La reciente difusión de una acción de gobierno impulsando la lectura de material altamente nocivo para niños en las escuelas ha provocado una reacción social que, de algún modo, es auspiciosa. Frente a tamaña agresión hay anticuerpos.

Una respuesta de indignación, de rechazo, demuestra que el sentido común de la sociedad se impone por sobre la bestial política de pervertir, de ideologizar, de sexualizar a los menores de edad, y a espaldas de sus padres.

Ante esta situación, consultamos a la Dra. DÉBORA RANIERI, presidente de PRODECI, Asociación por los Derechos Civiles, quien generosamente analizó el caso desde el conocimiento y la experiencia en la materia.

“Podríamos decir que estos episodios tan mediáticos que se han visibilizado en los medios como el fin de un recorrido bastante largo que venimos padeciendo en las escuelas a partir de políticas públicas que han ido avanzando con diferentes ideologías sobre la inocencia de los niños para implantar ideologías. No podemos sorprendernos porque venimos viendo el derrotero que ha llevado este a este lugar.”


PRODECI detectó que muchos padres se encontraban ante colegios cuyas autoridades les imponían contenidos con ideología de género, negando el derecho de cada familia de decidir qué enfoque quieren para sus hijos.

Así fue que les facilitaron un protocolo de acción para presentar ante los directivos que terminaron por atender la postura familiar.

Quienes pueden detener el avance ideológico, estas políticas públicas -hasta tanto las leyes puedan reformarse- en las escuelas son los padres, la familia, que deben ir a reclamar, denunciar, hacer actas en los colegios, responsabilizar a aquellos que tienen a su cargo a los menores.

“Dos pasos importantes: informarse y saber que lo pueden hacer. Luego ver qué se puede hacer y querer hacerlo y no tener miedo, porque el problema acá es que hay violencia institucional.”

Es tal la preocupación de los padres que ya se armaron varios grupos de cientos de padres de todo el país deseosos de ponerle freno a esto que se les impone en las escuelas, señaló la Dra. Ranieri, quien reveló que incluso hay docentes que, aunque este material perverso no está en el plan de estudios, ellos lo dan por su cuenta.

“Nosotros tenemos ahora en un caso en Rosario de un colegio donde ocho familias han denunciado los docentes porque les han puesto todo en el plan de literatura, cinco o seis libros con contenido pornográficos. Se los han hecho leer a los chicos en el aula en voz alta y se nos han puesto en el trimestral de literatura como evaluación. Estos pares han dicho: No queremos esto y luego de varios reclamos y recién cuando pusieron una carta documento no les tomaron el contenido de esos libros”

“No nos olvidemos que el derecho protege sobre todo los menores. El menor es un sujeto de protección, no solo sujeto de derecho, sino también sujeto de protección.”

Lo que muchos seguramente ignoran es que la ley de Educación Sexual Integral no incluye contenidos ideológicos y conserva la autonomía de las instituciones educativas, pero lo que impone la mirada perversa son las resoluciones del Consejo Federal de Educación que, “desde 2018 bajó línea sobre cuál es el contenido que se debe dar y de manera obligatoria y transversal ese contenido es terrible.”

La cantidad de casos en los que se busca imponer contenidos ideológicos en los niños es enorme. Desde docentes que cuentan sus intimidades o tendencias sexuales, pasando por naturalizar elementos del lobby LGTBQ, hasta obligar a leer en voz alta relatos altamente sexuales.

Las acciones desde los ámbitos educativos para adoctrinar han colaborado fuertemente con la confusión de los menores que rápidamente son llevados a pensar que quieren ser del sexo opuesto. “De un día para el otro empiezan a percibirse del sexo contrario les avisan en el colegio a los padres les cambian el nombre” y presionan a las familias para que los hormonicen.

Lo que sucede en la Argentina, ya sucedió en otros lugares del mundo. En Finlandia, Suecia, Inglaterra y otros países de Europa se están empezando a prohibir los procesos de cambio y hormonización en menores. Lo mismo sucede en 27 Estados de Estados Unidos de América, a consecuencia de estudios que demostrarían que tales procedimientos no son buenos y que un adolescente asistido profesionalmente en su confusión, se libera de aquel deseo de ser de otro sexo.

Padres informados y activos, unidos con otros, son fundamentales para proteger a los niños de adoctrinamientos ideológicos. Formación y presencia, escucha y dedicación, pueden provocar grandes resultados en estos tiempos confusos.

Agradecemos a PRODECI y a la Dra. Débora Ranieri por su trabajo y dedicación por la protección de niños y familias.

Quienes quieran sumarse a la Red de Padres Unidos contra la ideología de género en las escuelas, pueden escribir al correo de padresunidosesi@gmail.com

Datos:
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