Nuevo tratamiento contra el Alzheimer consiguió disminuir la pérdida de memoria
Por buenapraxis
  
Jueves, 11/05/2023
Por primera vez, un fármaco aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos del Gobierno de Estados Unidos ha demostrado ser capaz de "ralentizar el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria", según publica un equipo de científicos del Brigham and Women's Hospital de Boston (EE UU) en la revista Neuron.

Así, los resultados del estudio experimental han descrito de forma pionera la estructura de un tipo especial de proteína de placa beta amiloide, esencial para la transmisión de la información entre neuronas, y asociada a la progresión de la enfermedad de Alzheimer. De este modo, los científicos han demostrado que los pequeños agregados de esta proteína flotan por el líquido tisular cerebral, llegando a muchas regiones del cerebro y alterando el funcionamiento de las neuronas locales.

La investigación ha conseguido aislar pequeños agregados de amiloide a partir de cerebros de enfermos de alzhéimer post mortem. Este logro ha permitido estudiar la estructura de estos "grumos", que existen fuera de las placas y que son considerados altamente tóxicos, así como comprobar su efecto sobre las sinapsis. La investigación también aporta pruebas de que el tratamiento lecanemab, una terapia de anticuerpos que podría neutralizar estos pequeños agregados difusibles, es capaz de unirse a ellos y de ayudar a neutralizar su acción.

El Alzheimer, una de las causas de demencia, afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo. Investigaciones anteriores han descubierto que los pacientes de EA presentan una acumulación anormal de una sustancia natural -la proteína beta amiloide- en el cerebro que puede alterar la neurotransmisión. En la actualidad, la enfermedad no tiene cura. Pero en los últimos años, los científicos han desarrollado nuevos tratamientos que pueden reducir los síntomas de la EA, como la pérdida de memoria.

«El artículo es muy oportuno porque, por primera vez en la historia de la humanidad, disponemos de un agente capaz de tratar a los enfermos de alzhéimer de forma que se ralentice su deterioro cognitivo», destacó Dennis Selkoe, autor del artículo en el Brigham and Women's Hospital de Boston, quien dijo: «Nunca habíamos podido decir esas palabras hasta los últimos meses». Y es que, en un ensayo clínico de fase III, el lecanemab ralentizó el deterioro cognitivo en pacientes con EA incipiente.

Los científicos sospechan que el efecto positivo del fármaco puede estar asociado a su capacidad para unirse y neutralizar los agregados solubles de proteína beta amiloide, también conocidos como protofibrillas u oligómeros, que son pequeños grumos de proteína beta amiloide que flotan libremente. Estos pequeños grumos pueden formarse en el cerebro antes de seguir agregándose y convertirse en grandes placas amiloides. Los pequeños agregados también pueden desprenderse y difundirse a partir de placas amiloides ya existentes.

«Pero nadie ha sido capaz de definir con rigor estructural qué es una 'protofibrilla' u 'oligómero' al que se une lecanemab», explicó Andrew Stern, neurólogo del Brigham and Women's Hospital y primer autor del estudio. «Nuestro trabajo identifica esa estructura tras aislarla del cerebro humano. Esto es importante porque los pacientes y los fabricantes de fármacos querrán saber a qué se une exactamente el lecanemab. ¿Podría revelar algo especial sobre su funcionamiento?», se preguntó.

Fue así como Stern, Selkoe y su equipo consiguieron aislar los agregados de beta-amiloide flotantes sumergiendo tejidos cerebrales post mortem de pacientes típicos de EA en soluciones salinas, que luego se centrifugaron a gran velocidad. Estos diminutos agregados de proteína beta amiloide acceden a importantes estructuras cerebrales como el hipocampo, que desempeña un papel fundamental en la memoria. En colaboración con colegas del Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge (Reino Unido), determinaron la estructura atómica de estos minúsculos agregados, hasta el átomo individual.

«Si no conoces a tus enemigos, es difícil vencerlos», ejemplificó Selkoe. «Fue una coincidencia muy agradable que todo este trabajo que estábamos haciendo coincidiera con el momento en que el lecanemab se hizo ampliamente conocido y disponible. Esta investigación aúna la identidad del malo y algo que puede neutralizarlo».

A continuación, el equipo planea observar cómo estos diminutos agregados de beta amiloide viajan por los cerebros de animales vivos y estudiar cómo responde el sistema inmunitario a estas sustancias tóxicas. Investigaciones recientes han demostrado que la reacción del sistema inmunitario del cerebro a la beta amiloide es un componente clave de la EA. «Si podemos averiguar exactamente cómo ejercen su toxicidad estas diminutas fibrillas difusibles, quizá los próximos fármacos contra la EA puedan ser mejores», afirmó Stern.


Por buenapraxis