Algunos naufragios famosos
Por el_facha
  
Miercoles, 11/05/2011
Los barcos fantasma

Las leyendas de barcos fantasmas siempre han estado presentes entre los mitos de los marineros. Adentrarse en el océano o en peligrosos mares siempre ha causado temor al hombre y es que el desconocimiento de un medio hostil en el que su vida depende de factores que no están en su mano era capaz de doblegar la más valerosa actitud cuando uno llevaba semanas o incluso meses a bordo de un barco y sin más vista que el horizonte.

Junto a los mitos sobre monstruos marinos o tormentas que destruían embarcaciones apareciendo de la nada, había un terror que parecía influir con mayor fuerza en la valetía de los marinos, los barcos fantasma. Buques sin otra tripulación que los fantasmas de los marineros que perecieron en el barcomientras navegaban, almas en pena destinadas a surcar los mares eternamente por haber osado enfrentarse con la fuerza de las aguas y subestimar su poder.







El Holandes Errante


La historia del Holandés Errante es una de las más famosas y quizá de las más antiguas leyendas del mar, ya que circula desde hace, por lo menos, 400 años . Su origen es incierto y guarda gran similitud con otros mitos que únicamente contienen algunas variantes lo que hace pensar que pueda ser incluso anterior a Cristo. Incluso antes de que inspirase a Wagner su ópera «Der Fliegende Holländer», la leyenda del Holandés Errante era conocida por innumerables generaciones de marinos de todo el mundo. Lejanos antecedentes demuestran que en 1680 un barco holandés que hacía la travesía a las Indias Orientales, mandado por el capitán Hendrik van der Decken, navegaba desde Amsterdam a la colonia de Batavia, en las Indias Orientales holandesas.

Todo pareció ir bien para Van der Decken y su tripulación mientras navegaron hacia el sur por los soleados mares tropicales, pero cerca del cabo de Buena Esperanza un repentino temporal hizo jirones las velas y destrozó el timón. Conforme pasaron los días y las semanas, el barco era zarandeado a la altura del cabo, incapaz de avanzar frente al viento que soplaba en dirección sudeste. Según la leyenda, Van der fiecken se enfureció cada vez más al ver que ninguna de sus habilidades y conocimientos de navegación le servían para bordear el cabo. No hacía otra cosa que proferir juramentos.

Aprovechando el desesperado ánimo de Van der Decken, el diablo le sugirió en sueños que desafiase el intento del Todopoderoso de impedirle bordear el cabo. Ciego de rabia, el capitán holandés profirió el reto:

Frenético lanzó el espantoso juramento, Gritando potentemente sobre el estruendo de la tempestad:

«Desafío al poder de Dios a detener el curso de mi destino y mi resuelta carrera. Ni el mismo diablo despertará mi temor. Aunque tenga que surcar los mares basta el día del juicio».

No se sabe quién citó por primera vez las palabras del capitán. Pero el castigo llegó rápidamente, cuando el Ángel del Señor ordenó que Van der Decken errase para siempre por los mares «hasta que las trompetas de Dios rasgasen los cielos».

El barco acabaría hundiéndose y la tripulación moriría, pero Van der Decken ha de proseguir su vigilia hasta el día del Juicio Final.

Van der Decken y su barco no llegaron nunca a Batavia. Desde 1680 son innumerables las gentes que han visto su barco. Se dice que cualquier buque que aviste al barco fantasma tendrá mala suerte.



El ser humano le tiene miedo a lo desconocido, quizás esa es la razón del miedo a los barcos fantasmas.

Son misterios sin descubrir, historias ocultas...







Por el_facha