La rodilla es una articulación formada entre otras estructuras por tres huesos: la parte inferior del fémur, la superior de la tibia y la rótula, que es un hueso situado en la parte anterior de la rodilla, que articula con el fémur y sirve como fulcro para el tendón de cuádriceps, aumenta así su brazo de palanca y permite estirar y flexionar la rodilla de forma adecuada.
La Dra. Ana Victoria Martínez, traumatóloga de Quirónsalud Alicante (España) y especialista en este tipo de lesiones, recuerda que los principales síntomas de una fractura de rótula en el contexto de un traumatismo sobre la misma son:
⚫ Dolor en la cara anterior de la rodilla, con o sin lesión cutánea
⚫ Derrame articular
⚫ Impotencia funcional con incapacidad para extender la rodilla
Otros síntomas comunes son la inflamación de la rodilla, sentir chasquidos y una movilidad anormal.
«Su clasificación clínica se realiza en función del lugar y de la dirección de la rotura, y también de si se ha producido una mayor fragmentación», explica la especialista.
Roturas frecuentes en la rótula
Esta experta añade que precisamente en la rótula pueden ser frecuentes las roturas puesto que es la parte más expuesta de la rodilla y actúa como su parachoques, «por lo que el riesgo de fractura es importante en caso de fuertes traumatismos directos, como los que se pueden producir en un accidente de tráfico o en la práctica de deportes como el fútbol, el rugby o el esquí».
Asimismo, en ocasiones la fractura de rótula puede producirse de forma indirecta y como consecuencia de un movimiento violento de tracción del cuádriceps (fracturas por estrés, que se dan habitualmente en deportistas).
«En cualquier caso, la fractura de rótula requiere una atención inmediata, fundamentalmente por originar un dolor agudo e intenso y una incapacidad funcional de la articulación más que significativa», informa la especialista de Quirónsalud Alicante.
Esta traumatóloga sostiene que tras un traumatismo directo la rótula puede sufrir una fractura, pudiendo ser transversal o longitudinal a su eje: «Las fracturas transversales tienen una mayor importancia dado que alteran la funcionalidad de la rodilla e impiden que se transmitan las fuerzas de extensión de la misma».
Ante la sospecha en el contexto de un traumatismo o mecanismo lesional se deben hacer radiografías simples, que habitualmente son suficientes para su diagnóstico.
En algún caso, si la fractura no está desplazada puede no ser visible por Rx y es necesario realizar pruebas complementarias como el TAC o la Resonancia Magnética.
Inmovilizar la rodilla o directamente operar
En cuanto al tratamiento de la fractura de rótula, la Dra. Martínez señala que dependerá esencialmente de dos factores: si se mantiene o no la función extensora de la articulación, y de si alguno de los fragmentos generados por la rotura se ha desplazado fuera de su ubicación.
«Las fracturas de rótula no desplazadas pueden ser tratadas de forma conservadora con inmovilización de la rodilla en extensión. Cuando la fractura está desplazada la reparación debe ser quirúrgica», explica.
Generalmente, apunta, la reducción de la fractura y la reparación del mecanismo extensor requieren la utilización de alambres (cerclajes) o tornillos, con el fin de devolver a la rótula su total integridad. Si tras la cirugía la fractura queda estable no es necesaria su inmovilización posterior.
Independientemente de que el tratamiento sea conservador o quirúrgico, la consolidación de la fractura de rótula se producirá al cabo de un periodo de entre 6 y 12 semanas, si bien la especialista puntualiza que la inmovilización de la rodilla debe reducirse al mínimo necesario, todo ello con el fin de prevenir una de las complicaciones más frecuentes: la rigidez de la articulación.
«Tras el periodo de inmovilización o la cirugía suele ser necesaria una fisioterapia encaminada a recuperar la movilidad completa de la rodilla, así como la musculatura. Por lo tanto, en el tratamiento de estas fracturas intervendrán varios especialistas, tanto el especialista en traumatología como los fisioterapeutas», afirma la Dra. Ana Victoria Martínez.
Ref: EFE