La mayoría de los médicos están acostumbrados a las enfermedades bacterianas o virales, aunque una infinidad de patologías, algunas mortales, son causadas por hongos.

"Muchas veces ni siquiera se piensa en ellas. Una colega reconocida decía que la micología, la ciencia que estudia los hongos, es la cenicienta de la microbiología", afirmó la bioquímica y doctora en medicina Roxana Gabriela Vitale, quien junto a colegas de Países Bajos y España, redactó la flamante última versión del Atlas de Micología Clínica que describe más de 700 especies de hongos que causan enfermedades en sistema nervioso central, pulmonares, y de la piel, entre otras.



En el Atlas, tanto impreso como en versión digital, "hemos volcado todos los datos más útiles para el diagnóstico, tratamiento, drogas antifúngicas e identificación de hongos, mostrando a todo color las estructuras que se pueden observar con el microscopio", señala la Dra. Vitale, responsable del Sector de Micología de la Unidad de Parasitología del Hospital JM Ramos Mejía, en la ciudad de Buenos Aires, y doctorada en el Centro Médico de la Universidad Radboud de Nijmegen y en el Instituto de Biodiversidad Fúngica Westerdijk (antes Centro de Biodiversidad Fúngica, CBS), en Holanda. En una entrevista con la Agencia CyTA-Leloir, se explaya sobre la relación de los hongos con la salud.

Los hongos son organismos formados por una o muchas células que pertenecen al reino Fungi. Son diferentes a animales y plantas, y actúan como descomponedores de la materia. Algunos intervienen en la producción de antibióticos o alimentos. También pueden ocasionar infecciones en humanos, animales y plantas. Los más antiguos ya tienen mil millones de años, poco después de que surgieran los primeros organismos con ADN organizado en núcleos.

Los ciclos de vida son extremadamente diferentes. Hay muchos hongos presentes en insectos, en plantas, en suelo y hasta en ambientes adversos como rocas desnudas en la Antártida o desiertos de sal. Muy pocos viven como patógenos estrictos en humanos, sin embargo, dependiendo de las condiciones de la persona, pueden provocar infecciones desde leves hasta muy serias, con alta letalidad.



Hay muchos libros que explican los hongos en términos simples para médicos clínicos, pero no existe un atlas que abarque todos los hongos médicos. Es por esto que el doctor Gerrit Sybren De Hoog tuvo la idea de realizar un Atlas cuya primera edición fue en el año 1994. Desde entonces, se ha seguido la literatura diagnóstica desde los primeros días de los hongos clínicos (alrededor de 1840) hasta la actualidad.

Sí. La mayoría de los médicos están acostumbrados a las enfermedades bacterianas o virales. Las infecciones fúngicas, son las últimas sospechadas e inclusive muchas veces no se piensan. Por eso el Atlas es muy útil en el diagnóstico hospitalario, para orientar respecto de qué terapia podría recomendarse teniendo fácil acceso a información general y literatura sobre el hongo causante. Tenemos la certeza de que también es de gran interés para ser utilizado en muchas otras áreas.

Sí, existen hongos que se denominan neurotróficos que producen infecciones cerebrales y del sistema nervioso central. Hay varios grupos y géneros involucrados. Muchas infecciones se producen en personas con bajas defensas, como ser pacientes oncológicos o con VIH.

Sin embargo, se han descrito casos en personas sanas. Uno de los 10 hongos más temidos, por ejemplo, es Cladophialophora bantiana, que produce abscesos en el cerebro que son letales sin tratamiento. No sabemos cómo la persona se infecta. Probablemente por inhalación y luego diseminación a través de la sangre hasta el cerebro, pero esto nunca se ha probado.

Aspergilosis es producida por hongos del género Aspergillus, sobre todo de la especie fumigatus que produce enfermedad pulmonar en personas con problemas pulmonares preexistentes o infecciones profundas en pacientes leucémicos y trasplantados. También hay personas con enfermedades inmunitarias hereditarias que contraen infecciones fúngicas crónicas e incurables. Recientemente, se ha comprobado en algunos pacientes la coexistencia de aspergilosis y COVID-19.



Existen muchos factores, pero podemos mencionar que el estado de inmunodepresión juega un rol importante para sufrir infecciones fúngicas. Por ejemplo, con la pandemia del VIH; o pacientes con cáncer que reciben drogas inmunosupresoras, o los que reciben trasplantes o tratamientos prolongados con corticoesteroides por enfermedades autoinmunes.

Por diversos motivos. Se podrían mencionar el uso abusivo de algunos medicamentos en tratamientos empíricos; mutaciones genéticas que alteran el blanco de acción de los antifúngicos; bombas de eflujo que generan algunos hongos para expulsar la droga, entre otros. Los mecanismos de resistencia están siendo estudiados cada vez más, para poder encontrar otros mecanismos implicados en éste problema.

El Atlas es influyente, es el único libro de este tipo. En este momento, la mayoría de los hospitales e institutos más importantes de Europa tienen este libro en el laboratorio de diagnóstico. También ha sido traducido al chino, por lo que es de amplia utilización en ese país. La nueva versión contiene muchos más temas y nuevos géneros y especies de hongos que se han identificado a nivel molecular. Por todo esto la versión de este año es más del doble que la edición anterior.


Ref: Agencia CyTA-Fundación