Aquella fecha significó el despertar de los pensamientos revolucionarios que transformarían la forma de sentirse parte de este territorio, consiguiendo la autonomía que nos transportaría al la independencia final

Doscientos un años pasaron de aquel 25 de mayo de 1810, cuando en Buenos Aires se declaró el Cabildo abierto, como órgano representante de la voluntad popular y depositario de la soberanía, mediante el cual se conformó la Primera Junta de gobierno. Lo que se vivió en aquel entonces fue un verdadero hito en la historia Argentina, desencadenando todo un proceso.

Aquella Primera Junta, devenida en Primer Gobierno patrio, fue el principio del proceso que sellara el camino para la revolución de independencia. Claro esta que, para aquel entonces, el concepto de “independencia” no estaba claro en la cabeza de los primeros revolucionarios. Esa idea fue madurando de a poco, incluso antes de aquella semana de mayo. Pues la inestabilidad de la Corona española, luego de las invasiones inglesas en el Buenos Aires del Virreinato del Rió de la Plata, sumado a la invasión napoleónica de España, fueron cimentando la incógnita acerca de quien gobernaba estas tierras.
Y tras el cuestionamiento la respuesta, que traducida en reacción, significaría un importante salto a la escena social y política del momento, por parte de los habitantes del Virreinato. Ya no había vuelta atrás, pues las decisiones que tomarían los distintos personajes de aquella época, transformarían para siempre la forma de pensarse y sentirse parte de este territorio.

Las invasiones inglesas a Buenos Aires, demostraron que el Imperio Español estaba totalmente debilitado y que no podía defender a sus reinos americanos. Además, la subsiguiente ocupación francesa de España por Napoleón, la captura del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla, motivaron en los revolucionarios pensamientos de desconcierto y descontento, que los llevarían a reaccionar.




Este fue el momento en un grupo de jóvenes revolucionarios, encabezados por Juan José Castelli y Martín Rodríguez, se reunieron y decidieron exigirle al virrey la convocatoria a un Cabildo Abierto para analizar la situación en la que quedaba el virreinato luego de los hechos sucedidos en España. Así, ante la falta de apoyo de sus jefes militares y del pueblo, sin otra alternativa, el virrey Cisneros cedió y convocó al Cabildo para el 22 de mayo. Y ante el pedido de un grupo de revolucionarios, reunidos en la Plaza de la Victoria, se dio paso a un Cabildo Abierto. Luego de lo sucedido los días 22, 23 y 24, donde no se llegó a ningún puerto, el 25 de mayo, finalmente se anunció que se había formado una nueva Junta de Gobierno, la cual esta vez no sería presidida por el Virrey. Así quedaba conformada la lista que presentaba los nueve miembros, que debían integrar la Junta Gubernativa: el presidente Cornelio Saavedra, secretarios Mariano Moreno y Juan José Paso, vocales Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan Larrea, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Manuel Azcuénaga.
La Junta declaró que gobernaba en nombre de Fernando VII. Pero los españoles no aceptaron esto de buen modo. Así, el ex Virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia, trataron de huir a Montevideo, pero fueron arrestados en el camino.

Finalmente tras semejantes acontecimientos, los revolucionarios consiguieron una autonomía en cuanto a las autoridades coloniales, lo cual propició el camino para la conquista de la independencia final.

Han transcurrido doscientos cinco años desde aquella semana de Mayo de 1810 en que los Argentinos decidimos cambiar de paradigma y buscamos darnos gobierno priorizando la libertad civil, política, religiosa, económica y a todas las libertadas por sobre el poder de los gobiernos.
Aquella revolución, fue la consecuencia de los abusos del gobierno central (España en aquel entonces) que quitaba a los pueblos las riquezas que estos producían y aplicaba además el Plan Fénix de aquella época. El Vivir con lo nuestro, conque impedía el comercio con el exterior.
Fue un Moreno, (Mariano) el que en 1810 presentó al Virrey la propuesta económica del campo solicitándole la libertad de comercio que pronto nos dio rentas suficientes para iniciar la independencia de América.
Nuestra revolución de Mayo abrazo la libertad económica porque es ella el manantial que la ciencia reconoce a la riqueza de las naciones.
Fue con otro Moreno (Guillermo) que en pleno siglo 21 comenzamos nuevamente los argentinos a perder cada vez más la libertad económica.
El cepo. Las prohibiciones. Las regulaciones. La corrupción -desmedida, desfachatada y criminal-. Los feroces ataques a las instituciones de la república. El disparatado gasto público. La impunidad, paralizan la economía, empobrecen a la nación, desalientan a los emprendedores, ahuyentan a quienes tienen interés en invertir en una industria lícita en la Argentina y atraen a quienes buscan lo contrario.
Hoy como ayer, el peor enemigo de la riqueza del país es la riqueza del gobierno y hoy como ayer somos un pueblo organizado para producir rentas para el gobierno, simples colonos del poder central.
De ser máquinas de producir riqueza para el fisco español hasta 1810 hemos pasado a ser máquinas de producir riqueza para los gobiernos patrios en 2015.
Esa es toda la diferencia. -De ser colonos de España hemos pasado a serlo de los gobiernos de la democracia, siempre máquinas serviles de rentas que jamás llegan porque no se destinan al beneficio de todos los gobernados sino a las ambiciones personales de los gobernantes y al final de este camino solo encontraremos la miseria y el atraso -de todos los argentinos!. Gobernantes y gobernados.
La riqueza de la nación no es la riqueza del gobierno, al contrario, la única manera de tener recaudaciones abundantes es haciendo rica a la nación y nunca parasitándola con impuestos excesivos y gastos incontrolables.
No puede haber gobierno rico en un país desierto y pobre, enriquecer el país, llenarlo de capitales es la forma de agrandar el tesoro de la nación.
El fisco debe estar hecho para la nación y nunca la nación hecha para el fisco como hoy se pretende igual que antes de 1810.
El derecho a la libertad económica consagrado en la constitución de la Nación ha sido nuevamente avasallado por Diputados y Senadores que han otorgado superpoderes al ejecutivo incurriendo en el delito de infame traición a la patria.
El poder judicial tampoco ha levantado su voz en defensa de la constitución y la república.




Por el contrario ha mirado para otro lado y en la Argentina de 2015 la mayoría de sus Leyes últimas viola los principios de la Constitución Nacional, es decir los principios de la Revolución de Mayo de 1810. La libertad para trabajar es el principio esencial de toda riqueza.
Quien trabaja quiere distribuir el producto de su esfuerzo entre quienes han contribuido a lograrlo y una vez distribuido pretende consumirlo según sus personalísimas ganas o necesidades.
Qué derecho tienen los gobiernos de quitarle a la gente sus ganancias para distribuirlas luego arbitrariamente y en beneficio de unos pocos?
La Constitución Argentina de 1853 protege al ciudadano de estos abusos. Pero la libertad es un don ilusorio si no podemos exigirla con la constitución en la mano.
En 2015 festejaremos el 25 de Mayo sin república y aceptando mansamente esta imposición de economía socialista que pretende organizar las libertades.