El omeprazol no es un protector del estómago: los riesgos de banalizar su consumo
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buenapraxisLunes, 06/03/2023
Es uno de los fármacos más populares; uno de los medicamentos más vendidos y más consumidos en España, según los datos de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE). Es habitual verlo pasar de mano en mano antes de celebraciones y comidas copiosas, pero el omeprazol no es tan inofensivo como algunos piensan. Si se toma fuera de la indicación estricta de un profesional, puede acarrear importantes riesgos.
"No es un protector de estómago", subraya la Dra. Alicia Lázaro, miembro del Grupo de Trabajo de Hepatopatías Virales de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). "En la población general el hecho de llamarlo así genera una utilización indiscriminada del medicamento, pasando a utilizarse 'si se va a comer o beber más de la cuenta o si me duele un poco el estómago, situaciones que nada tienen que ver con su indicación y que deben controlarse de otra forma. Esa consideración genera una falsa seguridad en su sobreutilización".
"Que se le denomine protector de estómago ha hecho que se banalice su consumo entre la población", coincide la Dra. Noelia Fontanillas, coordinadora del Grupo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). "El omeprazol ha pasado a formar parte de nuestros efectos personales, ingiriéndolo a menudo ante cualquier dolor gástrico o situación estresante de la vida cotidiana, ya que confiamos en su inocuidad cuando no es así", añade.
El omeprazol es un medicamento que pertenece al grupo de fármacos conocidos como inhibidores de la bomba de protones, que reducen la secreción de ácido gástrico y e incrementan la barrera de defensa de la mucosa gástrica. Se emplea, por tanto, para tratar patologías que provocan un aumento en la secreción de dicho ácido, como las úlceras gástricas, duodenales o pépticas, la esofagitis por reflujo, el reflujo gastroesofágico o el síndrome de Zollinger-Ellison, entre otras.
"También tiene indicación junto con fármacos gastroerosivos como antiinflamatorios no esteroideos (AINES) o anticoagulantes o antiagregantes cuando el paciente tiene patología digestiva esofágica, gástrica o en mayores de 60años", afirma la Dra. Fontanillas.
Aunque los inhibidores de la bomba de protones y, por tanto, el omeprazol, han revolucionado el tratamiento de los trastornos relacionados con el ácido gástrico, no deben tomarse a la ligera sus posibles efectos adversos, señalan las expertas consultadas.
Los principales riesgos de estos medicamentos se derivan de un uso prolongado (más de tres meses) o de un consumo de dosis elevadas. Por eso, "estos medicamentos siempre deben tomarse bajo la indicación de un profesional y cuando se prescriben a largo plazo, la dosis pautada debe ser la mínima eficaz y es preciso reevaluarla periódicamente", indican.
Entre los efectos potencialmente graves, destacan la alteración del microbioma intestinal; deficiencias de micronutrientres, como magnesio, vitamina B12, hierro o calcio; enfermedad renal crónica; aumento de riesgo de enfermedades gastrointestinales; riesgo de fracturas óseas o riesgo de interacción con otros medicamentos, entre otros.
"El déficit de B12 lo vemos en algunos pacientes que toman omeprazol de forma continuada", expone la Dra. Fontanillas. En estos casos, es necesario realizar analíticas de revisión ya que la falta de esta vitamina puede provocar anemia. Sin una dosis suficiente de vitamina B12 el organismo no puede generar adecuadamente glóbulos rojos, lo que, en un principio provoca síntomas como fatiga, palidez, mareos o dificultad para respirar. Si no se trata, este déficit puede afectar al funcionamiento del sistema nervioso y generar alteraciones neurológicas.
El desarrollo de hipomagnesemia, que también puede ser consecuencia de un consumo prolongado del fármaco, "se manifiesta como fatiga, tetania, delirio, convulsiones, arritmia ventricular, mareos... Esto es especialmente preocupante en pacientes que además toma otros medicamentos como dignoxina o diuréticos. En estos casos deberían medirse los niveles de magnesio de forma regular", señala la Dra. Lázaro
"El riesgo de fractura de cadera, muñeca y columna vertebral, especialmente en pacientes de edad avanzada y con riesgo añadido de fracturas", tampoco es despreciable, continúa la especialista.
Hace unas semanas, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) añadió un efecto adverso relacionado con el omeprazol, la nefritis tubulointersticial, un efecto adverso raro (1/10.000 a <1/1.000), "que no debería preocupar a los pacientes si el uso de este medicamento está controlado por un profesional sanitario", subraya la Dra. Lázaro.
Más que riesgos como este, que son muy infrecuentes, lo que debería preocupar a la población son las consecuencias de un uso indiscriminado y sin control profesional del fármaco.
"Cuando los inhibidores de la bomba de protones se prescriben correctamente, sus beneficios superan en gran medida los posibles efectos adversos", concluye la Dra. Fontanillas. Lamentablemente, en muchos casos no se toman bajo seguimiento profesional.
Esta profesional sanitaria realizó recientemente una investigación cuyo objetivo principal era revisar si los pacientes del cupo que tomaban inhibidores de la bomba de protones lo hacían bajo una indicación correcta. Los resultados mostraron que "un 33% de los pacientes lo tomaban sin indicación justificada y muchos de ellos desconocían si lo tomaban. Además, detectamos que muchos pacientes institucionalizados en residencias o pacientes geriátricos también lo tomaban sin indicación".
Ref: El Mundo
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