Las personas con insomnio no pueden conciliar el sueño, permanecer dormidas o tener un sueño reparador suficiente. El insomnio es un trastorno del sueño común. Con el tiempo, la falta de sueño puede provocar problemas de salud como diabetes, hipertensión y aumento de peso. Especialistas de DIM CENTROS DE SALUD advierten que los cambios de comportamiento y estilo de vida pueden mejorar el descanso.
La cantidad de sueño suficiente varía de una persona a otra, pero la mayoría de los adultos necesitan de 7 a 8 horas por noche. En algún momento, muchos adultos experimentan insomnio a corto plazo (agudo), que dura días o semanas. Por lo general, es el resultado del estrés o de un evento traumático. Pero algunas personas tienen insomnio a largo plazo (crónico) que dura un mes o más. El insomnio puede ser el problema principal o puede estar asociado con otras condiciones médicas o medicamentos.
«El insomnio es un trastorno del sueño frecuente que puede causar dificultad para iniciar el sueño o mantenerlo, o puede hacer que te despiertes demasiado temprano y no puedas volver a dormirte. Siempre se acompaña de cansancio al día siguiente. El insomnio puede alterar tu energía y estado de ánimo, afectar tu salud, desempeño laboral y calidad de vida. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas por noche, aunque esto puede variar según la persona. Si el insomnio te dificulta el desempeño durante el día, consulta con el médico para identificar la causa de tus problemas para dormir y cómo se pueden tratar. Si el médico cree que tal vez tengas un trastorno del sueño, podría derivarte a un centro del sueño para que te realicen estudios especiales», explicó la
Dra. María Celia Daraio (MP 444369 // MN 77713), especialista en Medicina del Sueño de DIM CENTROS DE SALUD.
Según la especialista, las causas frecuentes del insomnio crónico son:
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Estrés: preocupaciones relacionadas con el trabajo, la escuela, la salud, las finanzas o la familia pueden mantener la mente en actividad durante la noche. La muerte o la enfermedad de un ser querido, mudanza, divorcio o la pérdida de un trabajo.
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Viajes u horarios de trabajo: desfase horario por los viajes a través de varias zonas horarias, el trabajo en turnos rotatorios, o el trabajo nocturno.
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Malos hábitos de sueño: horarios irregulares de acostarse, las siestas, las actividades estimulantes antes de acostarse, un entorno de sueño incómodo y el uso de la cama para trabajar, comer o mirar televisión. El uso de computadoras, televisores, videojuegos, teléfonos u otras pantallas antes de acostarse pueden afectar el ciclo del sueño.
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Alimentación en exceso en la noche.
«Otras causas frecuentes del insomnio son: trastornos de salud mental (ansiedad, estrés postraumático, depresión); Medicamentos como antidepresivos y medicinas para el asma, la presión arterial, la alergia y el resfriado, analgésicos y los productos para adelgazar; Afecciones que incluyen el dolor crónico, el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas, el asma, la enfermedad del reflujo gastroesofágico, el hipertiroidismo, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer; trastornos relacionados con el sueño como la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas lo que puede impedir conciliar el sueño; cafeína, nicotina y alcohol. El café, el té, las bebidas cola y otras bebidas con cafeína. La nicotina del tabaco. El alcohol puede ayudarte a conciliar el sueño, pero impide que se alcancen las fases del sueño más profundas y hace que te despiertes en medio de la noche», agregó la especialista.
Las personas de 60 años o más son más susceptibles al insomnio. «A medida que envejeces, el sueño es menos tranquilo; los ruidos y otros cambios en el entorno te despierten. Te da sueño más temprano por la noche y te levantas más temprano en la mañana. Además, la falta de actividad puede interferir en el buen sueño nocturno. Cuanto menos activo estés, más probable es que duermas una siesta, lo que puede afectar el sueño durante la noche. Son más frecuentes los problemas de saludo y el uso de fármacos que pueden afectar el sueño», explicó.
¿Cuáles son las complicaciones de este trastorno del sueño?
✔ Peor desempeño en el trabajo o en la escuela.
✔ Fallas en la atención, problemas de memoria.
✔ Mayor riesgo de accidentes.
✔ Desarrollo de depresión, trastorno de ansiedad o abuso de sustancias.
✔ Riesgo y la gravedad de enfermedades a largo plazo como presión arterial alta y enfermedades cardíacas.
Claves para prevenir el insomnio y promover un sueño profundo:
1. Acuéstate y despiértate a la misma hora todos los días, incluyendo los fines de semana.
2. Haz actividad física - la actividad regular promueve dormir mejor.
3. Revisa tus medicamentos para ver si pueden contribuir al insomnio.
4. Evita o limita las siestas.
5. Evita o limita la cafeína y el alcohol, y no consumas nicotina.
6. Evita las comidas y bebidas abundantes antes de acostarte.
7. Haz que tu dormitorio sea un lugar cómodo, y úsalo solamente para dormir o tener relaciones sexuales.
8. Crea un ritual que te relaje antes de dormir, como un baño tibio, leer o escuchar música suave.
«Dependiendo de la situación, el diagnóstico de insomnio y la búsqueda de sus causas puede incluir: un examen físico y exámenes de laboratorio; evaluación de los hábitos de sueño y Estudio del sueño: Polisomnografía», explicó la Dra. Daraio.
Tratamiento
1. Terapia cognitiva conductual para el insomnio
La terapia cognitiva conductual para el insomnio (TCC-I) puede ayudarte a controlar o eliminar los pensamientos y las acciones negativas que te mantienen despierto, y generalmente se la recomienda como el tratamiento de primera línea para las personas con insomnio. La TCC-I es igual de eficaz o más eficaz que los somníferos.
2. Medicamentos con receta
Los somníferos con receta pueden ayudarte a conciliar el sueño, a dormir o a ambas cosas. No se recomiendan depender de los somníferos recetados durante más de algunas semanas. «Los somníferos con receta pueden causar efectos secundarios: aturdimiento diurno y aumento del riesgo de caídas, o producir adicción; por lo tanto, habla con el médico sobre estos medicamentos y otros efectos secundarios posibles».
3. Somníferos de venta libre
Los somníferos de venta libre contienen antihistamínicos que pueden causarte somnolencia, pero no están destinados para consumo habitual. «Habla con el médico antes de tomarlos, pueden causar efectos secundarios, como somnolencia diurna, mareos, confusión, deterioro cognitivo y dificultad para orinar, lo que puede ser peor en los adultos mayores», concluyó.