Creer que encontrarás a tu príncipe azul o a la mujer perfecta te puede acarrear más problemas de los que crees e incluso esta exigencia puede significar que tienes baja autoestima.
NADIE ES PERFECTO El riesgo de la idealización es que obedecen a hechos irreales,
por lo que ante cualquier freno que la realidad imponga surgen molestias.
Estás enamorado, encontraste a ese ser que te complementa, que te llena, que tiene todo lo que siempre deseaste, lo consideras como tu pareja perfecta. Sin embargo la perfección ansiada no existe. Todos cometemos errores, pero te niegas a verlos, idealizas al evitar ver el lado negativo y exacerbar el positivo, lo que en situaciones extremas puede llevarte al punto de caer en relaciones enfermizas.
"Idealizar es cuando tomamos al objeto de deseo y lo reengrandecemos y realzamos psíquicamente. Crees en tu mente que esa persona tiene los atributos que tú le depositaste aunque no los tenga o exacerbas los que sí tiene", explicó la psicoanalista Vanessa Bosch.
Esta acción inconsciente es parte del enamoramiento, en una primera etapa que dura de seis a 12 meses es un proceso normal e incluso necesario para poder enamorarnos de una persona.
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Si te fijas cuando empezamos una relación ponemos mucho empeño en mostrar nuestra mejor cara, estás enamorando a la otra persona. Pones mucho más énfasis en tus cualidades porque le estás pretendiendo. Lo que podría ayudar es que desde un inicio se tratara de mostrar que no se es perfecto, que tenemos defectos y cualidades y saber así con quién mantendrías una relación", comentó en entrevista la especialista.
Los problemas empiezan cuando esta idealización es muy acentuada y permanente que impedirá conocer realmente a la pareja y establecer una relación que reconozca los errores y se decida estar con la pareja de forma consciente y por tanto surja el amor.
"Si no nos permitimos ver que el otro tiene defectos te lleva a vivir en una irrealidad, y cuando este velo se cae, puedes deprimirte, sentirte frustrado o decepcionado o incluso romper la relación, porque los ideales al estar tan altos las decepciones pueden ser igual de intensas", aseguró la integrante de la Sociedad Psicoanalítica de México.
Drama total
Buscar a la "pareja ideal" tiene su origen en patrones culturales, familiares e incluso biológicos. El príncipe de los sueños o la mujer perfecta cumplen con características del tipo de pareja que se supondría debemos tener, aunque muchas veces estas cualidades pueden permanecer en el inconsciente, el mismo que hace que "las veamos" en quien queremos que las tenga, aseguró la especialista.
El riesgo de la idealización es que obedecen a hechos irreales, por lo que ante cualquier freno que la realidad imponga surgen molestias "porque si yo creo que mi pareja es perfecta ante el mínimo disgusto, un engaño o mentira, puede convertirse en una gran decepción por haberle puesto tantos atributos a la pareja.
"Engrandecemos el error, esperas que sea el más atento, el más guapo, la más comprensiva, la más simpática... si se le olvida cualquier cosa o si falla con una de estas características ya es un gran conflicto porque supuestamente es perfecta. Puede llegar, a que los conflictos estén más a flor de piel y que haya más problemas por más situaciones porque la regla esta puesta muy alta", dijo Bosch a EL UNIVERSAL.
Las consecuencias negativas de esta cerrazón aumentan en la medida de que si no se tiene la capacidad de reconocer los errores de la pareja se corre el riesgo de asumirlos como propios e incluso sobajarse a sí mismos.
Alerta roja: todo yo
Hay algunas personas que pueden llevar a los límites la idealización, incluso se puede detectar que en todas sus relaciones interpersonales suele ennaltecer al otro, en la medida que se sobaja.
"La idealización es más frecuente en personas que tienen autoestima baja y tienden a depositarle mucho a la pareja, después que uno idealiza hay dos caminos:la pareja se sienta a disgusto, porque como supuestamente es perfecto, cualquier error es como si fuera un gran conflicto y el otro es que como la pareja es perfecto lo que diga la pareja es la ley, eso favorece menos a mejorar la autoestima porque es depender totalmente de quien se tiene idealizado", alertó la psicoanalista.
Llega un punto en el que se puede terminar sintiendo inferior a la pareja y se desvaloriza a sí mismo.
"En casos extremos se manejan pensamientos como: soy una persona guapa porque mi pareja lo dice, soy una persona sin voluntad para ir al gimnasio porque mi pareja lo dice. Cuando se cree que la pareja es tan perfecta lo que el otro piensa, diga y haga es lo que es, lo que puede llegar a ser una relación enfermiza en la medida que se depende y necesita la reafirmación de sí por la pareja", dijo.
Cuando se terminan estas relaciones el duelo es más profundo y difícil porque falta el ser que significa como sujeto, "se puede sentir que hace falta una parte de sí mismo".
El punto medio
Una parte de la idealización es bastante sana y necesaria para enamorarnos. Cuando se puede reconocer que nuestra pareja no es perfecta pero con plena conciencia decidimos continuar con ella se abre la puerta al amor.
"De la idealización podemos ir a la admiración que es poder resaltar las partes buenas y positivas de tu pareja. En la etapa del amor poco a poco te vas permitiendo ver los defectos de tu pareja. Con el tiempo y la convivencia diaria, al final del día se conoce más a fondo y se decide si se continúa o no. En la medida que puede ir lidiando con las partes malas y buenas de la pareja, las relaciones se vuelven más reales", dijo Bosch.
La mejor recomendación es disfrutar como una primera etapa el enamoramiento apasionado y ciego que se nos presenta, pero luego reconocer hasta donde lo que vemos y sentimos por el otro es real, para tratar de desengañarnos, pero sin dejar de sentir lo que en un futuro podría convertirse en amor.
Tips para tratar de no idealizar a la pareja de más:
1. Preguntarnos cuál es el grado de idealización
2. Si idealizamos pensar porqué lo hacemos, si nos desmerecemos o no
3. Tener muy en claro que nadie es perfecto y por ende no pensar que nuestra pareja es perfecta
4. Darnos la oportunidad de poder aceptar que podemos querer a alguien que tenga defectos y cualidades, reducir exigencias
5. Revertir los pensamientos hacia nosotros mismos, cambiar manera de percibirse a sí misma, cómo me autovaloro y que no se depende de lo que la pareja diga
6. Fijarnos mucho si nuestros pensamientos son originadas por algo nuestro o por patrones que nos han impuesto desde afuera. Es mi pareja perfecta o la que me contó mi mamá, la que dice la sociedad debo tener según películas u otros productos culturales
7. Entender que las relaciones deben ser recíprocas
Recuerda que el riesgo de idealizar de más es que corremos el riesgo de cegarnos e impedirnos experimentar relaciones más reales. Una opción si identificamos varios de los puntos anteriores es tomar terapia para entender porqué llegamos al grado de dependencia.