Sostener y acompañar a la distancia, el desafío frente a pacientes pediátricos con VIH durante la pandemia
Por buenapraxis
  
Martes, 01/12/2020
Desde el servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital de Pediatría Garrahan, se realizó el seguimiento de pacientes a distancia, garantizando la atención y la entrega de medicación. Todos los 1 de diciembre, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una fecha para sensibilizar y prevenir la infección por VIH.

El Hospital Garrahan atendió y realizó el seguimiento de 150 pacientes con VIH -la mitad de ellos adolescentes- en el contexto del Covid-19. El servicio de Epidemiología e Infectología trabajó arduamente de manera interdisciplinaria para que los pacientes en seguimiento no interrumpieran su atención y recibieran la medicación necesaria para el tratamiento.

Este 1 de diciembre, como cada año, el centro pediátrico de referencia nacional conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida con el objetivo de informar, concientizar, prevenir y combatir los prejuicios sobre VIH. Esta vez, bajo el lema de ONU SIDA: 'Solidaridad mundial, responsabilidad compartida'.

«La pandemia presentó un gran desafío para todos los que realizamos seguimiento de pacientes con patologías crónicas», explicó la Dra. Solange Arazi, del servicio de Epidemiología e Infectología del Garrahan. «Tuvimos que reinventarnos, poder acompañar desde la distancia y mantener el abastecimiento de la medicación», dijo.

El proceso de seguimiento a distancia alcanzó a la mayoría de las familias, algo que el equipo de salud valora muy positivamente: «Eso nos llena de satisfacción y logró fortalecer el vínculo: el hospital llegó a sus casas, con respuestas y acompañamiento, en un momento muy difícil», indicó Arazi.

La profesional explicó que una de las tareas más importantes fue garantizar la entrega del tratamiento antirretroviral a los pacientes. Para ello, el Ministerio de Salud de la Nación a través de tres disposiciones simplificó los procesos de atención.

Desde el Área de Farmacia del hospital, se logró la entrega de dos meses de medicación a los pacientes, en lugar de uno como se realiza habitualmente, y la constancia de 'Paciente con medicación crónica', que facilitó el trámite del permiso y circulación de los familiares en momentos de aislamiento.

Desde el área ambulatoria, se realizó un listado de todos los pacientes en seguimiento con sus últimos laboratorios, garantizando la necesidad de control más o menos urgente.

Durante los 7 meses de pandemia se realizaron 309 consultas, de las cuales 215 fueron virtuales y 94 presenciales. «Pudimos resolver consultas médicas puntuales, enviar recetas e información útil, y acompañamos a las familias a transitar este período de mucho miedo e incertidumbre», aseguró la Dra. Arazi.

Los talleres de adolescentes se realizaron mensualmente en formato virtual. «En un comienzo fueron autoconvocados, los pacientes necesitaban el encuentro, así que lo pusimos en práctica convocando cada mes a nuevos pacientes adolescentes. La virtualidad generó el contacto desde distintos puntos del país», explicó la especialista.

Síntomas de VIH en pediatría
La infección por VIH puede dar síntomas inespecíficos, como inflamación de ganglios, fiebre de origen desconocido, otitis a repetición, diarreas recurrentes, retraso en el desarrollo madurativo y hasta poco aumento de peso.

«Estos síntomas inespecíficos son los que tenemos que tener más presentes como pediatras para poder hacer un diagnóstico oportuno, antes de que el niño presente síntomas graves, ya que el diagnóstico tardío se asocia a peor pronóstico», expresó la Dra. Arazi.

«Otro de los desafíos que trajo la pandemia es justamente trabajar para recuperar todas las oportunidades perdidas en salud: debemos estar muy atentos a los detalles en cada nueva consulta, corroborar controles y serologías durante los embarazos y de los recién nacidos. Realizar controles de salud de los lactantes que llegan al consultorio y completar esquemas de vacunación. Para lograr una infancia más justa y un acceso a la salud más equitativo, debemos trabajar solidariamente sabiendo que la responsabilidad es de todos», concluyó.

¿Qué es el VIH y el SIDA?
VIH es el nombre del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, y SIDA es el conjunto de signos o síntomas que tiene una persona cuando ya está enferma a causa del virus.

En Argentina se diagnostican 4.800 nuevos casos por año, se estima que, en el año 2019, 136 mil personas fueron diagnosticadas con VIH. Más del 98% de las infecciones se producen por relaciones sexuales sin protección. «El uso del preservativo hay que verlo como si fuera nuestra vacuna contra el VIH», concluyó Arazi.

La infección por el VIH es considerada hoy como una infección crónica, que tiene tratamiento, pero aún no tiene una cura. Los medicamentos que toma una persona con VIH hacen que el virus no se multiplique en su organismo y logra que el virus no se detecte en su sangre. Eso mejora su sistema inmunológico (defensas) impidiendo que se desarrolle la enfermedad. De esta manera, la persona puede estudiar, trabajar y formar una familia, tener una vida plena.

Se está trabajando arduamente en la cura y también existen varias líneas de investigación en vacunas. En los últimos años se aprobaron nuevas medicaciones y se están investigando otras, con acción más prolongada que posibilitarían tratamientos mensuales en vez de tomar comprimidos diariamente.

Transmisión vertical
Se trata de la transmisión de la infección de la mamá a su bebé en el parto o a través de la lactancia. La meta del programa de prevención de la transmisión vertical del VIH es llegar a una tasa de contagio menor al 2%, un objetivo en el que Argentina continúa trabajando.

«Es fundamental que la embarazada tenga acceso a la atención prenatal desde el inicio del embarazo para hacer los estudios de VIH», aseguró la Dra. Rosa Bologna, jefa del Servicio de Epidemiología e Infectología del Garrahan.

«De la misma manera, en los recién nacidos de mamás con infección VIH hay que hacer los análisis para descartar la infección en los primeros días de vida. El tratamiento de la embarazada con VIH puede bajar la transmisión vertical (madre a hijo) a menos de 1%», finalizó la Dra. Bologna.


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