Solo dos países en el mundo permiten a las farmacéuticas anunciar productos de prescripción médica, Estados Unidos y Nueva Zelanda, el resto los prohíbe por temor a la automedicación.

En países como Singapur se cree que permitirlo convertiría a personas sanas en hipocondríaca, al detectar síntomas que en realidad no tiene; también que los anuncios podrían disparar los costos en el sector salud a provocar que los pacientes comiencen a exigir a sus doctores las medicinas.

En un hecho inédito en ese país, el tema se ha puesto a debate a nivel gubernamental, discusión en que la Autoridad de Ciencias de la Salud revisa el tipo de contenido en los anuncios comerciales con la Asociación Farmacéutica de Singapur.

Anteriormente las compañías solo podían involucrarse en campañas de información de la salud, pero con el advenimiento de los medicamentos genéricos, donde la importancias de la marca comercial deciden el precio y –la calidad- de los productos, la presencia de las empresas en los medios es un factor decisivo.