Razones para usar anteojos de sol de calidad
Por buenapraxis
  
Lunes, 04/12/2017
Con la llegada del buen tiempo y los días de vacaciones se multiplican las actividades al aire libre. Los argentinos pasamos muchas horas en espacios exteriores, pero pocos conocen el impacto nocivo de la radiación ultravioleta en los ojos ni los riesgos a los que se exponen al utilizar anteojos de sol no homologadas (certificación, en base a una serie de pruebas, que utilizan las empresas, para que sus productos se adapten a la reglamentación técnica necesaria, para que sean fabricados y vendidos con la máxima calidad y seguridad).

Así, la elevada exposición a la radiación ultravioleta (UV), especialmente en los lugares costeros y montañosos, incrementa el riesgo de alteraciones oculares severas, como inflamaciones agudas de la conjuntiva (conjuntivitis) y la córnea (queratitis), aparición de procesos degenerativos de la superficie ocular, cataratas, retinopatías e, incluso, lesiones cutáneas, que pueden provocar a largo plazo serios problemas de salud ocular.

Afecciones como queratoconjuntivitis, queratitis o cataratas prematuras pueden estar provocadas por la utilización de anteojos de sol comprados en la calle, ferias, playas y otros canales de venta no autorizados. Son oscuros pero no tienen filtros de rayos ultravioletas (UV).

Tanto el Consejo Argentino de Oftalmología, la Cámara Argentina de Opticas y el Colegio de Ópticos de la provincia de Buenos Aires recomiendan, al momento de elegir un anteojo, prestar atención a la calidad del material.

Para asegurarnos de que unos anteojos de sol reúnan los estándares de calidad debemos recurrir a las ópticas. Estos establecimientos nos garantizan que las lentes cumplan la legislación y nos protejan de las radiaciones nocivas.



Señalan que, en general, las lentes que se venden en las ópticas son de cristal mineral, orgánico y policarbonato. Los que se venden en la calle y lugares no autorizados, resultan económicos pero suelen ser de plástico, con lentes deformadas o con imperfecciones que pueden causar nauseas, mareos y dolores de cabeza, comprometiendo a corto plazo seriamente la salud visual.

Hay que elegir lentes tallados (con medios electrónicos) y no curvados (moldeados con calor) porque quedan con imperfecciones o burbujas que distorsionan la visión. Algunos que se exponen mucho al sol, se deforman y eso produce un aumento en la lente que, por más pequeño que sea, se traduce en jaqueca e irritación de la vista.


En las ópticas, se ofrecen anteojos de sol que previenen los efectos nocivos de los rayos de sol, siendo una garantía para el usuario y resultan imprescindibles para:

Las lentes homologadas dan la seguridad de que la superficie esté libre de deformaciones que conllevan una degradación de la imagen (aberraciones) protegiendo la vista.

Protección frente a la radiación ultravioleta, lo cual reduce el riesgo de sufrir cataratas y otras lesiones severas.

Protección frente a la luz azul. A largo plazo, la exposición a la luz visible se ha identificado como un factor de riesgo de padecer degeneración macular.

Mayor comodidad visual. Con el uso de anteojos de sol se minimiza la intensidad de la luz ambiental y los deslumbramientos. Así vemos de forma más clara y evitamos fruncir el ceño y cerrar los ojos.

Mayor rapidez de adaptación a la oscuridad. Al pasar cierto tiempo bajo la luz directa del sol, se puede dificultar la habilidad de los ojos para adaptarse rápidamente a niveles bajos de iluminación (en interiores o por la noche). El uso de anteojos de sol nos ayuda a adaptarnos a los cambios de luz con mayor rapidez.

Mayor seguridad en la conducción, ya que el uso de anteojos de sol evita los deslumbramientos causados por los reflejos de la ruta o la luz brillante del sol.

Mayor protección frente a los impactos durante la práctica deportiva. Los anteojos diseñados para hacer deporte ofrecen una mayor seguridad, ya que tanto las lentes como las monturas están hechas de materiales resistentes a los impactos.

Efecto pantalla que evita el contacto de los ojos con el polen y el polvo ambientales.

Reducción de la sequedad ocular. Las gafas de sol protegen del aire y viento que pueden provocar sequedad ocular.

Anteojos de repuesto. Si utilizas anteojos habitualmente, los anteojos de sol graduados pueden servir de repuesto.

Accesorio de moda. Los anteojos de sol también son un complemento que se puede combinar con el vestuario o actividad.

Los ojos claros necesitan más protección
Aunque todos necesitamos anteojos de sol, especialmente en verano, lo cierto es que la gente de ojos claros suele sufrir más las consecuencias de la exposición. No sólo porque éstas son más fotofóbicas (rechazan la luz) sino porque tienen menos protección y los rayos resultan más nocivos en su caso.

Pasa como con la piel. Las personas de tez más morena (fototipo III en adelante) tiene menos riesgos de quemarse e incluso de desarrollar un melanoma que una de piel clara (fototipo I y II). Los ojos marrones o negros filtran mejor los rayos que los azules o verdes.

Mejor llevarlos graduados
Se recomienda que las personas que necesitan lentes graduadas también usen la graduación en los anteojos de sol.



Guido Müller
Gerente de Nueva Visión Opticas



► Más información: http://www.nuevavisionopticas.com.ar/


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