Los ansiolíticos se venden "a mansalva": ¿cuáles consumen más los argentinos?
Por buenapraxis
  
Jueves, 13/04/2023
Es, por lejos, el principio activo más dispensado y con mayor participación en el mercado de los psicofármacos. El más popular, el que más se consume y el que siempre -y sin ninguna excepción- debería venderse en las farmacias bajo receta archivada. Pertenece al grupo de las benzodiacepinas, que tienen efecto ansiolítico, hipnótico y antiepiléptico.

El clonazepam, en distintas dosis y presentaciones de hasta cuatro laboratorios diferentes, fue el ingrediente farmacéutico activo (IFA) con mayor participación entre los cien psicofármacos más dispensados durante el año pasado, según los datos del último relevamiento que hizo el Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), que realiza estudios e investigaciones sobre el mercado de los medicamentos y su evolución, como la cantidad de unidades vendidas cada año, los precios promedio y sus variaciones. El observatorio, que se puso en marcha en 2001, hoy está coordinado por la Dra. Laura Raccagni, y todas las publicaciones pueden consultarse libremente en su página web: http://observatorio.cofa.org.ar/

Psicofármacos: el top 5 de los más vendidos
De acuerdo con ese reporte, la dispensa anual de psicofármacos en 2022 llegó a 52.943.888 unidades. Comparado con 2021, se produjo una retracción de -2,77 %, lo que se traduce en 1.507.336 de unidades menos. Por otra parte, y dentro de los medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central, los psicofármacos representan el 41% de ese segmento; mientras que si se analiza la incidencia que tienen dentro del mercado total de medicamentos, el porcentaje es de 6,7%.

En un ranking donde figuran los ingredientes farmacéuticos activos (IFA) más prescriptos durante el año pasado, detrás del clonazepam (con más de 10 millones de unidades dispensadas) aparecen el alprazolam (con 6.325.630 unidades); el lorazepam (1.160.774 unidades); el zolpidem (1.411.000 unidades) y la sertralina (1.171.693 unidades).

Las benzodiacepinas disminuyen la excitabilidad neuronal y, de acuerdo con la experiencia de los especialistas, se las ha utilizado durante décadas como tratamiento en distintas afecciones, desde la ansiedad generalizada, las fobias, los trastornos obsesivos compulsivos, ciertas urgencias psiquiátricas como la agitación psicomotriz o los trastornos de personalidad y el insomnio. Sin embargo, los expertos advierten que su uso prolongado es riesgoso.

Clonazepam y otros ansiolíticos: dispensa "a mansalva"
Dentro de los psicofármacos, explican los expertos en farmacia y psiquiatría, los ansiolíticos benzodiacepínicos son aquellos que terminan en "pam", como el famoso clonazepam, que inició su comercialización en el país hace ya casi 50 años, pero que ganó un protagonismo creciente en las últimas tres décadas.

La Dra.Elsa Costanzo, jefa del servicio de Psiquiatría del área de adultos e infantojuvenil del Instituto Fleni, explica -entre otras razones- que la dispensa "a mansalva" de los ansiolíticos se vio sustentada por la rápida sensación de calma que generan en el paciente, casi de manera automática. Sin embargo, advierte que, su uso sostenido en el tiempo tiene consecuencias potencialmente graves, como la tolerancia, la abstinencia y la dependencia.

«La prescripción masiva responde, en buena parte, a la 'seguridad' que en apariencia ofrece este fármaco. Pero su uso crónico produce, entre otros efectos adversos ya mencionados, trastornos serios de la memoria, predispone a caídas sobretodo en adultos mayores, y es algo que vemos muy a menudo en nuestros consultorios», advierte la Dra. Costanzo, y llama la atención sobre la indicación -poco acertada- del clonazepam para trastornos de ansiedad, depresión o insomnio. En este último caso, por ejemplo, si bien los ansiolíticos son "buenos hipnóticos" porque propician que quien los toma se duerma y no responda a estímulos externos o internos, generan tolerancia (es decir, acostumbramiento a la dosis, requiriendo aumentar la misma para obtener el mismo efecto) y dependencia (tanto física como psicológica) si se los administra durante mucho tiempo. Un hábito que, según la Dra. Costanzo, sucede con demasiada frecuencia.

«Algo parecido ocurre con los ataques de pánico o la depresión. El clonazepam puede indicarse para tratar el episodio agudo, la crisis, pero luego debe prescribirse un antidepresivo, que hoy por hoy son drogas seguras y ampliamente probadas, como el caso, por ejemplo, de la Sertralina», reseña la experta.

Expertos recomiendan aumentar los niveles de serotonina
Ahora, ¿por qué la gente no abusa de la sertralina?, retruca la Dra. Costanzo. «Porque es un fármaco que, aproximadamente, tarda un mes en hacer efecto. Es un antidepresivo cuya acción consiste en la recuperación de los niveles de serotonina (que ayuda a mantener el equilibrio mental)».

En otras palabras, y para bajar el concepto a un cuadro de salud más cotidiano, la jefa del servicio de Psiquiatría del Fleni, un centro especializado en neurología, neurocirugía y rehabilitación, hace la siguiente analogía: «Podría decirse que el clonazepam es algo así como el ibupirac o el paracetamol, se acude a ellos para aliviar rápidamente el síntoma; mientras que la sertralina sería el antibiótico, el cual debe estar correctamente indicado».

Como presidente de COFA, el Dr. Ricardo Presenti analiza el informe, y en referencia a la disminución de unidades registrada el año pasado, en comparación con 2021, establece una relación con el deterioro en la higiene del sueño provocado por el trastorno de los hábitos que ocasionó el encierro vivido durante la pandemia. «El mercado entre un año y otro está estabilizado, si bien hubo más unidades dispensadas durante 2021 que 2022. Esto puede relacionarse con el desorden en los hábitos de la gente como consecuencia del aislamiento. El home office fue un punto crítico en muchos casos, que modificó las rutinas y descompensó los hábitos de la alimentación, el sueño y el descanso. Por eso subió, en parte, la prescripción de los psicotrópicos», explica el experto.

Pacientes que no consulta y se automedican: la advertencia de especialistas
El Dr. Costanzo también hace su aporte sobre las consecuencias de la pandemia en la salud mental. «Las cifras de la Organización Mundial de la Salud muestran la evolución de las enfermedades mentales, que aumentaron un 25% su prevalencia». Además, debido al aislamiento y a la urgencia sanitaria por el Covid-19, hubo mucha gente que dejó de tratarse, que no consultó y optó por la automedicación.

A partir de las consultas que los psiquiatras del Instituto Fleni reciben a diario, se constata, además, un incremento de lo que se denomina patología psiquiátrica refractaria. «Esto significa que el que estaba bien se puso mal, y el que estaba mal ahora está peor, y puede ser incluso que ese paciente no mejore con los tratamientos habituales. En Fleni contamos con las herramientas farmacológicas y no farmacológicas necesarias para dar la respuesta adecuada a cada caso en particular. La patología mental, como el virus que ocasionó la pandemia, también se hizo más resistente», concluye el Dr. Costanzo.


Ref: iProfesional


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