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12 de noviembre es el Día de la Lucha contra la Obesidad para concientizar acerca de la importancia de prevenir y tratar esta problemática. Al mismo tiempo, en Argentina se trabaja en la ley de talles y la inclusión. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre el aumento de la obesidad a nivel mundial. ¿Hay que ocuparse de la obesidad o se trata únicamente de una cuestión estética y hay que aceptarla sin juzgar?
La pregunta es compleja. Sin embargo, podemos asegurar que el límite es la salud y que es importante atender a la obesidad porque está demostrado que el aumento de grasa corporal predispone al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, tales como la diabetes, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. También algunos tipos de cáncer y complicaciones para el tratamiento de otras afecciones como la COVID-19.
Si nos hacemos los controles periódicos y nos da todo bien, ¿podemos considerarnos 'un/a gordo/a sano/a' y exigir que no se nos juzgue por nuestra apariencia? Lamentablemente, la cuestión es compleja. La edad y la genética son factores que pueden beneficiar en algunos casos. Ser joven, puede hacer que nuestro sobrepeso no manifieste complicaciones, pero a medida que crecemos pueden empezar a aparecer. Las estadísticas advierten que la mayoría de los pacientes con obesidad cursan con diferentes consecuencias.
Entonces, si la edad es clave en la aparición de enfermedades, es vital que no generemos malos hábitos alimentarios, ya que luego será más difícil cambiarlos. De ahí la importancia de trabajar en la prevención de la obesidad infantil.
Por todo esto, debemos entender que, aunque la obesidad pueda afectar socialmente a quienes la padecen por un tema estético, el abordaje debe centrarse en la salud.
Como personal de salud, debemos aprender a expresarnos con claridad para no incomodar al paciente y que se entienda que lo único que buscamos es ayudarlo a prevenir un problema, porque el tratamiento es difícil. Es importante establecer objetivos de peso, y de ahí surgen algunas definiciones que utilizamos en la práctica clínica y que sirven para trabajar en la prevención con claridad:
Peso ideal es el que surge de las tablas que se armaron a través de la recopilación de datos estadísticos a lo largo de los años. Muchas veces son modelos de otras culturas porque fueron construidos por equipos de salud de otros países. Por eso, a veces resultan inconsistentes como objetivo.
Peso estético es el que el paciente desea tener porque lo asocia a una imagen ideal, eterna, al de su modelo preferida/o o el peso que lleva su amiga/o. Muchas veces se intenta alcanzar sin importar a costa de qué y si la composición corporal (entre el porcentaje de grasa y músculo) es correcta.
Peso saludable es el que nos permite movilidad plena y que además refleja valores normales en los resultados de los análisis clínicos. El que responde a un IMC o BMI (índice de masa corporal o Body más Index ) de 18,5 hasta 25, utilizado en salud no solo para decirle al paciente cuánto debería pesar, sino para poder establecer tratamientos médicos (dosis de medicación, oxígeno, etc.)
Cómo saber si el IMC está dentro de la normalidad
Se pueden utilizar las calculadoras de la web o dividí tu peso (kg) por tu altura (m) y el resultado lo volvés a dividir por tu altura. Ej: si pesás 65 kg y tu altura es de 1.74 m tendrías un IMC de 25,1, es decir, tendrías un peso saludable.
Según el resultado del IMC, este es el tipo de peso que se tiene:
▪ IMC <18.5 bajo peso
▪ IMC <25 normopeso
▪ 25<IMC>30 sobrepeso
▪ IMC>30 obesidad
Peso posible es el peso que se puede pretender respecto a una situación particular. Siendo el mínimo peso posible a proponerse bajar el 6% del peso actual o mantenerlo. Esto ha demostrado, entre otras cosas, bajar la presión arterial, mejorar la movilidad o la respiración, sobre todo en situaciones de reposo absoluto, situación económica o laboral que impide llevar a cabo un equilibrio entre lo que nos movemos y lo que ingerimos, o simplemente por un contexto emocional determinado.
Peso posible máximo: uno se puede proponer bajar más del 6%, pero se sugiere que se realice en un tiempo no menor a 6 meses y que se obtenga como consecuencia de haber logrado metas o hábitos que se puedan mantener en el tiempo.
En conclusión, el peso ideal es individual más allá de las tablas y los índices. Influye el momento de la vida que estemos pasando, (tanto en lo laboral, emocional, familiar, económico, etc.), y está demostrado que el fracaso en los cambios de hábitos está en proponerse un objetivo alto en términos de esfuerzos.
También existe un cálculo rápido o informal, pero no menos efectivo, que consiste en proponerse un peso que se adapte más a nuestra propia historia que es el siguiente:
Sumamos:
✔ Peso mínimo que tuvimos por más de 6 meses y luego de los 20 años, ej: 60 kg.
✔ A ese peso le sumamos 2 kg por cada década que pasó. Ej: si tenemos 40 años le agregamos 4 kg.
✔ También le sumamos 1 kg por cada 10 kg que tengamos demás. Ej: si a los 40 años peso 80 kg, le sumo 2 kg más.
✔ Y en caso de que actualmente me encuentre superando los 100 kg, le sumamos 2 kg por cada 10 de más sobre 100. Ej: si yo estuviera pesando 130 kg, le debo agregar 6.
Es decir, que a mis soñados 60 kg, les debo agregar 14 kg de 'realidad o paso del tiempo' y pretender volver, en principio, a 74 kg y ya no a los 60. Sobre todo porque hemos superado los 100 kg.
También debemos considerar realizarlos a muy a largo plazo, ya que el cuerpo puede bajar a razón de 2 kg por mes, o el 12% de su peso actual cada 6 meses. Si logramos hacerlo más rápido, debe ser producto de la actividad física y de estar comiendo mejor, y no solo ayunando o tomando medicaciones no recomendadas.
En Argentina 6 de cada 10 adultos presentan exceso de peso. En niños y niñas en edad escolar 30% tienen sobrepeso y 6% obesidad
Por la Lic. en Nutrición, Jorgelina Latorraga MN 42883.
Equipo médico de Wellness de ASE