Cirugía de Ross: conocimiento y tecnología aplicada para la salud cardiovascular en pediatría
Por buenapraxis
  
Viernes, 18/06/2021
La búsqueda constante por una mejora en la atención del paciente hacen del Hospital Garrahan un centro de referencia en la salud pública de alta complejidad. La experiencia en cirugía de Ross del hospital es una de las más importantes de Latinoamérica: la operación tiene una sobrevida mayor del 95% dentro de los primeros 5 años y del 90% en los 30 años posteriores.

El corazón deja de latir. Un grupo de profesionales rodea la mesa con extrema concentración. Observan con el instrumental en las manos. Miran la pantalla: todo avanza como fue previsto. Es el momento clave. Después de detener el paso de todas las arterias y venas coronarias, deberán reemplazar las válvulas del corazón que hacen posible una correcta circulación de la sangre.

Detrás de barbijos, camisolines, ambos, lupas quirúrgicas, lámparas, decenas de suturas y trabajo coordinado, nueve personas intervienen durante siete horas de pie a una niña de 10 años con una malformación en el corazón en el quirófano 16 del Hospital Garrahan. La operación fue un éxito. Luego de horas de trabajo, su corazón vuelve a latir.

Se trata de la Cirugía de Ross, una intervención quirúrgica creada para tratar pacientes adultos con enfermedad de la válvula aórtica. La operación, menos frecuente en pacientes pediátricos, es desarrollada por el servicio de Cirugía Cardiovascular, Trasplante Cardíaco y Vascular Periférico del Hospital Garrahan desde 1995, con más de 140 niños, niñas y adolescentes operados con excelentes resultados.

El procedimiento
La Cirugía de Ross fue diseñada en 1967 por Donald Ross, un cirujano británico pionero en la cirugía cardíaca y director del equipo que realizó el primer trasplante de corazón en 1968. Esta operación fue descrita en su origen para población adulta con enfermedad de la válvula aórtica. El funcionamiento de esta válvula permite mantener la correcta presión y circulación de la sangre del cuerpo, y al mismo tiempo permite que el flujo de sangre de los pulmones llene el ventrículo izquierdo con sangre oxigenada para que circule hacia el resto del cuerpo.

La enfermedad en la válvula aórtica puede ser congénita, adquirida o infecciosa, y ante su disfunción, aparece una insuficiencia aguda en el corazón y posible edema pulmonar.

«La operación consiste en sacar la válvula pulmonar del corazón del paciente y usarla en el lugar de la aórtica, reemplazando la pulmonar con una válvula de un donante», explicó el Dr. Pablo García Delucis, jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular, Trasplante Cardíaco y Vascular Periférico del Hospital Garrahan.

Este procedimiento, que en su origen fue desarrollado para adultos, es realizado en el Garrahan desde 1995 con más de 140 pacientes operados.

«Han aparecido otras alternativas con los avances de la tecnología y debido a su complejidad ha disminuido su aplicación en adultos, pero no en la población pediátrica porque tiene un rol importante en niños, niñas y adolescentes para que puedan crecer sin complicaciones y tener una vida normal», destacó el Dr. Delucis.

Y agregó: «Hemos hecho publicaciones sobre el trabajo que venimos desarrollando y la verdad que es una experiencia pediátrica de las más importantes de la Argentina y de Latinoamérica. No hay muchos hospitales que tengan la experiencia en Ross que tiene el Garrahan. Es una operación compleja».

Con esta operación, los y las pacientes no requieren anticoagulación de por vida como sucedería si se implantara una válvula artificial. La población pediátrica tiene posibilidad de crecimiento y un índice de reoperación muy bajo.

Los protagonistas
La cirugía cardiovascular desde sus orígenes enfrentaba una problemática: cómo poder intervenir un corazón para repararlo y mientras sostener la función vital de circulación y bombeo de sangre oxigenada en todo el cuerpo.

En la década del 50 se desarrollaron las primeras bombas de circulación extracorpórea, un artefacto que establece una conexión entre los vasos, arterias y venas principales del paciente a una máquina que recibe la sangre que llegaría al corazón. Esta tecnología oxigena e impulsa la sangre con presión adecuada al cuerpo del paciente que va a ser operado, cumpliendo las funciones del corazón y de los pulmones al mismo tiempo.

Para la Cirugía de Ross, los pacientes son conectados a estas bombas por un equipo de cirujanos, que junto a un perfusionista -profesional encargado del manejo de la maquinaria- comienzan la circulación de la sangre extracorpóreamente para dar comienzo al reemplazo de la válvula.

El equipo de cirugía es completado por dos profesionales de anestesia, un médico o médica de cardiología, dos instrumentadoras quirúrgicas y personal de hemoterapia, junto a la participación del Banco de Tejidos en la conservación de la válvula proveniente del donante.

«Hemos capacitado a profesionales de nuestro hospital, otros centros de salud de todo el país e incluso hospitales del extranjero otros países con la intervención. Es una operación muy importante que se hace en la Argentina, en la población pediátrica y desde un hospital público que ha llevado a cabo esta técnica con excelentes resultados», dijo el Dr. Delucis

Innovación y compromiso: valores de la salud pública
La operación tiene una sobrevida mayor del 95% dentro de los primeros 5 años y del 90% en los 30 años posteriores. Estos resultados abren un camino de crecimiento normal en muchos niños y niñas con una enfermedad compleja desde su nacimiento. Y esta posibilidad existe gracias a una atención de calidad y al compromiso asumido desde la salud pública.

«Nuestra especialidad es pionera en la innovación. La cirugía tiene eso. Nosotros nos formamos en este hospital y nuestro agradecimiento es hacia el hospital y hacia la población. Lo único que nosotros le podemos dar es nuestro trabajo», resaltó Delucis.

Y destacó: «Tal vez hay un chico en Perú al cual le están salvando la vida por una técnica que le enseñaron profesionales de nuestro hospital. Eso es el Garrahan. Es su recurso humano y su determinación por la especialización, comprometido con la salud pública y con una mirada innovadora buscando el mejor tratamiento para el paciente».


Por buenapraxis