LA CULTURA DE LA MUERTE Y UNA NUEVA VICTORIA
Por
vidaJueves, 01/06/2023
La anticoncepción oral de emergencia -también conocida como píldora del día después- es una dosis de de la droga Levonorgestrel muy superior a la que tiene un anticonceptivo convencional, que ahora se podrá comprar sin receta en las farmacias de la Argentina, como surge de la resolución N° 1062/2023 publicada en el Boletín Oficial.
La píldora de 1,5 miligramos de la droga Levonorgestrel tiene dos mecanismos de acción relevantes: un efecto anovulatorio y otro antiimplantatorio.
El efecto anovulatorio está demostrado, por lo que si no hay ovulación, no hay fecundación y, por lo tanto, no hay aborto.
Pero el efecto antiimplantatorio es el que se registra con el cambio de la condición del endometrio y la alteración de la motilidad de las trompas, impidiendo la implantación, lo que es claramente UN ABORTO. Todo dependerá del momento en que se toma la píldora. Si es antes de la ovulación, no habrá nuevo ser porque se evitará que el óvulo se una a un espermatozoide. Si se toma después de la ovulación el bombardeo hormonal impedirá que el niño (según la Constitución Nacional Argentina) llegue a la fase en la que el útero lo recibe y continúa su desarrollo.
Hay varias investigaciones relacionadas con el efecto abortivo del Levonorgestrel y no se oculta su mecanismo antianidatorio, por lo que es completamente FALSO que no exista este efecto o que no esté demostrado científicamente.
No obstante esta realidad científica, los medios de comunicación han salido a buscar declaraciones mentirosas y viciadas de complicidad con el negocio del aborto, la fertilización asistida y la anticoncepción para publicarlas junto a la novedad de la venta libre.
El Levonorgestrel produce a la mujer que lo toma náuseas, mareos, dolor de cabeza, dolor en la parte baja del abdomen, sangrado menstrual irregular, hipersensibilidad mamaria. No se lo recomienda en mujeres menores de 16 años ni en obesas.
El consumo de Levonorgestrel tiene importantes contraindicaciones (Hipersensibilidad, hemorragia vaginal anormal no diagnosticada, sospecha o confirmación de neoplasia dependiente de hormonas sexuales, hepatopatía aguda, neoplasias hepáticas benignas o malignas, enfermedad tromboembólica), además de severas advertencias y precauciones (diabetes, depresión grave, antecedentes familiares de cáncer de mama o nódulos mamarios benignos o mastopatía, patología arterial o venosa, depresión importante, retención de líquidos, cefaleas persistentes y/o alteraciones de visión, etc).
Los embarazos se producen en relaciones sexuales realizadas en los 5 días que anteceden a la ovulación. Teóricamente, dentro de un ciclo de 28 días, del día 1 al 7 sería la etapa menos fértil, el 8 y el 9 ya es posible la concepción, del día 10 al 14 son los días más fértiles, y el 15 y el 16 todavía hay posibilidades.
Durante todo el ciclo menstrual 2 eventos importantes se producen en el sistema genital de la mujer: la maduración y salida de un óvulo del ovario, con el objeto de que sea fecundado, y la preparación del útero para la anidación del bebé.
El endometrio, que reviste el útero por dentro, está en su mayor nivel de receptividad en el periodo posterior a la ovulación, de tal manera que si existe la fecundación, esta receptividad será máxima, facilitando el proceso de desarrollo del embrión. La implantación se produce entre el 5º y el 9º día después de la fertilización. A este evento del desarrollo embrionario y de la maduración de endometrio, se lo llama sincronización y es un proceso natural que se da bajo los efectos de las hormonas naturales de la mujer.
El Levonorgestrel (la droga de la píldora del día después) altera la receptividad del endometrio impidiendo que el embrión siga su desarrollo y pueda implantarse, ya que a la mucosa uterina se la altera de forma tal que le faltan vasos sanguíneos, la consistencia esponjosa y el espesor adecuados. Así, con un "terreno" no es apto la implantación no será exitosa lo que provocará la muerte del nuevo ser humano, algo de lo que no será consciente su madre.
Vale decir también que la píldora del día después no es totalmente efectiva para evitar un embarazo y la frecuencia de uso y el paso del tiempo reducen su eficacia. Pero su liberalización es parte del siniestro combo que atenta contra la vida inocente del niño y socava moralmente a la mujer.
Es fácil entender que la mujer que busca esta droga tiene la intención de evitar las consecuencias naturales del acto sexual: un hijo.
Ese ser humano existe, tiene entidad y es diferente de su madre y su padre. Sólo necesitará que nada altere su desarrollo y crecimiento para que, alrededor de casi 40 semanas, pueda nacer.
Se trata, claro está, de un argentino indefenso, inocente, carente de culpa, que nada tuvo que ver con la forma o conveniencia en la que fue concebido y que merece protección, cuidado y la oportunidad de nacer y ser querido.
La píldora del día después ya existía, lamentablemente, pero esta medida de las autoridades nacionales permitiendo su dispendio sin receta es un paso más en la Cultura de la Muerte que la política, la industria farmacéutica, los medios de comunicación más consumidos y el activismo feminista buscaron imponer para la destrucción de la Argentina.
Desde Marcha por la Vida repudiamos esta medida de gobierno y bregamos por el momento en que la vida vuelva a ser defendida desde su inicio en nuestro país y en todo el mundo.
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