Cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, con el fin de generar conciencia sobre la enfermedad y fortalecer las medidas de prevención. Sanofi cuenta en Argentina con una planta que produce antígeno de hepatitis B. Próximamente será la única planta productora de este antígeno para la compañía a nivel mundial.
La hepatitis es una inflamación del hígado causada principalmente por una infección viral. La enfermedad puede presentarse con o sin síntomas. Los más frecuentes son coloración amarillenta en la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
Existen cinco tipos de virus de hepatitis identificados: A, B, C, D y E. Todos ellos podrían ser causa de enfermedad, discapacidad crónica, muerte, brotes y una propagación epidémica potencial. Entre los distintos tipos de hepatitis, la hepatitis A y la hepatitis E suelen ser causadas por la ingesta de agua o alimentos contaminados. La B, C y D se transmiten por el contacto con sangre y fluidos corporales infectados con el virus.
Las formas de transmisión más comunes son la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, procedimientos médicos en los cuales se utiliza un equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre al recién nacido y el contacto sexual no protegido.
Existen medidas de prevención y la vacunación es la mejor manera de reducir el riesgo de infección. En nuestro país, tanto la vacuna contra la hepatitis A como contra la hepatitis B se encuentran en el Calendario Nacional de Vacunación. La vacuna contra la hepatitis B se aplica en 4 dosis y desde el 2003 es obligatoria para niños y niñas de 11 años que no recibieron la vacuna al momento de nacer ni a los 2, 4 y 6 meses de vida.
Desde 2012 tiene recomendación universal. Todos los niños deben recibir la vacuna contra la hepatitis A, a los 12 meses de edad. En los adultos no vacunados el esquema de hepatitis A es de dos dosis y el de hepatitis B, de 3 dosis.
Con respecto a la hepatitis B, Sanofi en Argentina cuenta con una Planta de producción de vacunas en el Parque Industrial Pilar - «La planta de Argentina es uno de los 12 sitios de producción con los que Sanofi Pasteur cuenta a nivel mundial. Allí se produce antígeno de hepatitis B a granel para nuestra vacuna pediátrica hexavalente, el cual es 100% exportado a Francia para la combinación con otros cinco antígenos. El producto final obtenido es la vacuna hexavalente (que protege contra hepatitis B, difteria, tétanos, pertussis, Haemophilus influenzae tipo b y poliomielitis), se distribuye a muchos países del mundo, incluida la Argentina», cuenta André Soresini, Gerente General de Sanofi Pasteur.
«Debido al creciente aumento de la demanda mundial de vacunas pediátricas combinadas, a partir de 2017 se realizó una inversión de 12 millones de euros para triplicar la capacidad productiva de la Planta que se destinaron a la adquisición de tecnología de punta, al rediseño de procesos industriales y a la automatización y digitalización de procesos e información. Como productor de Sanofi Pasteur de antígeno de hepatitis B para nuestra vacuna hexavalente, la Planta de Pilar es un activo clave para la compañía, lo que representa una enorme responsabilidad y un gran desafío que es enfrentado con orgullo por nuestros equipos», destacó Adriana Vives, Gerente de Asuntos Industriales de Sanofi Pasteur en Argentina.
Desde la inauguración de la Planta de Pilar, en 2005, la compañía ha invertido cerca de 50 millones de euros para su desarrollo y acondicionamiento. Además, la planta cuenta con la certificación GMP de diversas entidades regulatorias a nivel mundial tales como INAME, ANSM, la agencia regulatoria de Turquía y ANVISA, de Brasil, COFERPIS, Corea, Taiwan. Asimismo, con respecto al cuidado del Medioambiente cuenta con la certificación ISO14001.
En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud refrendó la Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas, 2016-2021, en la que se hace un llamado a la eliminación de las hepatitis víricas como amenaza de salud pública de aquí a 2030 (reduciendo las nuevas infecciones en un 90% y la mortalidad en un 65%). La meta para 2030 es reducir los casos de infección de 10 millones en 2016 a menos de 1 millón y reducir los 1.4 millones de muertes a menos de 500.000. La tasa de mortalidad por infección aguda y por cáncer hepático y cirrosis asociados a las hepatitis, es comparable con la del VIH y la tuberculosis.