Hombre + Mujer = ¿Amistad? ¿Existe?
Por tamara
  
Jueves, 24/02/2011
Y quizás esta sea una pregunta aun más vieja y más inconclusa que“¿Qué estuvo primero, el huevo o la gallina?”, esta pregunta ancestral que nos retrotrae a lo más profundo de nosotros mismos es: ¿existe la amistad entre el hombre y la mujer?

Busquemos certezas para darle luz a un hecho que es un enigma dentro de las mil ideas que se nos ocurren a la hora de definir lo que sentimos (o lo que no).

Una de las mayores certezas que se pueden dilucidar es, que para que exista una verdadera amistad, debe haber un consenso de las partes interesadas.

No podemos hacernos las mas amigas cuando el pobre nos mira con cara de descorazonado cada vez que le hablamos de todos los encantos del muchacho de turno, y definitivamente, “no debería” poder creer que somos amigas, cuando nos producimos con tremendo escote para ver la ultima de Bruce Willis en su DVD…

Entonces, encontramos acá la primera pauta que buscamos…

EXISTE LA VERDADERA AMISTAD ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER, SOLAMENTE CUANDO ¿NO SE ATRAEN FÍSICAMENTE?


o intelectualmente, o sexualmente, o emocionalmente… entonces, ¿¡para que querrían ser amigos!? Bien, quizás estés pensando: “¡pero yo tengo muchos amigos del sexo opuesto!”…razonamiento siguiente: ¿con cuantos de ellos tuviste algún encuentro cercano (frustrado o no)?…mmm… ¿se achico el numero? No te sientas mal si los podes contar con una sola mano, porque en realidad, eso es muy normal.
Las afinidades tienden a confundirnos, y quizás a hacernos creer que porque tiene mil cualidades (que hacen de esa persona nuestro amigo) tenemos el derecho inexorable de reclamarlo como propio.

Y aquí va la segunda pauta real:

NUESTROS AMIGOS DENTRO DEL PRIMARIO Y MÁS BÁSICO SENTIDO DE PERTENENCIA, SON FUNDAMENTALMENTE NUESTROS
.
Es por esto que nunca le prestamos la adecuada atención, hasta que nos presenta a su NUEVA NOVIA…ese día, se encuentra particularmente lindo, radiante, sexy.

Le vemos esa chispa en los ojos que hasta ayer no tenia...Y empieza la guerra incesante contra la “intrusa” que se metió entre ¡NUESTRO amigo y nosotras!

Porque solo “las mejores” lo merecen (las que soporten las pruebas de los celos, las que finjan adorarnos para agradar, solo las que demuestren sumisión ante nuestro territorio) -obviamente, al final, ninguna es apta-, pero la que no se rinde ante el intento, va a ser la que por lo menos se va a ganar el voto de confianza, y el pase menos restringido a su vida social.

Siguiente pregunta que acontece siempre luego de la premisa amistad=hombre+mujer, CUANDO HAY ATRACCIÓN… ¿LA AMISTAD SIGUE?


Y aquí me doy el lujo de citar a un profesor de arte que me dijo: “a la hora de elegir qué dibujar, siempre elegís algo que te atrae, si no, no habría real interés y la obra no saldría”. Muy sabias palabras, ¡En todo sentido!
Porque pongámoslo así: todo lo que elegís en la vida, lo elegís desde tu percepción, ya sea estética, emocional, espiritual, física, kármica, química… ¡no importa!, la cuestión es que si optamos por volver a ver a alguien, es porque algo de esa persona nos interesó, algo nos atrajo de manera tal, que elegimos ser sus amigos, por lo tanto, creo que no es valida la afirmación de que existe la amistad cuando no se atraen mutuamente.

Por consiguiente, creo que la amistad entre el hombre y la mujer es, entre otras cosas, una vendetta a los impulsos. Es una mas, de las ¡Autoflagelaciones culturales de los seres humanos!-“encontré a la persona mas especial de mundo…pero no lo toco porque es mi amigo”-.

Las amistades mixtas son un exquisito juego de histeria colectiva, mezclado con un poco de autosadismo, pruebas de autocontrol y amor desmedido.

Lo que es una realidad ineludible es que el vínculo que existe entre amistades mixtas es tan especial como maravilloso.

Él puede ser un oso gigante, pero nos escucha atento cuando estamos descorazonadas, no le molesta cebarnos mate mientras nos terminamos de pintar, le podemos decir abiertamente: “venite en un rato porque ahora me estoy depilando” (¡si! ¡No nos asume lampiñas!), nos banca completamente histéricas, llorosas, mensualmente hormonales, esporádicamente enamoradas, con crisis de moda, en transe de dieta, totalmente borrachas, en las decisiones difíciles y en las mas tontas. Es totalmente honesto en sus opiniones (hasta extremos crueles), nos propicia mimos sin exigir nada, nos presenta a mas amigos (porque le preocupa nuestra soltería), o se declara enemigo(o compinche) de nuestro actual.
Y ¿nosotras para ellos? Tenemos dos roles(distinguibles por lo menos)

Somos una especie de “Cachorra”(la amiga colifata de Isidoro Cañones)

La mirada femenina ante sus actos, la amiga que no se toca (excepto que se cerciore que es un conocido y un buen partido), la compañera de caravana, la fuente inagotable de presentaciones, los pies sobre la tierra en temas que para ellos no son para nada importantes y para nosotras un mundo, digamos…tener una amiga, es un puente hacia el entendimiento del genero.

O pasamos a ser “Cacho”

¡Un amigo más!, nos llevan a todos los asados, somos su mejor pareja de truco, no escatiman en detalles desagradables a la hora de describir algo, alquilan para ver la mas sangrientas de las películas, nos ponen al tanto del mundo del deporte ¡y solo les falta golpearnos fuertemente la espalda en señal de su enorme aprecio!


Ellos nos cuidan y adoran. Nos reconfortan y nos aconsejan (sabiamente o súper guarros, pero lo hacen con cariño).

Asumen su bizarro romanticismo si piensan en nosotras escuchando: “…que linda que estas, sos un caramelo…”de la Bersuit, ¡y morimos de bizarro amor correspondido!

No es lo mejor del mundo tener la certeza de que nuestro amigo, casi hermano, casi todo, es ese “alguien” perfecto en el mundo para nosotras y es, a la vez, la única persona a la que no tocaríamos porque la sola idea de perderlo nos resulta inconcebible.

Pero, lo que si resulta perfecto es este equilibrio supremo entre el poder y el deber, entre lo adecuado, lo permitido, y lo que no lo es.

La línea divisoria que nos hace mas amigos que amantes, más amantes que hermanos, más hermanos que extraños; y la misma, que se confunde cuando un día nos descubrimos sorpresivamente sexys, cuando nos vemos debilitados, derrumbados; que no se transgrede por mas alcohol y juerga que haya de por medio, por mas manzanas y serpientes que traiga.

Esa línea divisoria, que es mas que una frontera impermeable a tentaciones, miradas de terceros, opiniones ajenas…por la cual un abrazo, un mimo, una charla acostados, llevan siempre de apellido “inofensivo”...o por la cual, el secreto de su permeabilidad se vuelve herméticamente infranqueable…

Comenten que opinanan ustedes...


Por tamara