas para apagarlo; y volvía a regresar y volvía a ir una y otra vez; y los demás animales que la observaban, sorprendidos la llamaron y le dijeron:
_¿Por qué estás haciendo eso? ¿Crees que con esas gotitas de agua apagarás un incendio de tales dimensiones? No lo vas a lograr.
Y el ave humildemente contestó:
_ El bosque me ha dado tanto, lo amo tanto, yo nací en él. Me ha dado todo mi ser. Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar.
Los demás entendieron lo que hacía la pequeña ave y la ayudaron a apagar el incendio.
Moraleja: Cada gotita de agua apacigua un incendio. Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos reflejará un mejor mañana. No subestimes tus gotas: millones de ellas forman un océano.
Todo acto que con amor realicemos, regresa a nosotros multiplicado.






La joya unica


Cruzando el desierto, un viajero inglés vio un árabe muy pensativo sentado al pie de una palmera, a poca distancia reposaban sus camellos pesadamente cargados de joyas, perfumes y tapices para ser vendidos a alguna ciudad vecina.
Le preguntó el inglés:
_Buen amigo, pareces preocupado, ¿puedo ayudarte en algo?.
_¡Ah!_ Respondió el arabe con tristeza_ estoy muy afligido porque acabo de perder la más preciosa de las joyas...
_¡Bah!_ Respondió el otro_ ¡eso no debe ser gran cosa para ti que llevas tesoros sobre tus camelllos y te será muy fácil reponerla!
_¿Reponerla?_ exclamó el árabe_ bien se ve que no conoces el valor de mi pérdida, era una joya como no volverá a hacerse otra; estaba tallada en un pedazo de piedra de la vida y había sido hecha en el taller del tiempo; la adornaban 24 brillantes alrededor de los cuales se agrupaban 60 más pequeños. ¿Ya ves cómo tengo razón en decir que joya igual no podrá reproducirse jamás!.
_A fe mia _dijo el inglés_ tu joya debía ser preciosa, pero ¿no crees que con mucho dinero pueda hacerse otra análoga?.
_La joya perdida_ respondió el árabe pensativo_ era un día, y un día que se pierde, no vuelve a encontrarse.
En el gran reloj de la vida sólo existe una palabra: ¡Ahora! no te distraigas... no tengas miedos... cada segundo es un escalón hacía la plenitud.


Rabindranath Tagore
(India, 1861-1941)


Una historia interesante



El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: "Cachorritos en venta". Esa clase de anuncios siempre atraen a niños, y de pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:
_¿Cúal es el precio de los perritos?.
El dueño le contestó:
_Entre $30 y $50.
El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas.
_Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?.
El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida de por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba.
_¿Qué le pasa a ése perrito?, preguntó.
El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó:
_¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!
y el hombre replicó:
_No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo.
Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:
_Yo no quiero que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo.
El hombre contestó:
_Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos.
El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:
_Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda.
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:
_Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú.
En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, te acepte y te ame incondicionalmente.



Anónimo


Todas estas historias fueron sacadas de un libro que me regalaron y se llama nunca es tarde si les gustó subiré mas historias por el momento solo les dejo estas y me quedo con la frase de la Madre Teresa:

Mientras esté vivo , que me sienta vivo, que no viva de fotos amarillas, que no deje que se oxide el hierro que hay en mí. Que cuando vengan los años y no pueda correr, que trote, Que cuando no pueda trotar, que camine. Que cuando no pueda caminar, que use bastón. ¡Pero que nunca me detenga!, ¡que siga andando...!


Por tk