INGENIEROS DE LO IMPOSIBLE
Por rikydk
  
Lunes, 28/02/2011
RAZONES DE PESO
Los cronistas de la época de la conquista española del imperio inca en Perú, recogieron la idea de que los nativos del lugar, los incas, no fueron quiénes realizaron las maravillosas construcciones megalíticas existentes en Cuzco, sino unos misteriosos antepasados suyos que estaban dotados de poderosos poderes sobrenaturales.

Ejemplo de ello fue el cronista español Garcilaso de la Vega quien aseguraba respecto a estas construcciones:

"No le quedaba más remedio que creer que habían sido hechas por vía de encantamiento, y que las hicieron demonios y no hombres, causa admiración imaginar cómo pudieron cortar de las canteras de donde se sacaron las piedras, porque los indios no tuvieron hierro ni acero para cortar y labrar; pues pensar cómo las trajeron al edificio es dar con otra dificultad no menor, porque no tuvieron bueyes, ni supieron hacer carros, ni hay carros que las puedan sufrir, ni bueyes que basten a tirarlas; llevábanlas arrastrando a fuerza de brazos con gruesas maromas, ni los caminos por donde las llevaban eran llanos, sino sierras muy ásperas, muchas de estas piedras llegaron de diez, doce, quince leguas ( de 50 a 75 Km.), particularmente la piedra o, por decir mejor, la peña que los indios llaman Saycusa, que quiere decir cansada porqué no llego al edificio; se sabe que la trajeron de quince leguas de la ciudad y que pasó el río de Yúcay"
Continua Garcilaso narrando un suceso en el cual uno de los maestros de obra del inca, deseoso de acrecentar su fama, ordenó traer la Piedra Cansada desde donde la habían abandonado los primitivos constructores para poder emplearla en sus obras de fortificación

"Traían la piedra más de 20.000 indios, arrastrándola con grandes maromas. Iban con gran tiento, el camino por donde la llevaban es áspero, con muchas cuestas agras que subir y bajar, en una de aquellas cuestas, por descuido que hubo entre los que iban sosteniendo, que no tiraron todos a la par, venció el peso de la peña a la fuerza de los indios que la sostenían y se soltó por la cuesta abajo y mató tres o cuatro mil indios de los que la iban guiando"
Según cuenta esta leyenda recogida por Garcilaso de la Vega, los incas fracasaron en el intento de emular a los constructores de los bloques megalíticos, lo que viene a demostrar que difícilmente pudieron ser ellos los constructores de las murallas de Sacsayhuamán en Cuzco, así como de otra infinidad de lugares que se esparcen a lo largo de la geografía andina.

Parece ser que tanto en el antiguo Perú como en otros muchos lugares del mundo el desplazamiento de grandes masas pétreas con su elevado peso, no constituyó ningún tipo de problema para nuestros antepasados, quienes a base de fuerza bruta consiguieron levantar lo que hasta el día de hoy consideramos auténticas obras maestras de la ingeniería, en lugares tan distantes como la propia Sacsayhuamán en Perú, Egipto, la Isla de Pascua, Stonehenge, etc, etc.

En cualquiera de estos lugares no podemos por menos que hacernos siempre las mismas preguntas. Pudiendo hacer las obras con bloques más pequeños ¿por qué tenían que complicarse la vida con mastodontes que ni si quiera hoy en día seríamos capaces de desplazar sin un gran esfuerzo?, ¿por qué nuestros ingenieros no manejan para las construcciones modernas semejantes moles de piedra?.

RAZONES DE LOGICA
Y es que si bien existen hoy en día grúas y maquinarias capaces de levantar moles superiores a las 1.000 toneladas, éstas son muy escasas y localizadas en puntos concretos para un uso muy especializado: en puertos e industrias pesadas por poner un ejemplo, pero (siempre hay un pero), estas grúas no se pueden desplazar al mismo tiempo que están levantando una carga, excepto si se sitúan sobre unos raíles o sobre una plataforma móvil dotada de orugas y, por supuesto, preparando el terreno desde el punto de levantamiento de la carga, hasta el de su ubicación. Todo un problema técnico, dados su complejidad y su elevado coste.

Este mismo problema se encontrarían nuestros ingenieros si tratasen de desplazar hoy en día cualquiera de las tres colosales piedras conocidas como el "trilitón", en las ruinas libanesas de Baalbek, con un peso estimado cada una que oscila entre las 800 y 1.000 toneladas, así como numerosos bloques más con un peso aproximado de 300 toneladas que configuran una grandiosa terraza . Y a poco más de medio kilómetro de este punto podemos encontrar la cantera de donde se extrajeron estos bloques (Cheikh Abdallah), en la que se encuentra la mayor piedra conocida labrada por el hombre, que permanece allí abandonada desde que sus antiguos constructores por alguna razón desconocida la abandonaron sin transportarla a su destino.

Esta mole, conocida como la Piedra del Sur alcanza el escalofriante peso de 1.200 toneladas según algunos expertos, aunque hay quienes aseguran que se aproxima a las 2.000 toneladas. Sus medidas son de 21,5 x 4,2 x 4,8 metros, todo un desafío a la lógica humana.
Las ruinas de Baalbek fueron reutilizadas después del abandono de sus antiguos y desconocidos pobladores, entre otros pueblos por los griegos y romanos, no consiguiendo nunca jamás tal nivel de grandiosidad y perfección ni allí ni en ningún otro lugar de sus bastos imperios. No existe ninguna prueba física ni documental de que existiese suficiente tecnología por parte de los griegos o romanos para tan siquiera desplazar unos centímetros cualquiera de las piedras menores que podemos ver en Baalbek, a pesar de que algunos arqueólogos se plantean la posibilidad de que fueran ellos quienes realizaron la construcción de las terrazas a falta de una explicación más "ortodoxa".


En la imagen: Algunos de los bloques trasladados en Abú-Simbel alcanzaban las treinta toneladas.
RAZONES PARA LA MODESTIA
Un año antes de que yo naciera, en 1963, sucedió un hecho que nos puede dar una idea de la enorme dificultad de mover, coordinar y ejecutar una obra como las que las antiguas civilizaciones realizaron, y que hasta el día de hoy nos han llegado por su perfección técnica y bien hacer. Todo un ejemplo de humildad para nuestra "todo poderosa" civilización, un llamamiento a la modestia y a la reflexión.

Me estoy refiriendo a Abú-Simbel, en el Alto Egipto, en pleno corazón de Nubia a 270 kilómetros de la famosa presa de Asuán, donde el gobierno egipcio hizo un llamamiento a la comunidad internacional para salvar numerosos monumentos arqueológicos que iban a ser sumergidos por esta presa, y entre ellos, dos templos que Ramsés II (1.290-1224 a. De C.) mando erigir (speos) el primero consagrado a él y el segundo a su esposa Nefertari.. El mayor de ellos está adornado con cuatro colosales estatuas del rey, que miden más de veinte metros de altura.



En la imagen: Mil operarios lograron trasladar 1.036 bloques con un peso total de 11.500 toneladas, en un periodo de tiempo de seis años.
La UNESCO emprendió junto al gobierno egipcio la operación de salvamento, en la cual España colaboró, y en agradecimiento recibió el regalo de un pequeño templo (Templo de Debod) que hoy podemos ver en el Parque del Oeste en Madrid.

Para el salvamento de los dos templos de Ramsés II se acordó la solución de trasladarlos unos sesenta metros más arriba de las orillas del Nilo, para lo cual se planearon seis fases de trabajo. En la primera de ellas se demolieron las montañas a las cuales estaban adosados los dos templos, teniendo que removerse más de 300.000 toneladas de roca manualmente, pues el uso de explosivos podría haber dañado los templos. En la segunda fase se construyó un dique para contener las aguas del Nilo, con una longitud de 350 metros y una altura de 25. Ya en la tercera fase se comenzó a desmontar los templos, siendo esta la labor más delicada, pues tuvieron que inyectar resina sintética para que las piedras no se quebraran, y realizar cortes en éstas con sumo cuidado y precisión para posteriormente, grúas, vehículos y cintas transportadoras, construidas especialmente para este evento, pudieran trasladar los bloques cortados a su nuevo emplazamiento, 60 metros más arriba. Los bloques de piedra (1.036 para ser exactos) una vez cortados, se numeraron para ser de nuevo reconstituidos (comienzo de la 4ª fase), como en un gigantesco rompecabezas. Algunos de estos bloques alcanzaban las 30 toneladas, y el conjunto total de bloques diseccionados alcanzó un peso de 11.500 toneladas, de los cuales correspondían al templo más pequeño 3.500 toneladas.

En la quinta fase se orientó el templo en su nuevo emplazamiento, realizando un basamiento lo suficientemente sólido. Una vez realizados los cimientos se dio fin con la última fase, correspondiendo a el montaje de los dos templos y a su restauración.

El 22 de Septiembre de 1968 fue inaugurado el nuevo emplazamiento, pero no fue hasta bien entrado 1972 cuando se termino la totalidad de las obras. Durante seis años los mejores ingenieros del siglo XX, y 900 técnicos y operarios, hicieron posible este trabajo.




En la imagen: Todo el complejo de Abú-Simbel fue trasladado 60 metros más arriba.
RAZONES PARA LA REFLEXION
Recordemos que el peso de las tres piedras del "Triliton" en Baalbek más la "Piedra del Sur", suman aproximadamente 3.600 toneladas, 100 toneladas más que el más pequeño de los dos templos de Ramsés II, lo cual nos pueda dar una idea (si es que queremos y estamos libres de prejuicios) del monumental esfuerzo necesario para cortar, labrar, desplazar y ubicar finalmente estas gigantescas moles que pretenden hacernos creer que fueron desplazadas a base de fuerza bruta por miles de personas que las arrastraban. Un esfuerzo estúpido y un insulto a aquellos hombres, que nos legaron semejantes maravillas, hoy en día no superadas por nuestros ingenieros.
No nos olvidemos por otro lado de las cifras de Abú-Simbel, 1.036 piezas (11.500 toneladas), con algunas de ellas próximas a las 30 toneladas, que necesitaron seis años de trabajos por parte ingenieros y técnicos del siglo XX para ser transportadas. Y ahora marchemos al norte de Egipto, a un lugar inevitable, Gizeh, y más exactamente a la Gran Pirámide, a la mal llamada Pirámide de Keops.

Según los expertos, la gran Pirámide consta al menos de 2,5 millones de piezas, algunas de estas alcanzan fácilmente 40 toneladas.

Estos mismos expertos aseguran sin vacilación que, varios miles de obreros trabajando unos 20 años habrían finalizado la obra, para lo cual hubieran necesitado colocar 125.000 bloques de piedra al año como media.

Pongamos que los antiguos constructores hubiesen trabajado los 365 días del año. De la división de los 125.000 bloques y los 365 días, resultan 342 bloques al día cortados, labrados, transportados, levantados y colocados.

Ahora pongamos que en diferentes turnos, se permaneciese trabajando las 24 horas del día, que al dividirlo por los 342 bloques, nos da la cantidad de 14 bloques a la hora.

Toda una maravilla de la ingeniería y más aun si tenemos en cuenta los datos manejados en Abú-Simbel, dónde cerca de 1.000 operarios con la más moderna y sofisticada tecnología del momento lograron remover 300.000 toneladas de roca y trasladar 1.036 bloques con un peso total de 11.500 toneladas, en un periodo de tiempo de seis años.

Si bien las condiciones no son las mismas, no puedo dejar de caer en la tentación de hacer comparaciones, y me refiero claro está a, ¿cuánto tiempo tardaría este mismo grupo de ingenieros y operarios, en desmontar y trasladar la Gran Pirámide a otro lugar de Gizeh?. Por una simple regla de tres, si el desmontar, trasladar orientar y montar de nuevo 1.036 bloques llevó dos años del total de seis del proyecto, entonces, 2.500.000 bloques necesitarían la nada despreciable cifra de 4.826 años. Casi nada, ¿verdad?.

Pero atención, echemos una mano a nuestros operarios del siglo XX, recordemos que son poco más de 900, digamos 1.000 para redondear, y les reforzaremos con 99.000 compañeros más, que harán un total de 100.000 modernos y preparados operarios, y volvamos a hacer otra simple regla de tres.

Si 1.000 operarios tardan 4.826 años en trasladar y montar 2.500.000 bloques, 100.000 tardaran en efectuar la misma operación 482 años. Si fueran el doble de operarios, es decir 200.000, se tardaría 241 años. Y para terminar, si fuesen 400.000 operarios, como aseguran los más alegres arqueólogos los que realizaron la construcción de la Gran Pirámide, organizados en turnos de 100.000 trabajadores cada tres meses, se tardaría 120,5 años, un poquito lejos de la cifra oficial de 20 años que se supone tardó en realizarse la labor de construcción de la última morada del faraón. Visto al revés, si 900 operarios son necesarios para mover 1.036 bloques, para mover entonces 2.500.000 de bloques en el mismo tiempo, harían falta 2.171.814 operarios.
Sin entrar en la discusión, de cómo, y con qué herramientas se realizó la obra, sólo quiero recordar que el material del que disponían los antiguos egipcios, en poco se parecía al que fue utilizado en Abú-Simbel.


En la imagen: Templo de Debod en Madrid (España).
RAZONES FINALES
Hasta ahora, solo hemos contemplado el esfuerzo físico, pero, ¿la planificación logística y los conocimientos técnicos para desarrollar una obra de estas características?.

Algunos lo achacan a simples casualidades, pero en la Gran Pirámide se pueden observar "casualidades sospechosas" en su construcción como las que a continuación cito:

• Las tres pirámides de Gizeh están orientadas entre sí de tal forma que componen un triángulo pitagórico, cuyos lados están en relación 3/4/5.

• Los ángulos de las pirámides dividen en dos partes totalmente la región del delta del Nilo.

• Con la Gran Pirámide se puede calcular el volumen de la esfera y la superficie del círculo.

• La pirámide esta orientada exactamente en correspondencia de los cuatro puntos cardinales.

• La Gran Pirámide se halla exactamente en el centro de la tierra firme del planeta.

• La Gran Pirámide es un hito geodésico perfecto, como en su momento comprobaron sorprendidos los científicos de Napoleón, con la ayuda de triangulaciones puede hacerse mediciones topográficas de todo el territorio al alcance de la vista.

• El meridiano que pasa por Gizeh, divide los mares y los continentes de la Tierra en dos partes iguales.

• Es además el meridiano Norte-Sur más largo, que constituye el punto de referencia para medir las distancias longitudinales en cualquier punto del globo terrestre.

• La pirámide es un gigantesco reloj solar. Las sombras que proyecta desde la mitad de octubre hasta principios de marzo muestran las estaciones y la duración del año.

• La longitud de las placas de piedra que circundan la pirámide corresponden a la longitud de la sombra de un día. Observando estas sombras, se puede calcular exactamente la duración del año con la precisión del 0,2419 de un día.

• La longitud lateral de la base cuadrada corresponde a 365,342 varas egipcias. El número coincide con el de los días del año solar en los trópicos.

• La distancia de la Gran Pirámide hasta el centro de la Tierra equivale a la distancia entre la pirámide y el Polo Norte, que es la misma existente entre el Polo hasta el centro de la Tierra.

• Si se divide la superficie de la base de la pirámide por la altura doble del monumento, se obtiene el número Pi=3,1416.

• La superficie total de los cuatro lados de la pirámide equivale al cuadrado de la altura de la misma.

• Las medidas de los lados de la pirámide son tales, que cada uno de ellos está relacionado con una cuarta parte del hemisferio norte, o a un cuadrante esférico de 90 grados (el ecuador mide 40.076,592 Km., mientras que la circunferencia del planeta terrestre a la altura de los polos es igual a 40.009,153 Km.).

• El ángulo de inclinación de las caras de la Gran Pirámide es tal, que desde finales de febrero hasta la mitad de marzo, ésta no proyecta ninguna sombra al mediodía.

• La longitud de la pared norte de la Cámara del Rey, es de 10,4797 metros y la del costado sur de 10,4782 metros. El error de medida es del orden de 1 décima de milímetro por metro, que coincide con las normas modernas para prismas ópticos.


Estas son sólo unas pocas de las "casualidades" que se pueden observar en la Gran Pirámide. Parecen una broma, pero son datos que están ahí.

Todo ello nos tiene que seguir haciendo pensar en que la construcción de la Gran Pirámide se realizó con una tecnología y conocimientos de ingeniería, que aún hoy en día nos es totalmente desconocida. Y ya no solo la Gran Pirámide como un caso aislado, pues no deja de ser una pieza del enorme rompecabezas, sino todo el conjunto de construcciones, leyendas, mitos y textos antiguos que hasta hoy nos han llegado y que demandan urgentemente una revisión de nuestra historia, de nuestro origen y de nuestro futuro. En definitiva, son en conjunto nuestros legados perdidos.


Por rikydk