Google Car
Por rb
  
Miercoles, 11/11/2015
Google organizó un evento para actualizar a los medios de comunicación acerca de su auto de conducción autónoma (SDC por sus siglas en inglés) a principios de octubre que incluyó dar un paseo en dos de sus prototipos de prueba. Charlie Vogelheim, editor del podcast Motor Trend Radio y yo llegamos a las oficinas sede de Google en Mountain View, California para el evento que comenzó con los “rides” y terminó con una presentación del equipo de SDC.



Nuestro primer paseo fue en el Lexus RX450h modificado, uno de los tres autos autónomos idénticos que Google tenía disponible para nuestro evento. Google comenzó con el Toyota Prius cuando inició las pruebas de las tecnologías de conducción autónoma y las SUVs de Lexus parecen contar con los últimos software y hardware de Google para la conducción autónoma junto con los controles tradicionales del conductor, principalmente los pedales de freno y acelerador y el volante. La redundancia es bastante lógica; cuando probamos un vehículo con tecnología autónoma en la vía pública, será prudente tener a un conductor y los controles del auto en caso de que algo salga mal.

Nuestro Lexus estaba acompañado de dos pilotos, uno frente al volante y el otro en el asiento del pasajero delantero, que monitoreaba su laptop mientras Charlie y yo nos sentamos en la segunda fila. Además de tener una pequeña pero ancha pantalla, no había mucha diferencia dentro del Lexus, a excepción de un gran botón color rojo que estaba ubicado junto a la palanca de cambios – que aparentemente es utilizado en caso de emergencias. A pesar de las pequeñas modificaciones, Google pidió que no tomáramos imágenes del interior de ninguno de los vehículos a los que subimos.







El exterior estaba mucho más modificado (y sí podíamos tomar imágenes), y destacaba por un gran estante montado en el techo del tamaño de una cubeta. “El Lexus tiene una gran cantidad de sensores alrededor del perímetro del vehículo”, dijo Charlie al subir por primera vez. “El vehículo tiene tantos sensores como un despliegue de su capacidad autónoma”. Para percibir el entorno, los vehículos autónomos de Google están basados en cámaras, láser, radares y sistemas de GPS que están ubicados en distintas posiciones del vehículo. Las cámaras son generalmente utilizadas para monitorear un pequeño a mediano rango de distancias y evaluar las condiciones como el cambio de las señales de tráfico, objetos en las inmediaciones y las situaciones para estacionar el vehículo. Los radares pueden ser utilizados en las distancias cortas, medianas y largas. Debido a que utiliza ondas de radio, el radar prácticamente no es afectado por las condiciones del clima. LIDIAR, el estante montado en el techo, refleja los rayos láser en una vista de 360 grados, dándole a las computadoras una representación exacta del ambiente alrededor del vehículo, mientras que el GPS proporciona la ubicación exacta. El tema sobre cómo las computadoras y software de Google funcionan con todos esos datos es un punto que debemos tocar en un futuro, pero la actual guía del vehículo es ejecutada por los sistemas de dirección eléctrica, aceleración y frenado.

¿Así que cómo se pasea?
Bueno, a pesar de lo caótico que puede sonar en el podcast de Motor Trend que Charlie y yo intentamos grabar, me pareció que nuestro recorrido de 12 minutos fue interesante, aunque un poco decepcionante.

Después de subir y abrocharnos los cinturones, comenzamos el recorrido – despacio al principio y después nos detuvimos completamente. Nuestro retraso más largo del día fue esperar a dar vuelta a la derecha para salir del estacionamiento de Google. La calle estaba un poco concurrida, mientras que la calle a la izquierda estaba obstruida por una banqueta, así que nuestro Google Lexus quiso estar completamente seguro que el camino estuviera libre antes de salir.

Una vez en marcha, todo era igual que siempre. Los conductores nos dijeron que la velocidad máxima del RX450h autónomo era de 35 mph y que los vehículos estaban programados para obedecer todas las señales de tránsito. Eso pareció ser el caso cuando salíamos de los barrios suburbanos que rodean la sede de Google. Charlie y yo notamos que en un punto en velocímetro indicaba que estábamos circulando a más de 25 mph en una zona residencial que después cambió a una zona escolar.

“Es bueno saber que puede andar en una zona escolar a 15, 25, 28 mph”, dijo Charlie. Nuestros conductores no dijeron nada.





A medida de que paseábamos sobre barrios con una buena demarcación, hubo tiempo para evaluar esa pequeña pero ancha pantalla de color ubicada sobre el tablero en el centro. Estos días estamos bombardeados de pantallas dentro de los autos, pero la que se encuentra dentro del Google Lexus es sorprendentemente diferente. La calle frente a nosotros estaba iluminada en color verde que contrastaba con un campo oscuro que ocasionalmente leía otras calles más adelantes y los objetos estaban en un color rosa-morado. Los árboles, autos y otros obstáculos a los que nos acercábamos también aparecían en la pantalla. La calle frente a nosotros y unas gráficas de lo que ocurría a nuestro alrededor era prácticamente lo único que mostraba la pantalla: no desplegaba la velocidad crucero ni información de tráfico. Ocasionalmente aparecía una notificación de “ceda el paso”, que parecía explicar por qué el vehículo iba reduciendo la velocidad.

Hay muy poca información que reportar. El paseo y conducción fueron suave, callado y sin complicaciones; resulta que un Lexus a 35 mph es un Lexus a 35 mph no importa quién lo maneje (o no). Con el software de Google en el volante, no había cambios de dirección o paradas bruscas que indicaran que alguien más que un chofer estaba al mando del volante. Charlie tuvo sentimientos encontrados sobre cómo se iniciaron los cambios de carril. “El anuncio de cambio de carril era tanto informativo como intrusivo”, dijo. “Imagina hacer lo mismo mientras manejas”.

Las únicas distracciones durante la experiencia de un manejo autónomo: un poco de ruido del ventilador y un poco de calor que llegaba del hardware de la computadora detrás de los asientos traseros – y los conductores. Ambos fueron muy amigables para responder a nuestras preguntas, pero su presencia quitó un poco la emoción de estar en un vehículo autónomo. Mientras que Charlie notó qué tan raro era ver que el volante se moviera por sí solo a medida de que pasábamos por curvas e intersecciones, yo pensé que era igual de raro ver lo atentos que estaban los pilotos al tener sus manos cerca del volante y sus pies cerca de los pedales, listos para frenar el vehículo y prevenir un desastre.

¿Es realmente necesario? Pensé. Alguna de esta actitud lo es, sin duda. Una semana antes de este contacto con el Google Car, en nuestra prueba de Auto del Año, nos impresionamos del control crucero adaptivo y asistente de mantenimiento de carril del Chevy Malibu para mantener 80 mph alrededor de un óvalo de 6 millas mientras que el conductor mantenía sus manos fuera del volante. Claro, pedirle al vehículo que mantenga su velocidad y se mantenga en el mismo carril es menos complicado y riesgoso que pedirle al auto que se maneje por sí solo en los suburbios de Silicon Valley, pero Google debería de relajarse un poco; confíe en su tecnología y en los otros.

O tal vez estoy hablando muy pronto. ¿Debemos de tenerle miedo a un auto autónomo? Pronto lo descubríamos.






Google Car
Claro, el auto autónomo de Google se ve lindo de una forma extraña, pero es un diseño que fue hecho para la seguridad. No se equivoquen, lo que Google está tratando de hacer al crear su propio auto de conducción autónoma es muy diferente de lo que lo ha hecho ser el líder de la tecnología. Un mal resultado en una búsqueda en internet, spam en su correo electrónico, un sistema operativo para los smartphones o unos lentes que se ven chistoso que pueden darle dolor de cabeza, no son nada en comparación a un error en un auto de conducción autónoma.

Con tantos pensamientos dando vueltas en nuestra cabeza, Charlie y yo abrimos la puerta y nos sentamos dentro del pequeño auto eléctrico de dos plazas.

“Muy acogedor, con mucho espacio”, dijo Charlie cuando cerró la puerta. Para esta parte de nuestro “ride”, el equipo del Google Self Driving Car había mandado a todos los periodistas al último piso de uno de los estacionamientos de las oficinas de Google, haciendo fila para un viaje de dos minutos en una pista predeterminada. “Un poco de plástico, con un interior de transporte masivo”.

Eso también fue por diseño. El equipo de Google trabajó con un número de conocidos proveedores de la industria automotriz para construir prototipos y las primeras versiones del auto, pero los planes para su comercialización todavía no han sido revelados. En lugar de esto, Google dio a entender que su primer uso podría llegar en algún tipo de servicio de auto compartido como una manera de exponer a tantas personas a la nueva tecnología.
Eso podría explicar la escasez y sencillez de los controles; entre los dos asientos se encuentran los conocidos botones para las ventanas, los asientos con calefacción, luces interiores y un botón “Go” que cambia a “Pull Over” cuando se presiona por primera vez. Detrás de este botón se encuentra otro botón de color rojo bajo un escudo de plástico, supuestamente para situaciones de emergencia.

Frente a los dos pasajeros existe una canasta grande y profunda para poner las bolsas y accesorios; cuenta con una esquina que se dobla como un reposapiés. Sobre el tablero hay una pantalla similar a la que vimos en el Lexus. Detrás de ella se encuentra el parabrisas, que está construido de plástico flexible para proteger a los peatones en caso de un accidente. En los pilares A, dos ventanas rectangulares muestran la vista desde los bordes delanteros del auto. No estamos seguros si estos se quedarán en el auto de producción, ya que parecían ser de un vehículo de prototipo. También fue curioso ver una hendidura vertical y horizontal en el área de los pies. Al parecer es ideal para un pedal, ¿tal vez para salir en caso de emergencia? Quién sabe.

Después de asegurar nuestras herramientas para el podcast (los micrófonos y una grabadora), estábamos listos para salir. En el mundo real, usted pulsaría el botón y le diría a Google a dónde quisiera ir, tal vez a través de su teléfono (el equipo sigue trabajando en esto), pero debido a que esta era una ruta pre programada, solamente pulsamos el botón Go y lentamente nos comenzamos a mover.

El equipo de Google creó una ruta sencilla llena de obstáculos destinados a simular algunas situaciones del mundo real. Después de dar una vuelta en U de 180 grados, el vehículo bajó la velocidad debido a que un peatón (un empleado de Google) cruzó abruptamente nuestro camino. Un par de vueltas más y una vez más tuvimos que dejar pasar a otro empleado de Google que salía en un Ford Fusion. Después de reducir la velocidad y pasarlo con seguridad, le cedimos el paso a un ciclista que se nos acercó desde el lado. A medida en que se acercaba a nosotros, la pantalla en el tablero continuaba mostrando su figura, los conos del tráfico y las estructuras alrededor de nosotros. Es divertido ver lo que este auto puede “ver”.

Después de dar la última vuelta, nos acercamos a unos conos y nos detuvimos en un lugar predeterminado unos pasos atrás de donde los próximos periodistas se subirían.




“El viaje fue benigno, estéril y muy similar a un tren del aeropuerto o un juego de Disney que acelera con calma a una velocidad predeterminada”, dijo Charlie después de que nos bajamos. “Hemos estado en el viaje muchas veces, pero esta vez no había una vía de tren”. Los movimientos evasivos y las paradas fueron normales y previsibles. “Me gustaría haber experimentado una parada de pánico”.
Me hubiera gustado tener más, también. La tecnología autónoma de Google es impactante; nuestros pequeños viajes en sus dos autos claramente demuestran que hay mucha capacidad para más de lo que nos mostró el equipo. Pero la modestia es comprensible teniendo en cuenta lo que está en juego. Google es la compañía que no construye autos que desarrolla más tecnología autónoma y es considerado por muchos como la compañía más lista. Cualquier percance que tenga durante su presentación a la prensa y al público representaría un paso hacia atrás no sólo para Google, sino para toda la categoría emergente. Aún así, hay momentos donde uno no puede dejar de ser impresionado. “El momento más impresionante fue cuando salimos del auto y el modelo vacío procedió más adelante para recoger al próximo periodista”, dijo Charlie.


Por rb