En las últimas décadas ha aumentado el número de personas mayores de 65 años dentro de la población general y se espera que esta tendencia continúe enfatizándose.
La presencia de dificultades para hacer más de una cosa al mismo tiempo, evocar el nombre del protagonista de una película o la clave nueva del cajero automático del banco se incrementan con el paso del tiempo.
El adecuado mantenimiento de la memoria y otras funciones mentales como la atención, el lenguaje y el razonamiento se ha convertido en un tema que preocupa a los adultos que pertenecen a esta población, a los profesionales, a los sistemas de la salud y a los científicos que estudian el tema en todo el mundo.
Es por esto que hace ya varias décadas han ido surgiendo, desde diferentes marcos teóricos, diversas teorías que intentan explicar y desarrollar estrategias que acompañen y remedien esta situación.
Una de las teorías científicas que más respuestas ha aportado al momento es la teoría de la plasticidad neuronal, la cual se refiere a la capacidad que tiene el cerebro de formar nuevas conexiones que se activan ante la presencia de estímulos novedosos. Es ésta habilidad del sistema nervioso la que nos permite incorporar nuevos aprendizajes, experiencias y conductas. Por lo tanto el mantener la mente activa rodeada de nuevos estímulos promueve la formación de redes intrincadas y frondosas, cómo raíces de un árbol, que protegen al cerebro frente a la aparición de una lesión o enfermedad cerebral, explica la Dra. Carolina Feldberg, profesional del Servicio de Neurociencias Cognitivas de INEBA e Investigadora Adjunta del CONICET en el instituto.
De manera complementaria, la idea de que existe una posible reserva que protege al cerebro de su daño surge de la observación realizada por diferentes estudios de investigación que señalan que muchas veces no existe una relación directa entre el daño y las manifestaciones clínicas de la lesión y esto es lo que se denomina reserva cognitiva.
El desarrollo de la capacidad de la reserva cognitiva se encuentra asociado principalmente a aspectos que tienen que ver con la actividad y la exposición a ambientes enriquecidos, por lo que la exposición a ambientes complejos y actividades novedosas resulta una de las principales estrategias para la promoción de un envejecimiento cognitivo saludable. Diferentes estudios científicos ponen en evidencia que la mayor participación en actividades intelectuales se asocia con mayores niveles de rendimiento cognitivo en una amplia gama de tareas, agrega la especialista.
Las intervenciones cognitivas deben realizarse a lo largo de todo el continuo de deterioro de envejecimiento cerebral, siendo la psicoeducación y la realización de actividaes cognitivas el primer eslabón de un conjunto de actos en salud que promocionan una vejez saludable y retardan la aparición de indicatores patológicos de envejecimiento cognitivo, entre los cuales se destaca la Enfermedad de Alzheimer.
Estas dos teorías, la de la reserva cognitiva y la de la plasticidad neuronal, permiten enmarcar de manera cientifica las posibles intervenciones que se pueden realizar a lo largo de todo el ciclo vital con miras a la promoción de un envejecimiento cognitivo saludable.
¿Cómo obtener un envejecimiento cognitivo saludable?
Existe un amplio número de intervenciones no farmacológicas que pueden realizarse a lo largo de todo el continuo de deterioro cerebral a medida que pasan los años.
En el ámbito de la prevención, los profesionales trabajan en la promoción de un estilo de vida saludable con eje en los cinco principios recomendados por la Asociación Mundial de Alzheimer:
✔ Cuidado de los factores cardiovasculares
✔ Alimentación saludable
✔ Actividad física
✔ Actividad cognitiva
✔ Interacción social
La actividad cognitiva resulta vital en adultos mayores, espcialmente en aquellos que se han jubilado. Las actividades recreativas deben proporcionar una oportunidad para el entrenamiento y mantenimiento de las habilidades cognitivas. Para elegir estas actividades promotoras de un envejecimiento cognitivo saludable se deben tener en cuenta tres puntos clave: que le guste al participante, que sea novedosa y que sea social, define la Dra. Feldberg.
Participar tempranamente de un programa de estimulación cognitiva - como es el caso del programa MentalFit desarrollado por Fundación INEBA y coordinado por la Dra. Feldberg - y mantenerse activo en actividades sociales resulta sumamente beneficioso para el cerebro.
En estos espacios se tiende a estimular, mantener y reforzar las funciones cognitivas a partir de intervenciones grupales por las que se trabaja de manera directa sobre las funciones psicológicas de la memoria, la atención, el lenguaje y el razonamiento y también de manera indirecta, a través de actividades sociales, académicas y culturales que ponen a prueba y desafían los aspectos cognitivos, concluye.