Vacuna argentina contra el melanoma prolonga la sobrevida sin metástasis de pacientes
Se llama VACCIMEL y en un estudio clínico de fase II realizado en Argentina se observó que el 50 % de los pacientes tratados con esa fórmula recayó a los 96 meses mientras que el 50 % de los pacientes tratados con interferón recayó a los 13 meses. Los resultados se describen en la revista científica Frontiers in Immunology.
Una vacuna argentina demostró ser mucho menos tóxica que el fármaco interferón y prolongar más la sobrevida libre de metástasis en pacientes con melanoma (el cáncer de piel más agresivo) en estadios con alto riesgo de recaída, según resultados de un estudio de fase II publicados en la revista
'Frontiers in Immunology'.
La vacuna, denominada VACCIMEL, «demostró activar una fuerte respuesta inmune contra el melanoma», señaló el Dr. José Mordoh, investigador del CONICET, jefe del Laboratorio de Cancerología en la Fundación Instituto Leloir (FIL) y director del Centro de Investigaciones Oncológicas de la Fundación Cáncer.
«Lo interesante del estudio es que también pudimos determinar que el tratamiento con VACCIMEL es compatible con los llamados 'inhibidores de los puntos de control inmunológico', un tipo de inmunoterapia que en los últimos años ha probado mejorar enormemente las perspectivas de estos pacientes. La combinación de ambos tratamientos es segura, y potenciaría la respuesta inmune contra este agresivo tumor de la piel», añadió el Dr. Mordoh.
Los análisis de sangre de los pacientes reclutados en el estudio demuestran que VACCIMEL va modelando poblaciones genéticamente homogéneas o 'clones' de ciertas células inmunes, los linfocitos T circulantes, para que reconozcan antígenos tumorales (moléculas que despiertan la reacción de las defensas del cuerpo).
«Los linfocitos T migran hacia el tumor y destruyen células malignas», explicó el Dr. Mordoh, médico graduado con honores y doctorado en la UBA que fue discípulo del Nobel de Medicina de 1965, François Jacob, y del Nobel de Química de 1970, Luis Federico Leloir.
Los doctores María Marcela Barrio (izq.), Mariana Aris, Ana Mordoh, José Mordoh, Alicia Inés Bravo y la licenciada Ibel Carri.
Resultados principales
En el nuevo estudio, un grupo de 19 pacientes con melanoma de alto riesgo de recaída (estadíos IIB, IIC y III) recibió VACCIMEL en combinación con BCG y GM-CSF. La BCG o Bacillus Calmette-Guerin se utiliza para la vacunación antituberculosa e induce una fuerte respuesta inmune, y el GM-CSF es una molécula que atrae monocitos, un glóbulo blanco clave para una inmunidad efectiva.
«La combinación de VACCIMEL, BCG y GM-CSF potenció aún más la respuesta inmune contra el melanoma», destacó el Dr. Mordoh.
Otro grupo de pacientes recibió solo interferón, un medicamento cuyo efecto consiste en generar que el sistema inmune ataque células tumorales.
Los resultados fueron elocuentes: la mitad de los pacientes tratados con VACCIMEL recayó a los 96 meses mientras que la mitad de aquéllos tratados con interferón lo hizo a los 13 meses.
Por otra parte, los autores observaron además que, con un seguimiento entre 91 y 223 meses de 30 pacientes tratados con VACCIMEL en distintos estudios clínicos, cuatro años después de la vacunación, 3 de cada 4 pacientes no presentaron metástasis a distancia (cuando el tumor se disemina a órganos lejanos), una proporción comparable a la obtenida con inhibidores de los puntos de control inmunológico ó con terapias dirigidas.
Del estudio también participaron Ana Mordoh, de la División Dermatología del Hospital de Clínicas 'José de San Martín' de la UBA; Mariana Aris y María Marcela Barrio, del Centro de Investigaciones Oncológicas de la Fundación Cáncer; Ibel Carri, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín; Alicia Bravo, de la Fundación Instituto Leloir; Enrique Podaza del Instituto Englander de Medicina de Precisión, en Estados Unidos; Juan Carlos Triviño Pardo, de los Sistemas Genómicos del Grupo Biomédico ASCIRES, en Valencia, España; y Gerardo Rubén Cueto, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Los estudios clínicos de fase I y II fueron llevados a cabo en el Instituto Alexander Fleming, en Buenos Aires, y el último contó con el patrocinio del Laboratorio Pablo Cassará. La financiación de las investigaciones estuvo a cargo de la Fundación Sales; la Fundación Cáncer (FUCA), de la que depende el Centro de Investigaciones Oncológicas donde se produjeron las vacunas y se analizaron las muestras de los pacientes. Instituciones oficiales como el CONICET, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el Instituto Nacional del Cáncer (INC) dieron también su apoyo para el desarrollo de estas investigaciones.
Ref: Agencia CyTA-Leloir