Existen diversas condiciones y alteraciones que una mujer puede experimentar en sus mamas en distintos momentos de la vida. Una molestia, un dolor, un bulto desconocido o simplemente un resultado inesperado en un control de rutina, no son para desesperar, sino para prestar atención y consultar a un especialista.
Entre estas manifestaciones, las más frecuentes son la mama densa, la mastitis, la displasia y los nódulos. Cada una tiene características propias, aunque algunas comparten síntomas. La mayoría son benignas y sólo en algunos casos funcionan como advertencia de una patología más severa.
Por eso, es fundamental conocer más en profundidad estas condiciones, las formas de detectarlas y su posterior tratamiento. Y en especial, respetar dos pautas sencillas: no pasar por alto los controles de rutina y consultar inmediatamente en caso de tener algunos de los síntomas.
En detalle, la explicación de cuatro expertos de la Sociedad Argentina de Mastología:
Qué es la mama densa
Ocurre cuando predomina el tejido glandular por sobre el adiposo en la mama y se detecta a través de la mamografía. Es una condición que puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama y al mismo tiempo dificulta su diagnóstico, pero no se trata de una patología en sí misma. Se estima que la mitad de las pacientes mayores de 40 años presentan mama densa.
«No es una anormalidad ni una enfermedad; es muy frecuente en las mujeres muy jóvenes, mientras es más infrecuente en las mujeres añosas en las que la casi totalidad de la glándula ha sido reemplazada por grasa», explicó el Dr. Gustavo Hauszpigiel (MN 77.727), miembro de la Sociedad Argentina de Mastología.
El especialista, quien además se desempeña en el Hospital José María Penna, explicó que «en estas mujeres, los estímulos hormonales inducen el crecimiento del tejido glandular y también podrían favorecer la aparición de un tumor. Por otro lado, esta mayor densidad del tejido mamario puede dificultar el diagnóstico 'escondiendo' la presencia de pequeños nódulos».
El mayor riesgo (de tumor mamario) no está dado tanto por la densidad mamaria sino por el hecho de ser mujer y por cumplir años, ya que a mayor edad, mayor riesgo. «Tener mamas densas indica una mayor predisposición, pero no es sinónimo de que se padecerá la enfermedad», precisó el Dr. Hauszpigiel.
Qué es la displasia mamaria
«La displasia mamaria más que una enfermedad es una condición de la mama que ocurre en la mujer fértil, mayormente entre los 20 y 30 años», explicó el Dr. Luciano Cassab (MN 79.867), presidente de la Sociedad Argentina de Mastología. Las causas pueden ser hormonales (aumento de los estrógenos y la prolactina y un disbalance con la progesterona), alimenticias por el exceso de tiraminas (queso, banana, chocolates) o de xantinas (café, mate, té, bebidas cola) y diferentes hábitos que la exacerban, como el tabaquismo.
La aparición difusa de nódulos y la secreción por el pezón pueden ser señales de displasia mamaria. Suele manifestarse con dolor en la segunda mitad del ciclo y la mayor molestia se siente en el cuadrante superior y externo de la mama, por la concentración glandular y la proximidad a los nervios de la axila.
«Durante muchos años se trató a la displasia mamaria con vitaminas (A y E), cremas con productos hormonales y progestágenos y hasta antiestrógenos. Son útiles los analgésicos (antiprostanglandinicos), que ayudaran a calmar el dolor. Lo mejor es concurrir al especialista para aclarar el origen y tratarlo de la manera mas conveniente sin incurrir en sobremedicación», concluyó el presidente de la Sociedad Argentina de Mastología.
Qué son los nódulos mamarios y fibroadenoma
Se trata de un término abarcativo y genérico, que engloba alteraciones tanto benignas como malignas. «Desde el punto de vista clínico, se utiliza cuando la paciente en su autoexamen o el médico en la revisación palpa una formación redondeada en la mama. El especialista lo podrá describir como duro, blando, móvil, fijo a los tejidos, hablar de su medida, ubicación dentro de la mama, superficialidad o profundidad», indicó el Dr. Francisco Terrier (MP 111.140), vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología.
En los estudios mamarios, como la mamografía y la ecografía, se utiliza para describir una imagen nodular visible que en algunos casos es palpable y en otros, no. El Dr. Terrier recomendó que cuando la paciente palpa un nódulo haga una consulta en forma inmediata, ya que «más allá de que no siempre se trate de una patología maligna, será el especialista el encargado de llegar a un diagnóstico de certeza».
«Cuando hablamos de nódulos quísticos es importante aclarar que siempre se trata de nódulos benignos, en cambio dentro de los nódulos sólidos podemos encontrar ambos casos. Muchos de ellos serán benignos, pero acá también encontramos casos de malignidad», aclaró el especialista del Hospital Italiano de La Plata.
Por su parte, los fibroadenomas son nódulos mamarios benignos. Como son los más frecuentes, el término suele ser usado como sinónimo de cualquier nódulo benigno, aunque no son los únicos.
Qué es la mastitis
Se trata de un proceso inflamatorio del tejido mamario, acompañado o no de infección. Si bien suele afectar con más frecuencia a las mujeres que están amamantando, también puede ocurrir fuera del periodo de la lactancia.
Suele presentarse con cuadros agudos, aunque existen algunas formas crónicas menos frecuentes. Sus síntomas son hinchazón, enrojecimiento y dolor mamario. Cuando el proceso avanza y no se accede al tratamiento adecuado, pueden formarse abscesos mamarios. Éstos se presentan como nódulos bien delimitados y dolorosos.
La Dra. Sabrina Barchuk (MN: 126304), miembro de la Sociedad Argentina de Mastología y médica de la Sección Mastología del Hospital Fernández, explicó que «en las mujeres lactantes, la mastitis es más frecuente durante los tres primeros meses. La retención de leche y el sobrecrecimiento de bacterias asociado a grietas del pezón, suelen predisponer a la infección. En las mujeres que no amamantan, se consideran factores predisponentes a la diabetes, el tratamiento con corticoides, la inmunosupresión y el tabaquismo».
«El diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de la mastitis permite evitar complicaciones que podrían requerir intervenciones quirúrgicas, como así también el diagnóstico diferencial con otras patologías mamarias», indicó la Dra. Barchuk.
Pautas para mujeres que amamantan:
1 - Lactancia a demanda con extracción de la leche si el drenaje es incompleto luego de cada toma
2 - Correcta prendida del lactante para evitar las grietas del pezón
3 - Higiene correcta de manos e instrumentos utilizados para el vaciado de la mama, como extractores manuales o mecánicos
4 - Descansar las horas recomendadas
El tratamiento primario se hace con antibióticos. En el caso de colecciones, se requerirá un drenaje con aguja guiado por ecografía y, en algunos casos, un drenaje quirúrgico. En las mujeres que amamantan, la lactancia no debe suspenderse: el drenaje mamario de la leche efectuado por la succión del bebé es el más adecuado y eficiente.
«Si bien no existe una asociación definida entre mastitis y cáncer de mama, algunas formas de presentación poco frecuentes del cáncer pueden simular una infección. Por lo cual todo edema, eritema o engrosamiento de la piel de la mama que no responde a un curso breve de antibióticos debe ser oportuna y adecuadamente valorado por un profesional capacitado», concluyó la especialista.