nnegables son las maravillas de la tecnología, y en la misma proporción son insoportables los correos electrónicos en cadena.
Una mañana, me llegó uno, como era de una fuente confiable lo abrí, era un vídeo TED Argentina en el 2010. Mientras estaba escuchando el interludio musical, mi hijo de entonces 6 años, se acerca y me pregunta con un castellano todo roto “Quién canta, mamá?” , y yo “No tengo ni idea, pero es bueno, eh?”
Era Kevin Johansen.

Empezamos una investigación exhaustiva tipo Sherlock Holmes por teclado, claro, yo había dejado la Argentina a principios de los ‘90, y había perdido toda actualización musical. Nos sentimos inmediatamente identificados con Kevin, mitad gringo y mitad argentino. Empezamos a escuchar por You-tube canciones como Guacamole, Fashion, Sur etc, y clic, clic, encargué todo lo que pude encontrar en línea. A Kevin no me lo vendió nadie, lo compré sola porque me gustó.

Es un músico muy inteligente, con un humor sarcástico y muy creativo. Juega con las palabras, con los doble sentidos, y con los idiomas a placer. Con su música nos permite liberarnos de los límites gramaticales, y de lo aceptable en una mezcolanza armónica y divertida.


La historia personal siguió, fué con nosotros a Wikoloa, a Jaffa , y hasta compartió un buen Gulash en Budapest. La magia fué tanta que mi hijo agarró su guitarra y me informó que él también era de madre argentina, nacido en Estados Unidos, que le gustaba la música y que desde ahora podía llamarlo “Kevin”.

Ahora, el verdadero Kevin nació el 21 de Junio de 1964 en Alaska, donde mandaron a su padre por negarse a participar en la guerra de Vietnam. Después fueron a Arizona, de allí a San Francisco y en 1976 regresó a la Argentina, y pasó un tiempo también en Uruguay. Desde 1990 hasta el 2000 vivió en su tierra natal, pero en Nueva York ésta vez, donde conoció a Hilly Krystol, dueño de CBGB’s, quien lo invitó a participar de su futuro sello. Durante los ’90, grabó y tocó allí como ‘house band’, también en el Knitting Factory y en el Mercury Lounge, entre otros.

En Nueva York Kevin fundó el grupo The Nada, que lleva el nombre del primer disco, The Nada (Los Años Luz, 2000), le siguieron, Sur o no sur (Los Años Luz, 2002), City Zen (Los Años Luz / Sony BMG, 2005), Logo (Sony BMG, 2007), Oops!, junto a Liniers (libro, Ediciones de la Flor, 2008) Vivo en Buenos Aires (Sony Music, 2010), Bi – JOGO / FOGO (Sony Music, 2012).

En 2013 en San Francisco, con La ventana Americana, tuve la oportunidad de entrevistar a Kevin Johansen y lo que las biografías en la web no cuentan es lo amigable y humilde que es en persona. Alguien dijo en una entrevista que debe ser bastante frustrante enojarse con él, por las dudas no lo provocamos. Igual, le preguntamos qué es ser latino, y qué le falta a este país. Kevin se traería los besos y la verdad es que tiene razón.

Realmente tiene muy buena onda, y una gran sensibilidad social. Llegó a San Francisco de la mano de La Bohemia para participar de un evento a beneficio del Instituto Familiar de la Raza. Decimos esto porque sabemos que ha participado de los eventos de Bodegas TW, de Playing for Change, para mencionar algunas.

Cuando Isa y yo llegamos al “after party” de Kevin en patrullero, al primero que encontramos es al divino de Andrés Reboratti, y después de contarle nuestra historia, él nos cuenta que Kevin es motor creativo, y que son un grupo muy unido. Andrés nos asegura que la gente responde con buena onda aunque la realidad en Argentina sea difícil, que no todo es enojo y que hay lugar para pasarlo bien.