Ser adolescente en tiempos modernos
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buenapraxisMartes, 02/08/2022
Los expertos en la temática aseguran que uno de los procesos más importantes y revolucionarios para el desarrollo de una persona es la adolescencia. Esta, se trata de una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano, donde ocurren cambios drásticos que afectan la estructura y los circuitos cerebrales y dan sustento a los cambios cognitivos, conductuales y emocionales.
Al hablar del cerebro y de la mente, no se puede dejar de lado que el contexto y el ambiente en el que se desarrolla es un componente que los influye. Todos como padres o familiares nos hemos preguntado: ¿Qué es lo que pasa por su mente? Y la respuesta no es sencilla: «Sus mentes son únicas: experimentan un incremento a la sensibilidad social con una marcada necesidad de experimentar emociones fuertes y un distanciamiento tanto emocional como físico de sus padres. Es por eso que, en esta etapa de la vida, la aprobación e inclusión social son impulsores de su conducta durante todo este periodo», asegura la Dra. Teresa Torralva, presidente de Fundación INECO.
En definitiva y tratando de comprender qué pasa por sus mentes en esta etapa de la vida, los jóvenes deben aprender a adaptarse a sus nuevos roles, por lo cual es posible que se cometan errores en el proceso de transición. Esta situación puede traducirse como una de las responsables de que tengan conductas poco sensatas y arriesgadas, mientras intentan entender y comprender sus nuevos impulsos y relaciones.
En ese sentido, el Dr. Fabian Triskier, psiquiatra de INECO, explica: «Lo que ocurre a nivel cerebral es que existe un desbalance en el desarrollo de diferentes regiones y sistemas cerebrales: las áreas subcorticales que se vinculan a la activación y la búsqueda de sensaciones se desarrollan antes que la región prefrontal del cerebro, sede de las funciones ejecutivas y de la autorregulación y el control de impulsos. La corteza prefrontal se va desarrollando a través de la adolescencia y culmina su desarrollo después de los 20 años. El desempeño en tareas de control de impulsos va mejorando a medida que crecemos, logrando resistirse a las recompensas inmediatas por la maduración de la corteza prefrontal».
Ser adolescente en tiempos modernos no es tarea fácil ya que en esta época hay cambios marcados, diferentes a los que sucedieron en otras etapas de la vida. Los jóvenes sufren fenómenos de estigmatización en que frecuentemente se les adjudica características tales como la omnipotencia, la violencia, el desinterés generalizado o la irracionalidad. Estar informados por los medios de comunicación, las redes y la era del whatsapp, puede generar una revolución de nuevas emociones en las generaciones actuales.
Asimismo, los expertos afirman que la pandemia dejará huellas que podrán verse a largo plazo. Esta situación generó, no solo sentimientos y emociones particulares en todas las personas, sino un especial impacto en la salud mental de los adolescentes. «Diversos trabajos de nuestro país, incluyendo los que venimos realizando en distintas localidades desde el INCyT-Fundación INECO, están reportando que el suicidio adolescente muestra una tendencia creciente, habiéndose triplicado desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad. Es probable que el aislamiento se asocia con sentimientos y emociones particulares en los adolescentes, quienes se encuentran en una etapa vital en donde están ávidos por aprender, socializar y desafiar», explica el Dr. Pablo López. Esto evidencia cuál fue el impacto de la cuarentena y el aislamiento sobre el cerebro en el desarrollo de los jóvenes, y aunque aún se continúe investigando sobre sus efectos psicológicos, pareciera ser mayor en esta población que en otras.
Al respecto, el Dr. Triskier expresa que, cuando se hacen presentes, es importante brindar un espacio de escucha y validación a expresiones tales como la frustración, la impotencia y la tristeza, y concluye que «como padres debemos intentar comprender lo que les pasa a nuestros hijos e hijas por su cabeza y asumir que el procesamiento de las emociones tiene características diferentes a las de los adultos. Los adultos debemos comprender los cambios propios de esta etapa de la vida a fin de poder acompañarlos en el proceso de construcción de su identidad».
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