El 11 de febrero muchas personas, vecinos de Beccar y de otros barrios cercanos o no, pasamos por la Parroquia a visitar a la Virgen.
Es un compromiso, una tradición, o una costumbre porque necesitamos saludar a María en ese día, recibir su bendición, llevarnos agua bendita, sentir que estamos junto a ella... Venimos a mirarla y a que ella nos mire.
Pero también María sale a visitar: en el gesto de la procesión recordamos que Ella es la primera peregrina, que sale a nuestro encuentro, que recorre las calles para buscar a sus hijos e hijas y regalarles su amor.
Nosotros la acompañamos, caminando a su lado, siendo testigos de este encuentro entre la Madre y su familia.